26 diciembre 2018
Los expertos rebajan la alarma terrorista en Barcelona
Sigue siendo un objetivo preferente de las bandas
yihadistas y aconsejan no bajar la guardia
Barcelona, aunque en este caso la importancia de la amenaza
se haya reducido tras un análisis pormenorizado de los expertos, es un objetivo
preferente de las bandas yihadistas: consideran que deben vengar el «asesinato»
de los terroristas de la célula de Ripoll. Un contrasentido: cometer nuevos
crímenes para «glorificar» a unos vulgares asesinos, pero los yihadistas son
así y hay que tenerlo presente en todo momento.
El Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen
Organizado (CITCO) consideró, en su reunión del pasado lunes, que no era
necesario recomendar ninguna medida adicional de seguridad para Cataluña y, en
concreto, la ciudad de Barcelona, según informaron a LA RAZÓN medios
antiterroristas. A esta conclusión se llegó tras valorar la fuente que había
facilitado los datos sobre un posible atentado en la Ciudad Condal y que
no se estimó como «suficientemente fiable».
Esta fuente, ubicada en Cataluña, suministró a un agente de
las Fuerzas de Seguridad españolas informaciones sobre dos marroquíes que
cometerían el atentado. Por los canales de colaboración internacional, se
hicieron llegar los datos a nuestros aliados, entre ellos la CIA de los Estados Unidos, que
decidieron unilateralmente lanzar la alerta en Twitter por vías consulares.
El hecho de que esta supuesta amenaza no haya sido
considerado como «fiable» no quiere decir, subrayan los expertos, que España no
sea objetivo de las bandas yihadistas y, en concreto, Cataluña y Barcelona.
Tras los atentados de agosto de 2017, en que, bien por la
explosión de las bombas que preparaban o al ser abatidos por agentes de los
Mossos d’Esquadra, fallecieran la práctica totalidad de los integrantes de la
célula que encabezaba el imán de Ripoll, la Ciudad Condal se ha
convertido en una auténtica obsesión para dichas bandas criminales. Dentro de
su particular interpretación de lo que ocurrió entonces y como consecuencia del
fanatismo en que se mueven los yihadistas, los «moujaidines» (combatientes) de
dicha célula fueron, pura y simplemente, «asesinados»; y así lo han hecho
constar en escritos y vídeos. Es decir, que los «cruzados» (cristianos) a los
que causaron la muerte o los que pretendían matar (más de 200, según esos
expertos, de haber podido culminar sus planes) poco menos que tenían que
«agradecer» el favor que les hacían los criminales por quitarles la vida.
Desde aquellos atentados, perpetrados en Barcelona y
Cambrils, no pasa un mes sin que el Estado Islámico, a través de alguna de sus
franquicias, difunda un cartel o vídeo amenazantes en el que se vean imágenes
de Barcelona, en especial de la Sagrada Familia.
Por ello, los expertos subrayan la necesidad de no “bajar
la guardia” en ningún caso. Además, la publicación por Estados Unidos de la
alarma, con la consiguiente difusión mediática, puede haber “despertado” a
algún actor (“lobo”) solitario o célula, que haya decidido (no hace falta que
les den órdenes concretas porque saben que deben atacar en cuanto puedan)
“pasar a la acción”. Cataluña es una de las comunidades españolas con mayor
número de población musulmana, entre los que hay elementos salafistas que son
“dinamizados” por determinados imanes, algunos de los cuales están en el
“radar” de las Fuerzas de Seguridad.
Uno de ellos está sometido a un expediente de expulsión.
Estos elementos, lejos de integrarse en la cultura catalana, y abrazar el
separatismo, como propició en su día la Generalitat de Cataluña, no sólo no han
abandonado su religión y costumbres (a las que tienen derecho) sino que algunos
se han fanatizado hasta extremos que los convierten en potenciales terroristas.
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