11 noviembre 2015
El Gobierno vasco
diluye a las víctimas y fractura su homenaje
Tanto
por la mañana, en el Parlamento de Vitoria, como por la tarde, al inaugurar el
Instituto Gogora, en Bilbao, el Gobierno vasco se atuvo a su línea de no hacer
distinciones entre las víctimas de los distintos tipos de violencia.
Consiguió
así, en el Día de la Memoria, atraer a la «izquierda abertzale» y motivar que
tanto PP como UPyD no estuvieran presentes en ambos actos, tal y como habían
anunciado.
En el Parlamento, su presidenta, Bakartxo Tejería, leyó una
declaración donde se afirmaba que «no basta con recordar por separado» y
abogaba por centrarse «en lo que nos une». Un mensaje seguido de dos minutos de
silencio y ofrenda floral. Acudió Bildu, que jugó a dos bandas y acompañó
también a Etxerat, la asociación de familiares de presos de ETA.
El PP, que celebró su propio acto ante el monolito de
Agustín Ibarrola, también con ofrenda floral, apeló al «espíritu original» del
Día de la Memoria por medio de su presidente, Alfonso Alonso, quien subrayó que
«las víctimas del terrorismo no se merecen que se les mezcle con otras
violencias, e incluso con sus victimarios». «No se merecen que se las confunda,
que se las quiera mezclar y se las quiera diluir con otra cosa», incidió, antes
de expresar su deseo de que «el año que viene» esta jornada de recuerdo «pueda
volver a ser lo que originalmente fue».
Urkullu, en el acto de Bilbao que cerró la jornada, apeló a
los entendimientos alcanzados en el pasado, como la declaración de paz y
convivencia de marzo de 2013, pero insistió en abogar por la «memoria de todas
las víctimas».
Opinión:
A ver si alguien me lo explica porque me cuesta entenderlo.
Durante años hemos exigido a los que excusaban los atentados terroristas de ETA
que reconocieran el dolor causado a tantas y tantas víctimas de lo que ellos
llaman “el conflicto vasco”. Ahora vemos a esa gente, que hasta no hace mucho
no mostraba interés ninguno en “las” víctimas, que están presentes en actos de
homenaje a las mismas. Pero entonces nace otro problema: que hay quien no
quiere compartir esos homenajes y prefiere hacer otros. Evidentemente están en
su derecho de hacerlo, faltaría mas, porque cada cual es libre de hacer los homenajes
con, donde y cuando quiera.
Pero… personalmente, ese homenaje en el parlamento de
Vitoria me reconforta. Aunque haya quien pueda decir que “las víctimas del
terrorismo no se merecen que se les mezcle con otras violencias, e incluso con
sus victimarios”, para mi ese homenaje es para quien ha sufrido el terrorismo.
Sin mas. Y evidentemente no pondré nunca en la misma balanza a los que hemos
sufrido un atentado con los que han sufrido las consecuencias de los atentados
que iban a perpetrar. Ni mucho menos. Parece que a alguien se le escapa
(¿voluntariamente?) que hay quienes estamos considerados como “víctimas del
terrorismo” y otros que no tienen ni merecen tal consideración.
Y para mi, ahí acaba el problema. Si es un homenaje a “las”
víctimas del terrorismo es un homenaje a quien cumple esos requisitos. Y para quien
no los cumple será un acto, si me apuran hasta un homenaje, pero no con la
consideración de “víctima del terrorismo”.
Pero no hace falta que esa diferencia me la explique ningún
político, ningún miembro de ningún gobierno y mucho menos un ministro. Esa
diferencia la conozco y la entiendo desde hace muchísimos años. Los mismos años
que llevo respetando escrupulosamente el dolor ajeno, venga de donde venga, con
una sola diferencia: siempre tendré claro quien fue el causante del daño y
quienes fuimos los que lo sufrimos.
Por lo tanto, el titular “el Gobierno vasco diluye a las
víctimas y fractura su homenaje” no me representa. A mí no me diluye nada… ni
me utiliza nadie.
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