15 diciembre 2018
Los terroristas del
17-A tenían documentos de la
Policía sobre cómo fabricar explosivos
Los Mossos encuentran
en el móvil de Yousef Aalla una orden interna que explica cómo elaborar 'la
madre de Satán'
Se trata del
compuesto que hizo saltar por los aires la casa de Alcanar la noche antes de
los ataques
Yousef Aalla, uno de los terroristas de los atentados del
17 de agosto del 2017 que fueron abatidos en Cambrils por los Mossos
d'Esquadra, guardaba en uno de sus teléfonos móviles "un documento del
Ministerio del Interior en el que se describe cuáles son las sustancias precursoras necesarias
para hacer el triperóxido de acetona (TATP) y se explica
dónde encontrar cada una", según el análisis realizado por la policía
catalana que consta en el sumario de los ataques yihadistas de Barcelona y
Cambrils y al que ha tenido acceso El Periódico. El TATP,
también denominado 'madre de Satán', fue el explosivo que los terroristas
fabricaron en la casa de Alcanar tras comprar todos esos precursores.
Los Mossos recuperaron ese teléfono en la casa de la
familia Aalla en Ripoll, el 18 de agosto del 2017, un día después de
cometerse el atentado de La
Rambla. El análisis de ese móvil, de la marca Wiko Lenny, ha
permitido descubrir que los terroristas manejaron la copia de
una orden interna del Ministerio del Interior titulada
'Recomendaciones en intervenciones con personas de origen árabe'.
En el encabezamiento se lee que esa copia corresponde a la Brigada Provincial
de Información (encargada de la lucha antiterrorista) de la Jefatura Superior de
Andalucía Occidental. Sus destinatarios son los agentes de
policía que patrullan en la calle.
Se trata de un manual de ocho puntos que
Aalla recibió, según el informe de los Mossos, "probablemente a través de
alguna aplicación de mensajería instantánea como whatsapp".
El análisis realizado por los Mossos hace hincapié en el
punto octavo de ese documento policial en poder de uno de los terroristas.
Apunta que si se realizan inspecciones a sospechosos de origen árabe, puede
buscarse si llevan precursores necesarios para fabricar TATP y se señala
textualmente dónde pueden comprarse los componentes: "Ácido sulfúrico
(batería de coches), peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), acetona
(quitaesmaltes) y catalizador ácido (zumo de limón)". Los Mossos subrayan que ese
explosivo "fue el que finalmente decidieron fabricar los investigados para
perpetrar los atentados que inicialmente se proponían".
Ya en la fase final de la preparación de los atentados, y
tras consultar cientos de páginas sobre otros explosivos, venenos y hasta
cohetes bomba, los terroristas se hicieron con esos componentes en diferentes
tiendas catalanas y fabricaron el TATP en la casa de Alcanar. Cuando estaban
dejándolo secar, la noche del 16 de agosto de 2017, la 'madre de Satán'
explotó.
Comprobación de
pasaportes
Los terroristas supieron también, gracias a ese documento
de la policía nacional, cómo trataban los agentes de descubrir a posibles
radicales islámicos. En el punto 2 se recomienda a los policías que patrullan
las calles comprobar si en el pasaporte de las personas de origen árabe constan
viajes a Irak, Siria u otros que "tengan frontera con estos".
También, si tienen en metálico más de mil euros, porque
"podría tratarse de correos humanos".
La orden interna de los grupos antiterrorristas de la
policía también avisaba a sus patrulleros de que identificaran y
"prestaran atención a las personas de origen árabe que
estén realizando grabaciones de vídeos en lugares no turísticos,
en especial en estaciones de autobuses, trenes, metro, etcétera... Las células
terroristas suelen grabar sus acciones para colgarlas de Internet".
El teléfono de Yousef Aalla donde fue encontrado ese manual
de actuación policial dejó de usarse en el 2016, cuando él se trasladó a la
casa de Alcanar. Pero ha permitido a los Mossos descubrir que la radicalización del comando
terrorista empezó en marzo del 2015. Ya en esas fechas, al
menos cinco de los futuros asesinos formaban parte de un chat de whatsapp,
'Incha'Allah SWT', en el que compartieron, el 29 de marzo de aquel año, el
vídeo donde se ve a los terroristas que cometieron los asesinatos de la revista
Charlie Hebdo rematar a una de sus víctimas.
El análisis de otro de los teléfonos de los terroristas ha
revelado que tuvieron acceso a un segundo documento del ministerio
del Interior y la lucha antiterrorista. Esta vez, los Mossos
d'Esquadra lo encontraron, según consta en el sumario, en el teléfono de Moussa
Oukabir, otro de los abatidos en Cambrils. Y es mucho más reciente. Se trata de
una "orden de servicio" de la comisaría de San Blas (Madrid), fechada
el 25 de mayo de 2017, titulada 'Riesgo de atentado inminente (islamista)'.
Capturas de Instagram
Los Mossos explican que el terrorista consiguió ese
documento "mediante una captura de imagen de la aplicación Instagram".
Se trata de una comunicación interna dirigida a los agentes de la comisaría en
la que se les advierte de que "podría producirse un atentado tipo suicida
o mediante ataque con vehículo contra población civil"
En la comunicación policial que ha sido hallada en el
móvil de uno de los terroristas, el subinspector anima a sus compañeros a
aumentar su protección, así como a "identificar a personas que puedan
tener relación con islamistas radicales, porten mochilas, conductores de
vehículos que circulan por espacios donde se reúnan gran cantidad de
personas".
En los móviles de los terroristas también se han encontrado
fotografías suyas. En una de ellas, realizada en la plaza de Catalunya,
aparecen Omar Hichamy, Houssain Abouyaaquoub, los dos fallecidos en
Cambrils, y Mohamed Houli, que resultó herido en Alcanar y ahora
está en prisión. En otras imágenes captadas por la cámara del móvil también
figura Said Aalla, otro de los fallecidos en Cambrils. Todos ellos tenían una
estrecha relación, hasta tal punto que hay una foto que están los
cuatros alrededor de una fogata.
Opinión:
Entre esta
información y la respuesta del Director General de la Policía a una solicitud de
información presentada desde el Parlament de Catalunya, creo que el juicio será
complicado, aunque habrá un nutrido grupo de víctimas y afectados que vigillarán
(vigilaremos) que el juicio no sea una nueva farsa como muchas de las vividas en
juicios por terrorismo en las últimas décadas. Sobre esa respuesta mencionada,
espero que el próximo miércoles 19 de diciembre salga a la luz… porque da mucho
que pensar.
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