03 julio 2021 El Correo (opinión)

03 julio 2021 

 

Ni encuentros ni encontronazos

Una ‘minoría minoritaria’, un grupúsculo de víctimas del terrorismo decidió en su día –están en su derecho– formalizar encuentros con quienes asesinaron a sus seres queridos. Buscaban respuestas, reflexiones, justificaciones, quién sabe qué; algunas de ellas confiesan haber salido aliviadas de esos peculiares ‘vis a vis’, incluso afirman que la mochila del sufrimiento les resulta ahora más liviana. Sin embargo, una abrumadora mayoría de tan sufrido colectivo rechaza sin ambages –también está en su derecho– esas reuniones dizque terapéuticas, reparadoras y restaurativas, algunas de ellas con mesa, mantel y brindis incluido. Consideran que esos encuentros atentan contra lo más sagrado, a saber, la memoria, lealtad, fidelidad hacia sus familiares y a su propio honor. Nada hay que hablar con quienes ‘motu proprio’ decidieron asesinar a su prójimo. La voz y los sentimientos de esas víctimas también merecen un altavoz, no desean ni tan siquiera un encontronazo. Ni agua, ni pan, ni sal para quienes personifican el mal.

Francisco Javier Sáenz Martinez

Opinión:

En alguna ocasión he comentado que no acostumbro a publicar las cartas al director. La lista sería interminable. Pero en esta ocasión y por lo que podrían considerarse alusiones, creo que vale la pena hacer otra excepción.

Solo decir que comparto absolutamente todo cuanto expresa a carta del señor Sáenz Martínez. Y me atrevo a añadir que la “minoría minoritaria” que comenta, podía ser tal hace muchos años, pero cada día que pasa son más las víctimas que expresan su aprobación ante la decisión que muchos tomamos, evidentemente a nivel individual o familiar, en el momento de recibir la invitación a mantener esos encuentros.

El correspondiente a mi situación fue en junio de 2012 y desde entonces, a todo aquel que ha querido preguntarme sobre el tema, le he dicho lo mismo: estaría molesto conmigo mismo si no hubiera aprovechado aquella oportunidad, y más al observar los resultados que el mismo produjo.

Y también recordar que fueron mas de 300 los mensajes y las llamadas de apoyo recibidas desde el colectivo de víctimas en los días posteriores al encuentro. Aún no existía el whats-up…