29 octubre 2015
A fuerza de
cinismo y repetición
Que Esperanza
Aguirre diga que "España no estuvo en la guerra de Irak" es una nueva
demostración de descaro, porque no creo que lo diga por ignorancia
De un tiempo a esta parte, valorar las declaraciones
de ciertos políticos en lo relacionado con el terrorismo (y víctimas de) se
convierte en un ejercicio arriesgado. Ante la constante repetición de sus
mentiras para revestirlas de credibilidad, las neuronas deben hacer un arduo y
duro trabajo de análisis. Pero las pruebas documentales son muy tozudas y
rebaten lo que dicen desde ese sector y hasta sus palmeros quedan como lo que
son: cínicos.
Que Esperanza Aguirre diga que “España no estuvo en
la guerra de Irak” es una nueva demostración de descaro, porque no creo que lo
diga por ignorancia. Me niego a creer que desconozca los datos que cifran en
2.600 los militares del Ejercito Español allí destinados, además de un nutrido
grupo de periodistas. Quizás olvida que han sido 11 los muertos. Pero
¿protestará el Ministerio de Defensa ante tal desconsideración al esfuerzo vital
de sus soldados? ¿Lo hará algún Colegio de Periodistas?
Otro que se ha cubierto de gloria ha sido el
ministro de Interior. Comparar la discusión de dos políticos por colocar una u
otra bandera en el balcón del Ajuntament de Barcelona con la época en la que
ETA llenaba de regueros de sangre el País Vasco es muestra, cuanto menos, del
uso partidista y electoral que del terrorismo acostumbran a hacer ciertos
miembros de ese tipo de clase política. Tampoco me consta que ninguna
asociación de victimas haya hecho una protesta al respecto.
A todo esto, ocurrido a finales de septiembre, hay
que añadir la última del ministro. Viajó hace una semana a la ONU para decir que España es
un ejemplo mundial en la asistencia a las victimas de una lacra como el
terrorismo pero no explica que en julio de 2014 el Ministerio de Interior
denegó 30.000 euros para localizar a 280 victimas de atentados en Catalunya y
así poder asesorarlas, asistirlas y atenderlas. Si lo desean, los subordinados
del ministro y los medios que sólo publican medias verdades pueden pedirme el
documento sellado desde el propio ministerio con esa respuesta. De las
subvenciones otorgadas a algunas entidades a nombre de según qué víctima
individual prefiero reservarme la opinión, porque es el ministerio quien aporta
los datos. Una pista: la fecha de salida del documento es de 25 de julio de
2014. Otro tema: cuando el tribunal de Cuentas dice que desde 2012 no consta un
mecanismo de fiscalización para comprobar que las asociaciones realizan las
actividades para las que se les concede las ayudas económicas, el señor
ministro da la callada por respuesta.
Ante estos y otros muchos temas que, por mucho que
los repitan o los nieguen no nos convencen, un grupo de victimas hemos exigido
públicamente la dimisión de este ministro, el cual o ignora (grave) o no le
interesa recordar (más grave) que la banda terrorista ETA llenó de sangre otros
muchos puntos del país y que son muchas las victimas anónimas que están
abandonadas y sin asistencia mientras no hay explicaciones para los temas
comentados u otros que no mencionaré por falta de espacio.
Pero mientras tanto y a fuerza de cinismo y
repetición, nos quieren hacer creer que España no estuvo en Irak, que España es
un referente en la asistencia a las víctimas del terrorismo, que los gastos de
los recursos públicos son transparentes…
Para muchas víctimas del terrorismo y muchos
ciudadanos en general… eso son milongas, en su acepción de mentiras y embustes.
Y sinceramente, para milongas, prefiero las otras, las argentinas del Río de la Plata.
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