22 abril 2013 (19.04.13)
Torres-Dulce ordena acusar de colaboración con ETA a los policías del 'caso Faisán'
La instrucción del fiscal general del Estado supone sentar por primera vez en la Audiencia Nacional a dos agentes por ese delito
El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha ordenado a la fiscalía de la Audiencia Nacional que acuse a los mandos policiales José María Ballesteros y Enrique Pamies de un delito de colaboración y revelación de secretos por su relación con el chivatazo a una red de extorsión a ETA en mayo del 2006. En su escrito sobre el conocido como 'caso Faisán', que se ha conocido este viernes por la mañana, el fiscal Carlos Bautista explica que acusa a los policías de un delito de colaboración con ETA por orden del fiscal general del Estado, que ha recurrido al artículo 25 del Estatuto del Ministerio Fiscal, que le permite imponer su criterio al fiscal del caso. Este podría haber solicitado una reunión de la junta de fiscales de sala en caso de que no hubiera acatado esta posición, pero el fiscal ha optado por obedecer la orden sin rechistar.
El fiscal solicita penas que oscilan entre cinco años y uno y medio de prisión. Con este escrito termina una investigación que se inició cuando se supo que el supuesto jefe de una red de extorsión, Joseba Elosua, recibió una llamada de Pamies, exjefe superior del País Vasco, que le facilitó Ballesteros al pasarle el teléfono en el bar Faisán, que regentaba.
Mandos condecorados
En esta conversación, Pamies le comunicó que se iba a detener a otro presunto miembro de la red y la operación se abortó, aunque se llevó a cabo un mes después. Esta es la primera vez que se van a sentar en la Audiencia Nacional dos policías acusados de colaborar con ETA. Se da la circunstancia de que ambos mandos han sido condecorados por su lucha contra la organización terrorista
Opinión:
Aunque llevo muchos años en este tema he llegado a una cuestión de la que, sinceramente, no entiendo nada y menos revisando alguna información aparecida durante el fin de semana. Ahora resulta que hay que perseguir y encausar a dos policías que han sido de lo mejor en la lucha antiterrorista... Pamies en la lucha contra ETA ha sido uno de los responsables de la detención de mas terroristas y el principal investigador en los llamados papeles de Sortu que llevaron a esa banda terrorista a un callejón sin salida. Y Ballesteros ha sido y es un enorme baluarte en la lucha contra el terrorismo de origen islamista. Y quien los persigue es un ente judicial que siempre se había distinguido por apoyar esa misma lucha.
Por otro lado una asociación de víctimas, entre las cuales hay muchas viudas y huérfanos de policías y muchos policías heridos, apoya la decisión de perseguir a esos dos policías. ¿De verdad la razón es que se investigue algo que algunos suponen que ocurrió o hay algo más, quizás directrices desde cierta sigla política?
Y por si fuera poco, el abogado que defiende la actividad de los dos policías (repito, ejemplo de la lucha antiterrorista) ha dedicado los últimos veinte años de su vida a defender los derechos de muchísimas víctimas. ¿Y ahora tiene que defender a dos excelentes policías de ser acusados de “colaboración con banda armada”? Es el mundo al revés.
Por si a alguien le sirve para aclararse, publico el artículo de este abogado (José María Fuster-Fabra evidentemente), en La Vanguardia del 29 de octubre de 2011.
Y solo faltaba enterarse que una víctima del terrorismo se ha dedicado a poner a parir a otra víctima en cierto canal televisivo buscando el enfrentamiento político simplemente porque no coinciden en las mismas ideas ni votan las mismas siglas. Siempre con esa mala costumbre de hablar de “las” víctimas como un ente homogéneo y del mismo pensamiento. Pues en mi nombre va a ser que no. No quiero que me pongan en el saco del enfrentamiento.
Las claves del caso Faisán
29 octubre 2011
La operación Urogallo estaba destinada a abortar una rama de financiación de ETA, y la llevaba a cabo la Unidad Central de Información dela Policía con la colaboración francesa. En el seno de la misma se escuchó en un coche balizado(intervenido) una conversación en la que Elosua le decía a su cuñado que le habían advertido que no pasara a Francia como estaba previsto pues lo detendrían, y que lo había hecho un txakurra (término que literalmente quiere decir “perro” y con el que de forma genérica los etarras califican a los miembros de los cuerpos de seguridad). El hecho tardó extrañamente varios días en judicializarse, el juez originariamente encargó informes a dos equipos, uno de la Guardia Civil , que concluyó lo lógico, es decir investigar a los responsables de la operación, y otro de la policía, compuesto por los miembros del propio equipo responsable de la operación, algo difícil de entender pues estos como mínimo habrían cometido una negligencia. Posteriormente fue apartada la Guardia Civil y quedó como equipo investigador aquel que en verdad debía ser investigado, es decir los responsables de la investigación en cuyo seno se produjeron los hechos. Conocer este dato es clave porque a partir de ahí estamos ante una investigación llena de lagunas; no se investigan todos los teléfonos, no se investigan todas las llamadas entrantes y salientes, se limita la franja horaria en la que pudo cometerse el chivatazo, no se investigan las redes de telefonía francesa que son operativas en la puerta del bar Faisán, no se investigan las llamadas vía satélite, no se investiga el porqué de los extraños cortes en la grabación del bar (cortes no casuales según la Guardia Civil ), sorprendentemente no existe la grabación original de lo oído a través de la baliza del coche, etcétera. A la defensa no se le admite ni una sola diligencia de prueba. Todo se orienta sólo en un sentido, la imagen del inspector Ballesteros en el bar Faisán, y la llamada de este con el Jefe Superior de Policía del País Vasco, el señor Enrique Pamies. En consecuencia se apunta a ellos como autores, no obstante en las imágenes se ve a más gente entrando y saliendo del bar Faisán, personas no investigadas, las características físicas y de vestuario que Elosua da de quien le pasa el teléfono, no coinciden con las del inspector Ballesteros, además Elosua niega en reiteradas ocasiones que hubiera sido este quien le paso el teléfono. Pero ¿por qué aparece la imagen de Ballesteros?, Enrique Pamies ha explicado que tenía una cita con un confidente, cuya existencia nadie duda pues durante meses se ha tenido su teléfono intervenido y Ballesteros iba a Irun a cubrirla cita. Según el equipo investigador lo sitúa sólo en la zona del bar Faisán, pero esto no es así, está acreditado por los posicionamientos de los BTS, que como dijeron Pamies y el propio Ballesteros, cubrió los tres puntos de enlace posibles con el confidente, y jamás negó haber entrado en el bar Faisán. Sólo un dato más, a las once y veintitrés hablan Ballesteros y Pamies, a las doce horas Elosua está tan tranquilo en la puerta del bar, a las doce cuarenta y uno sale precipitadamente a llamar, ¿No es lógico deducir que la llamada tuvo que ser inmediatamente anterior a su salida y no una hora antes? Ahora la Sala por unanimidad ha dicho que no hay indicios suficientes para procesar a García Hidalgo, Pamies, y Ballesteros, tal y como manteníamos los abogados de las defensas, y que hay que seguir investigando. El juez Ruz esperemos que ahora practique las diligencias necesarias para aclarar los hechos, la mayoría ya propuestas por esta defensa y que en su momento fueron rechazadas. Es necesario que se imponga la sensatez, estamos ante un procedimiento judicial donde se juega el futuro, entre otros, del más brillante policía en activo en la lucha contra ETA el señor Enrique Pamies.
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