lunes, 2 de noviembre de 2015

31 octubre 2015 (6) Deia (opinión)

31 octubre 2015 
Jorge Dezcallar, exdirector del CNI



 “Si ETA no reconoce su error y entrega las armas, morirá sin pena ni gloria”







Como responsable del CNI, a Jorge Dezcallar le tocó lidiar con el 11-M, aunque en ese trance sufrió el ostracismo del Gobierno de Aznar. Lo cuenta todo en su libro ‘Valió la pena’

De origen vasco -su segundo apellido es Mazarredo-, Dezcallar tiene una larga trayectoria como diplomático y fue embajador en Marruecos, la Santa Sede o EE.UU.

¿El Gobierno de José María Aznar siguió defendiendo la autoría de ETA en los atentados del 11-M cuando ya tenía pruebas de su naturaleza yihadista radical?
-No sé cuál era la intención del Gobierno, sé lo que me pasó a mí y lo que vi. Y cuando ya se había detenido a los primeros sospechosos, a los indios, a los tres árabes y a los dos españoles que formaban parte de la trama que había perpetrado los atentados, a mí me pidieron que saliera diciendo que seguíamos trabajando en la pista de ETA.

¿Los atentados tenían como objetivo influir en el resultado de las elecciones generales, como defendió el expresidente?
-Los atentados comienzan a prepararse mucho antes de que se supiera que iba a haber una guerra en Irak y elecciones. Empiezan a gestarse en el año 2002, es algo que está probado. Lo que pasa es que, cuando se aproxima el momento del atentado, la involucración de España en la guerra elevó nuestro nivel de riesgo y la intención inicial de los atacantes se torció para aprovechar y pedir la salida de Irak.

¿Los impulsores del 11-M estaban en “desiertos remotos y montañas lejanas”, parafraseando a Aznar?
-Nunca he entendido esa frase, no sé qué quiso decir con eso. Sabemos muy bien dónde estaban los autores del atentado, quiénes son, cómo lo hicieron, y no estaban en desiertos ni en montañas, estaban en Madrid, desgraciadamente, muy cerca de nosotros. No vinieron de fuera.

Afirma que el CNI fue apartado de la investigación en esos aciagos días. Resulta difícil de imaginar.
-Bueno, yo no fui convocado a ninguna reunión entre el día 11 y el día 16. Cada uno que interprete lo que le parezca, pero es un dato objetivo.

¿Fue satisfactoria la sentencia del juicio por el 11-M?
-Yo no me meto en eso, es una cuestión juzgada, respeto lo que dicen los tribunales, la comisión parlamentaria también indagó en lo ocurrido y no tengo por qué opinar sobre ello. Lo que creo es que toda la teoría de la conspiración es falsa desde el inicio, es triste que incluso gente que lo sabía contribuyera a divulgarla. Han hecho mucho daño a nuestra convivencia, al respeto y al prestigio de instituciones, han crispado la convivencia nacional...

¿La situación internacional es más complicada ahora tras el ascenso del Estado Islámico?
-Ciertamente, entonces el terrorismo yihadista fue una novedad. Se estrena con el atentado de las Torres Gemelas en 2001 y nunca había ocurrido nada parecido en Europa hasta el atentado de Madrid. Por eso nos pilló más desprevenidos. Hoy en día el radicalismo islámico y el yihadismo salafista son una realidad constante en nuestras vidas, desgraciadamente ha habido muchos atentados desde entonces, los más recientes en París y Lyon, y sabemos que es un peligro. Hay dos grandes grupos en Oriente Medio que son capaces de cometer este tipo de atentados, Al Qaeda y el Estado Islámico, que son muy diferentes entre sí y están peleados a muerte. Ojalá nunca unan sus fuerzas pero los dos representan un riesgo muy grande. El escenario internacional es más complejo pero también más previsible que en 2004.

Al mismo tiempo, ¿los servicios de seguridad e información están en mejores condiciones para combatir el yihadismo radical?
-Creo que sí, por dos razones. Una porque, al igual que los terroristas aprenden con cada atentado, las fuerzas de seguridad también van aprendiendo a combatirlos. Por ejemplo, en los atentados de Nueva York y Washington dejaron muchos rastros en el ciberespacio y en el caso de Madrid no dejaron ninguno. Y cuando el inspector Torronteras del GEO muere en el piso de Leganés, estaba preparado para entrar y detener a la gente que había dentro por la fuerza, pero no para que en el momento en que llamara a la puerta el lugar saltara por los aires. Hemos aprendido y ahora no volvería a ocurrir una cosa así.

¿Y la segunda razón?
-Algo muy importante, que la cooperación internacional se ha intensificado muchísimo con respecto a 2004. El intercambio de información y la cooperación entre servicios de inteligencia y entre las fuerzas y cuerpos de seguridad de los estados se ha intensificado mucho, porque este tipo de terrorismo hay que combatirlo fuera: si esperas a que llegue a tu casa, estás perdido.

El pasado día 20 se cumplieron cuatro años del fin de la violencia de ETA. ¿Qué falta para que se produzca su disolución definitiva?
-Lo que hace falta es que esta gente se ponga de una vez las pilas y se dé cuenta de que no ha conseguido nada más que hacerle la vida imposible a los vascos y los españoles. Que se percaten de que ya basta de hacernos sufrir a todos, lo que tienen que hacer es pedir perdón y entregar las armas. Y cuanto antes lo hagan, será mejor para ellos.

¿Ve cercano ese momento?
-ETA está herida de muerte y será mejor para ella si todavía es capaz de hacer un último gesto y decir “señores, nos hemos equivocado, sentimos el daño que hemos causado y entregamos las armas”. Eso sería lo único que podría redimirles un poquito. Si no, seguirán desangrándose en el suelo hasta que acaben muriendo sin pena ni gloria. No creo que nadie les eche de menos.

¿Y qué papel le corresponde al Gobierno español? Siguen produciéndose detenciones...
-Mientras sigan ahí seguirá habiendo detenciones, naturalmente que sí. Desde luego, el Estado no debe bajar la guardia, y tampoco la Comunidad Autónoma Vasca, ni la Policía Nacional, ni la Guardia Civil ni la Er-tzaintza. Todos están unidos en esto, en trabajar para una sociedad vasca libre y para una sociedad española libre. En eso estamos todos de acuerdo, claro que van a seguir las detenciones mientras no entreguen las armas y pidan perdón.

¿Cómo ha llegado el grupo armado a esta situación?
-Creo que ahí tiene mucho que ver la guerra total que le declaró Aznar en su época al cortarle los apoyos sociales, legales, institucionales, el acceso al dinero público, los suministros de armas... También es verdad que el atentado contra las Torres Gemelas y el Pentágono cambió la percepción del mundo con relación a los atentados terroristas. Cuando no tienes más argumentos que el de la pistola y no te dejan usarla, pues ahí se acaba ETA.

Los autores del 11-M no estaban en desiertos ni en montañas, sino en Madrid, muy cerca de nosotros”
“El terrorismo yihadista hay que combatirlo fuera: si esperas a que llegue a tu casa, estás perdido”
“El Estado no debe bajar la guardia, mientras ETA no pida perdón y entregue las armas seguirán los arrestos”
“En la situación actual de ETA tiene mucho que ver la guerra total que le declaró Aznar al cortarle los apoyos

Opinión:


Hablando de Aznar ¿alguien me cuenta por qué no hay ni un solo sospechoso detenido por el atentado que sufrió en 1995? Recuerdo a los desmemoriados que en aquel atentado falleció una ciudadana anónima…

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