sábado, 21 de noviembre de 2020

21 noviembre 2020 (6) La Vanguardia

21 noviembre 2020 


 

Vida de un periodista

Jordi Amat

Cuando ya has devorado las primeras 40 páginas del ensayo, crees que te has hecho una composición de lugar de lo que plantea Antoni Batista (Barcelona, 1952). Como sabe cualquier lector interesado en uno de los peores dramas españoles del siglo XX – el enquistamiento de la violencia política y el terrorismo originado por el conflicto vasco –, Batista ha dedicado parte de su trayectoria a comprenderlo para explicarlo.

En 1987 publicó un primer libro sobre ETA (dedicado al dirigente Artapalo, coescrito con Josep Playà) y el tema de su tesis de licenciatura fue Hipercor y su tratamiento mediático de la masacre. En el 2001 publicó Catalunya i Euskadi. Nació còncava i convexa y, de entrada, podría imaginarse que ahora reanudaba esa reflexión sobre la dinámica de los dos nacionalismos. Pero a partir de la página 44 descubres que estás leyendo otra cosa.

Sí que hay episodios que conectan Euskadi y Catalunya o de entrada se trazan vidas paralelas como las de Josep Benet e Iulen Madariaga. Pero en la 44, de repente, todo cambia. Entonces descubres que el nosotros del título sobre todo es un yo. El yo de Batista. El 19 de abril de 1973 la Guardia Civil mató al dirigente etarra Txikia. Ese día Batista estaba en Euskadi, iba de copiloto en un coche y la Benemérita los paró. Dieron un golpe en el cristal de la ventanilla y todavía hoy recuerda el olor de hierro chamuscado del arma que tenía a un palmo de la cara. Con veintidós años Batista estaba, siguiendo el consejo del mítico abogado antifranquista Solé Barberà, para visitar a la madre de dos hijos que habían muerto jóvenes: uno había sido abogado defensor en el proceso de Burgos, otro era el primer muerto de ETA. Escuchó su testigo, se quedó a dormir y durante décadas tampoco olvidaría la atmósfera del luto que dominaba la casa. Parece como si desde aquel día Batista hubiera convertido el conflicto vasco en uno de los ejes no solo de su profesión sino de su vida. A medida que se van leyendo los capítulos, que tienen hechos como eje argumental (el encierro de Montserrat, el atentado contra Carrero Blanco, la conexión catalana de los GAL...), descubres cómo durante cuarenta años este periodista ha ido construyendo una red de relaciones para informar integrando a su visión todos los puntos de vista posibles.

Pocos deben haber accedido a fuentes vascas tan valiosas como él. Pero simultáneamente ha actuado como un espectador implicado: como conocía a muchos de los actores que habían o estaban jugando un papel clave, facilitó encuentros entre víctimas y victimarios – la dignidad se llama Robert Manrique o Rosa Lluch –, hizo gestiones silenciosas y mantuvo largas conversaciones en momentos de gran tensión. Este papel en la sombra fue muy fecundo cuando trabajó en el Departament de Presidència durante el tripartito de Pasqual Maragall. Pocas conversaciones tan importantes como las que mantuvo con el president cuando estalló el asunto Carod o tras el atentado yihadista en Madrid. " A vegades les notícies es queden a casa".

Muchas de las que él ha vivido ahora salen a la luz. Precisamente en el capítulo de su tiempo en la Generalitat, se reproduce el fragmento de un encuentro en la radio de él, Marxelo Otamendi y Alfredo PérezRubalcaba. Cuando la rememora Batista escribe que " el final de totes les terminals de la pau" era Rubalcaba. Aquel día los habían convocado para comentar otro paso más en el fin del terror: el desarme. Batista sabía el papel jugado por el socialista y sabía que no lo podía decir, pero hizo todos los posibles para que quedara claro el papel del político en la resolución. Cuando acabas de leer el libro acabas convencido de que Batista hizo los posibles para conquistar la paz. Y como a todos los que lo hicieron posible, los demócratas les damos las gracias.

 

Antoni Batista ETA i nosaltres

PÒRTIC. 273 PÁGINAS. 18,50 EUROS

Ensayo

En ' ETA i nosaltres' Antoni Batista reconstruye el conflicto vasco a partir de su biografía profesional

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario