18 noviembre 2015
El 11-S
obligó a crear nuevos sistemas de cobertura
Riesgo terrorista: una amenaza de
100.000 millones de dólares
Durante el
año pasado, 32.700 personas fallecieron en todo el mundo por terrorismo
El Consorcio de Compensación de seguros ha abonado
341 millones en indemnizaciones
La Universidad de
Cambridge y la
firma Lloyds’s (el mayor mercado de seguros del
mundo) publicaron hace tres meses un estudio sobre cuáles son los mayores riesgos que
afrontarán hasta 2025 las mayores ciudades del planeta. El informe era
concluyente: el terrorismo es una
de las amenazas más preocupantes y su impacto sobre el sector
asegurador es cada vez mayor. De hecho, aparece por delante de los riesgos
vinculados al cambio climático,
a los tsunamis o a los accidentes nucleares. El impacto económico que podría tener en los próximos 10 años roza los 100.000 millones de dólares.
Los atentados perpetrados el pasado viernres en
París el –con 129 víctimas
mortales y más de 300 heridos– son el último capítulo del largo historial de
sangre y destrucción que ha dejado tras de sí el terrorismo yihadista. Madrid (2004), Londres (2005), Bombay
(2008)... la lista de capitales golpeadas por la barbarie no para de crecer.
Además de los incalculables daños en vidas humanas
(32.700 personas asesinadas por actos terroristas en 2014, un 81% más que el
año anterior, de acuerdo con cálculos de bróker de seguros Marsh), su impacto
sobre la actividad económica y la destrucción de bienes provocados por este
tipo de acciones es cada vez más frecuente y más dañino.
Los Gobiernos y el sector asegurador trabajan codo
con codo para desarrollar nuevas fórmulas con
las que cubrir el riesgo que supone esta amenaza global. Aunque en algunos
países ya existía una cooperación público-privada para afrontar estos costes
–como es el caso de España, con el Consorcio de Compensación de Seguros–, en la
mayoría de jurisdicciones no había fórmulas específicas para indemnizar a las
personas y empresas golpeadas por el terror.
Con los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en
Washington y Nueva York todo cambió. Su coste sobrepasó los 43.000 millones de
dólares, y el Gobierno norteamericano se vio obligado a crear una legislación
específica para cubrir, a partir de cierto volumen, las pérdidas provocadas por
este tipo de actos.
La ley sobre aseguramiento del riesgo terrorista
(Terrorism Risk Insurance Act, TIRA)
permitió al sector que siguiera ofreciendo cobertura
ante este tipo de delitos, sin necesidad de tener que disparar
las primas.
El esquema TIRA se creó en 2002 para cubrir un
periodo de tres años, pero se ha renovado cada vez que vencía. La última vez
fue la más polémica. La administración Obama estuvo tentada de cancelar el programa,
pero en enero de 2015 el Congreso y el Senado aprobaron su renovación por otros
tres años. Durante la negociación, el sector asegurador advirtió que los costes
de las primas en centros comerciales, rascacielos, instalaciones universitarias
o estadios, podría dispararse si las compañías no contaban con un tope de
máximo de pérdidas garantizado por el Estado.
El modelo francés
Siguiendo los pasos de Estados Unidos, Francia puso
en marcha en 2002 el organismo para la gestión del seguro y el reaseguro (Gareat,
por sus siglas en francés). Su funcionamiento es el de un pool de correaseguro
donde deben participan todas las aseguradoras que pertenecen a la Federación Francesa
de Entidades Aseguradoras, lo que engloba prácticamente a todas las compañías
que operan allí. Este organismo tiene una sección para grandes riesgos (los
siniestros que superen los 20 millones de euros, como será el caso de los
atentados de París) y otra para pequeños riesgos.
Todas las aseguradoras adheridas se comprometen a
responder de forma solidaria de los daños producidos por los terroristas, a
través del mercado de reaseguro. El Estado francés actuará como garante de
último recurso. Cada aseguradora paga a Gareat una tasa de reaseguro por las
primas que comercialice con cobertura terrorista.
La respuesta de España ante los daños provocados por los
atentados es diferente, debido a que aquí la banda ETA desplegó la amenaza
terrorista mucho antes de que este tipo de acciones llegaran a otros países
desarrollados (su primera víctima mortal fue una niña de dos años, asesinada en
1960). Esto hizo que el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS),
un organismo público dependiente del Ministerio de Economía, se empezara a
hacer cargo de estos daños. Entre 1987 y 2014, el CCS ha resuelto 20.091
expedientes por actos terrorismo y ha abonado 348 millones de euros en
indemnizaciones.
Opinión:
Unidad europea frente al
terrorismo mientras las compensaciones varían dependiendo de cada país, de cual
sea la banda autora del atentado, de la nacionalidad de la víctima, del lugar
de comisión del delito… ciertamente, una unidad excelente (ironía modo ON).
Y la información sobre el Consorcio de Compensación
de Seguros no me cuadra lo mas mínimo... no sé si creérmela. Habrá que seguir
esos datos porque no me constan esas cantidades.
Y que con 37.500 asesinados por terrorismo el año
pasado hayan tenido que ocurrir los atentados de París para “tomar cartas en el
asunto” me parece una vergüenza.
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