18 noviembre 2024
Un
experto en terrorismo explica por qué Cataluña lleva 30 años siendo el
principal nodo yihadista de España
La
inestabilidad política, hacer la vista gorda ante comunidades salafistas o la
situación territorial, claves en el análisis
Hace
unos días trascendía que una de cada tres operaciones antiyihadistas en España
durante lo que va de 2024 ha tenido lugar en Barcelona, y que Cataluña lidera
este ránking, con 16 detenidos en diez meses, según las cifras del Ministerio
del Interior. No obstante, esta preeminencia del territorio catalán en la lucha
contra el terrorismo islámico no es nueva, ya que viene siendo la norma desde
hace décadas.
Según
Interior, desde 2012, en las cuatro provincias catalanas se han realizado 116
operaciones antiyihadistas, que se han saldado con 172 detenidos. «Cataluña es
el principal nodo yihadista de España desde mediados de los años 90 del siglo
pasado, es un escenario de intensa actividad de adoctrinamiento, captación y
reclutamiento con fines terroristas», confirma el director de los estudios de
Criminología y Seguridad en la UAO CEU, Francisco Villacampa, cuya
investigación está centrada precisamente en el terrorismo islámico.
El
también vicedecano de la facultad de Derecho y Empresa recuerda que la primera
detención de un yihadista en España se produjo en Barcelona —un hombre
argelino, miembro del Grupo Islámico Armado y detenido en 1995 en la capital
catalana—, y que desde entonces la región ha jugado un papel importante en los
principales atentados, desde la reunión que el piloto suicida del 11-S, Mohamed
Atta, mantuvo en Salou antes del atentado hasta la red de Santa Coloma de
Gramenet que facilitó la huida a varios de los terroristas responsables del
11-M en Madrid.
Villacampa
advierte que no hay una «respuesta definitiva» al porqué de la prevalencia de
Cataluña en este ámbito, pero reconoce al menos seis factores que pueden
explicar el hecho. El primero, señala, es que «desde hace tiempo se han ido
implantando una gran cantidad de lugares de culto y centros islámicos con
ideología salafista, una concepción rigorista del islam» que comparten los
yihadistas, aunque estos últimos la lleven al extremo bélico.
«Estos
centros cuentan con la ayuda financiera de Arabia Saudí, Qatar y Kuwait»,
advierte Villacampa, que también advierte —segundo factor— que «no ha habido un
control del asentamiento de las comunidades musulmanas por parte de la
administración catalana», y que muchos de estos centros salafistas se han
establecido sin que nadie controlase sus vías de financiación ni si sus
actividades «son contrarias a las normas de convivencia», señala.
Falta
cooperación
En
tercer lugar, el investigador señala un «problema de cooperación» entre los
diferentes cuerpos policiales presentes en la región —policía local, Mossos
d’Esquadra, Policía Nacional y Guardia Civil— en la detención de los procesos
de radicalización y el desmantelamiento de las células yihadistas. «Eso lo
saben los yihadistas y se apoyan en ello para llevar a cabo sus actividades»,
lamenta.
En
esta línea, el experto señala que el procés independentista «puede haber
afectado a ese control y gestión», y advierte que los yihadistas usan a su
favor las «situaciones políticas inestables».
Por
eso, preguntado por los reproches por inacción al gobierno de Salvador Illa por
parte de partidos como Vox, Villacampa pide no politizar la lucha
antiterrorista: «Es cierto que se puede mejorar, por ejemplo, con más
cooperación, pero no soy partidario de meter la lucha contra el terrorismo en
el ámbito político, porque es lo que buscan los terroristas, que aprovechan
cuando hay desunión entre las fuerzas políticas para llevar a cabo
asimilaciones».
Como
últimos dos factores, Villacampa señala la situación territorial de Cataluña
—muy cercana con Francia y, por tanto, puerta de entrada al norte de Europa— y
la presencia de una gran comunidad musulmana que permite a los terroristas
pasar más desapercibidos. «Primero teníamos sobre todo argelinos y marroquíes,
pero ahora es importante la presencia de la comunidad pakistaní; hay grupos
afines a Al Qaeda de origen pakistaní», señala.
Con
todo, Villacampa reconoce el trabajo de los Mossos d’Esquadra en la prevención
y la detección de la radicalización. Según informa el cuerpo, el año pasado
detectaron un total de 147 casos compatibles con posibles procesos de
«radicalización violenta» vinculados al yihadismo. Para Villacampa, el reto es
que la digitalización ha vuelto más difícil rastrear a los radicalizadores, que
ahora ya no se agrupan en torno a centros de culto únicamente, sino que sobre
todo se da en internet.
Opinión:
Me hubiera gustado hablar con el señor Villacampa y
preguntarle a que se refiere cuando dice que hay un «problema de cooperación»
entre los diferentes cuerpos policiales presentes en la región… porque asó
habría tenido la posibilidad de explicar las razones (que supongo alguna
deberán tener) para que los Mossos d’Esquadra no entraran en el CITCO hasta
octubre de 2018.
No me invento nada, para quien lo quiera consultar o confirmar
le paso la siguiente noticia de 06 de septiembre de 2018 en la que se puede
leer los siguientes titulares:
“Los Mossos se integrarán en el centro contra el
terrorismo (CITCO) antes de 30 días”
“Marlaska y Buch destacan que el acuerdo demuestra la
cooperación y lealtad institucional”
O sea, más de un año después de los atentados de
agosto2017 los Mossos d’Esquadra se integraron en el CITCO.
Por cierto, si los Mossos d’Esquadra hubieran estado ya
aceptados en el CITCO tiempo antes de los atentados de agosto2017 ¿hubieran ocurrido
las explosiones de Alcanar o los atentados de La Rambla, Zona universitaria,
Cambrils u Olérdola?
Para quien no lo sepa, CITCO significa “Centro de
Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado”.
Pues eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario