domingo, 18 de agosto de 2019

17 agosto 2019 (3) Diari de Tarragona (opinión)

17 agosto 2019 


Conspiranoicos y olvidadizos
Análisis Vergonzoso.

El nivel político de España y Catalunya se demuestra en la inaudita capacidad para ensombrecer los homenajes a las víctimas
Pensaba que el conspiranoico mayor del Reino era José María Aznar, el iraquí, el presidente que se inventó que la autora de los atentados del 11-M había sido ETA, el político al que no le importó lanzar la Gran Mentira con tal de mantener a su partido en el poder. Pues no, ahora se han sumado los independentistas más radicales. Y es que los extremos se tocan, los nacionalismos (sean españoles o catalanes) son igual de manipuladores. Quim Torra y el Ausente-Presente Carles Puigdemont se han sumado a las huestes de los políticos capaces de ensombrecer los homenajes a las víctimas inocentes.
Es cierto que las cloacas del Estado son capaces, «por el bien de la Hispánica Patria», de inventarse falsas noticias y justificar que los violentos son los que, pérfidos ellos, golpeaban con sus cabezas las porras de los pobres policías el día del referéndum del 1-O. Pero de ahí a que, para perjudicar el Procés, cerrasen los ojos ante la inminencia de un atentado hay un mundo. De mentiras.
Mentiras que dividen a la sociedad. Que los partidos se dividan, se insulten, se menosprecien, sean incapaces de dialogar... es tristemente normal, pero que las asociaciones de víctimas celebren actos de recuerdo por separado es penoso. Mucho.
La Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas se ha desmarcado de las celebraciones oficiales y ha organizado un acto paralelo hoy en Las Ramblas. Asistirán el exdelegado del Gobierno, Enric Millo, concejales del PP y Ciudadanos, y mandos policiales. Millo, sí, el de la «trampa del Fairy», y Ciudadanos, el partido que tiene la mentira por bandera.
La Unidad de Atención y Valoración de Afectados por Terrorismo celebrará el homenaje institucional. No habrá palabras y se recordará a las víctimas con ‘El cant dels ocells’, de Pau Casals. Al acto asistirán, además de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; y el presidente de la Generalitat, Quim Torra.
La división entre las asociaciones de víctimas ya sucedió tras la masacre de 2004. No hubo actos unitarios hasta una década después. Pero en aquellos años fue peor. Pilar Manjón, aquella señora vestida de negro que puso de manifiesto hasta qué punto pueden caer bajo los políticos, fue insultada una y otra vez. Por simpatizantes del PP. Pilar perdió a un hijo en los atentados. Medios afines al PP ridiculizaron su dolor.
Ayer mismo el conseller de Interior durante los atentados, Joaquim Forn, ahora en prisión por el 1-O, acusó de «oscurantismo» al Gobierno por negarse a explicar la presunta conexión entre el imán de Ripoll, cerebro de los atentados del 17-A, y el CNI.
PP, Cs y la Caverna Mediática se escandalizan, por ejemplo, de que el Ayuntamiento de Barcelona haya solicitado una comisión de investigación. Pero esos mismos partidos y medios olvidan que pusieron en entredicho la labor de los Mossos ahora hace dos años. No les importó socavar la confianza ciudadana en el cuerpo.
La portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, criticó el jueves que se cuestione la actuación del CNI. «La falta de respeto a las víctimas del terrorismo del 17-A en Las Ramblas de Barcelona es una inmoralidad y una abyección», dijo. También fueron una «aberración» los ataques a Pilar Manjón. Y el PP no hizo nada por evitarlos.
«Que ahora usen una vez más ese atentado y sus muertos para lanzárselos a la cara del CNI, del Estado, es una nueva muestra de su catadura moral», aseguró la misma persona que tildó de «xenófobos» a los dos millones de catalanes que votaron partidos independentistas, la misma persona que tiene a Aznar en un pedestal. Aznar, al que le deberían pesar en la conciencia los miles de muertos de una guerra, la de Irak, que apoyó con fervor.

Opinión:


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