17 noviembre 2015
La historia
del 'no-héroe' musulmán que jamás evitó la tragedia del Stade France
Los atentados del pasado viernes en París dispararon
todo tipo de noticias sin confirmar, rumores que, paso a paso, (en la mayoría
de las ocasiones tuit a tuit) tomaron la forma de hechos reales pero que en
verdad jamás existieron. Un campo abonado para historias en algunos casos
trágicas y en otras heróicas que en verdad no fueron más que fantasías de sus
autores. Una de ellas creció como un torrente durante el fin de semana y
hablaba de un portero musulmán que trabajaba en los accesos al Stade de France
y que, según este relato, habría sido el encargo de impedir que un de los
terroristas accediera al estadio e hiciera explotar su cazadora-bomba evitando,
por lo tanto, la tragedia en el interior del recinto. Una fábula cargada de
simbolismos que, en verdad, jamás se produjo. Esta es la historia del no-héroe
que jamás evitó una desgracia de proporciones históricas en el interior del
campo donde se disputaba el Francia - Alemania.
Una historia que detalla Sportyou y que comienza con un nombre: Zouheir.
Así bautizaron en redes sociales a este supuesto portero que jamás existió. Un relato fantástico que nació de Facebook y que corrió de manera
exponencial hasta salpicar al mismísimo Wall Street Journal.
El diario norteamericano lo citó en uno de sus
artículos e incluso incluyó palabras puestas en su boca en las que habría
relatado como fue un cacheo rutinario lo que hizo que saltara la alerta.
Tiempo después, una información de Liberation desmontaba el
mito. Lo hacía a través de una de las voluntarias del partido que relataba como
en ningún momento se habló de un relato como el de este 'no-héroe'.
Las comunicaciones por walkie-talkie no confirman
estos hechos y tampoco lo hace Jackes Lambert, presidente del comité
organizador de la Eurocopa
2016, quien afirmó que "ningún guarda o portero reportó esa
información". Zouheir jamás existió.
Opinión:
Casos como el que comenta el artículo
no son únicos. A veces, para el imaginario colectivo, es necesaria la aparición
de héroes que suplanten y consigan lo que habríamos querido conseguir nosotros
(como individuos o como grupo).
Lo peor del tema es que, en el
mundo real, siempre hay quien intenta obtener derechos a costa del sufrimiento
ajeno. Ya ocurrió en los atentados del 11S, también en los del 11M... incluso
hay quien insiste una y otra vez en reclamarle el reconocimiento como víctima
de ETA a la administración (y ésta se lo deniega constantemente porque no tiene
una sola prueba consistente). Y luego están los que se copian las desgracias de
otros, las mezclan en una coctelera y de la mezcla que aparece viven como si
fueran sus propias vivencias y secuelas.
Hay mucho geta suelto por ahí.
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