23 gener 2011
El Director de
Cosidó advierte que la inseguridad islamista se mantiene pese a que en los últimos seis años se han desarticulado 12 células y detenido a 127 terroristas
El director general de la Policía , Ignacio Cosidó, avisa de que la amenaza del terrorismo yihadista "persiste" en Cataluña después de que en los últimos seis años hayan desarticulado 12 células islamistas y detenido a 127 presuntos terroristas. En su discurso este lunes en la toma de posesión del nuevo jefe superior de la Policía Nacional en Cataluña, Agustín Castro, Cosidó ha resaltado que éste será uno de los principales retos que deberá afrontar este cuerpo policial porque Cataluña "de ningún modo puede ser utilizada como plataforma para reclutar, financiar o apoyar el terrorismo yihadista en otros lugares del mundo".
Asimismo, ha desvelado que solo en el último año han detectado a 65 grupos de crimen organizado y han desarticulado a un 70 por ciento, lo que confirma que Cataluña y especialmente Barcelona, "por su dimensión, dinamismo y posición geoestratégica en el Mediterráneo, se ha convertido en un punto de atracción de las redes transnacionales".
El tercer reto para la policía, según Cosidó, será luchar contra la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos, ya que en 2011 el Cuerpo Nacional de Policía desmanteló 44 redes dedicadas al tráfico de personas y detuvo a más de 1.200 personas por falsificación de documentos o explotación laboral o sexual de extranjeros. Cosidó ha alertado de que el Aeropuerto de El Prat es uno de los principales puntos por donde se intenta entrar de manera ilegal en España, un aeropuerto donde solo en 2011 casi 600 personas fueron rechazadas. El director dela Policía también ha resaltado que aumentarán su vigilancia sobre los grupos radicales antisistema de extrema derecha e izquierda que amenacen la convivencia.
Asimismo, ha desvelado que solo en el último año han detectado a 65 grupos de crimen organizado y han desarticulado a un 70 por ciento, lo que confirma que Cataluña y especialmente Barcelona, "por su dimensión, dinamismo y posición geoestratégica en el Mediterráneo, se ha convertido en un punto de atracción de las redes transnacionales".
El tercer reto para la policía, según Cosidó, será luchar contra la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos, ya que en 2011 el Cuerpo Nacional de Policía desmanteló 44 redes dedicadas al tráfico de personas y detuvo a más de 1.200 personas por falsificación de documentos o explotación laboral o sexual de extranjeros. Cosidó ha alertado de que el Aeropuerto de El Prat es uno de los principales puntos por donde se intenta entrar de manera ilegal en España, un aeropuerto donde solo en 2011 casi 600 personas fueron rechazadas. El director de
Colaboración con Mossos
Para afrontar estas amenazas, el nuevo jefe superior asume el cargo con "un mandato claro de facilitar y reforzar esa imprescindible cooperación" con los Mossos d’esquadra porque esta colaboración con los diferentes cuerpos policiales y especialmente con la policía catalana es, según Cosidó, más necesaria que nunca. "Creo firmemente en aquellos modelos policiales que suman, no en aquellos que excluyen o restan", ha indicado, para acabar su discurso con unas palabras en catalán asegurando que quieren ser la policía de todos. Por su parte, la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, ha abogado por que la sociedad catalana reconozca la utilidad y el buen trabajo de
"Hacer más por la seguridad con menos"
El nuevo jefe superior ha indicado que trabajará para sumar con el resto de cuerpos policiales para que los ciudadanos tengan "cotas más altas de seguridad y libertad". "Son tiempos difíciles, pero tenemos que lograr con menos hacer más para que
Entre otros, han asistido el consejero de Interior, Felip Puig; el secretario general de Interior, Xavier Gibert; el general jefe de
Opinión:
Un alto cargo del Departament de Interior de la Generalitat de Catalunya nos dijo a Sara y a mi el 25 de julio pasado que “el terrorisme no es prioritari per la Generalitat ”, aportando ese “argumento” para el cierre definitivo de la oficina, que en ese momento representaba un gasto de menos de 200 euros al mes.
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