viernes, 27 de enero de 2023

27 enero 2023 (2) La Vanguardia

 

27 enero 2023 


 

La Audiencia Nacional descarta el vínculo ruso con el envío de cartas con explosivos

Detenido un jubilado

El arrestado declara hoy ante el juez José Luis Calama por el envío de varias misivas con material pirotécnico dirigidas a dirigentes como Pedro Sánchez y Margarita Robles e instituciones que apoyaron a Ucrania

La Audiencia Nacional descarta que el detenido por las cartas bomba enviadas a España entre noviembre y diciembre del 2022 tenga ninguna vinculación con el Movimiento Imperial Ruso, un grupo supremacista y radical ruso, según confirmaron fuentes jurídicas a La Vanguardia.

Días después de hacerse pública esa hipótesis a través del New York Times, la Policía detuvo a un hombre jubilado de 74 años, residente en Miranda de Ebro (Burgos), como presunto autor de los envíos. Estas fuentes explican que la tesis de los vínculos rusos llegó a los investigadores en un momento embrionario del caso, pero tras un análisis fue descartada.

De hecho, tras los hechos ocurridos en España, se temió una oleada de envíos bomba al resto de Europa. Entre otras, las autoridades británicas estuvieron extremadamente cautelosos ante el miedo del efecto llamada o repetición que se podría vivir tras lo ocurrido.

Los agentes encargados del caso hicieron una minuciosa labor hasta que dieron con el principal sospechoso, que declara hoy en la Audiencia Nacional tras su arresto. Se trata de una persona muy activa en redes sociales y según los investigadores de la Policía Nacional tiene conocimientos técnicos e informáticos. Hasta su jubilación, en 2013, trabajó como funcionario en el Ayuntamiento de Vitoria.

Se niega a la prueba de ADN

Según fuentes de la investigación, el detenido se ha negado a entregar de forma voluntaria una prueba de ADN para cotejarla con la aparecida en una de las cartas, con lo cual se tendrá que hacer bajo mandato judicial. Tras su arresto, los agentes registraron su domicilio y sus dispositivos móviles y electrónicos.

Su análisis podrá demostrar si era seguidor de algún foro prorruso o si ha participado en algunas teorías conspiranoicas. Sin embargo, los agentes, hasta la fecha y antes de su detención, no cuentan con datos de que fuera integrante o tuviera vínculos directos con miem­bros de ninguna organización rusa o prorrusa, como el Movimiento Imperial Ruso, calificada de supremacista y considerada por Estado Unidos un grupo terrorista.

Las cartas con material pirotécnico fueron enviadas en dos tandas. La primera de las misivas, dirigida a Pedro Sánchez, fue detectada el pasado 24 de noviembre. Después, otra en la embajada de Ucrania en España. Hubo otras cuatro cartas más durante los primeros días de diciembre. Una de ellas, la de la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid), no se detonó y sirvió para seguir la pista hasta el sospechoso.

La Policía Científica extrajo restos de ADN del sobre que contenía un rudimentario sistema explosivo con algo de material pirotécnico. Sin embargo, las pruebas biológicas no encontraron coincidencias en los registros policiales. Sí se pudo comprobar que la dirección del remitente era falsa y que la caligrafía usada, a tenor de los análisis, podía pertenecer a una persona de avanzada edad.

Según fuentes de la investigación, los sellos utilizados por el autor del envío fue el origen del hilo. A pesar de que fueron enviados desde Valladolid su rastreo pudo demostrar que se compraron en Burgos.

Después de ahí se analizaron los sobres utilizados, comprados por internet. Los agentes llegaron a detectar el proveedor y los compradores de la remesa. Y de ese hilo se siguió tirando hasta llegar de nuevo a Burgos. Con el control de las IP de los ordenadores de los compradores se fue estrechando el cerco hasta llegar al principal sospechoso.

 

 

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