jueves, 12 de noviembre de 2020

12 noviembre 2020 (6) eldiario.es (opinión)

12 noviembre 2020

 


La primera víctima de los atentados del 17-A que declara en el juicio: "No he pisado la Rambla desde ese día"

La comparecencia de una mujer herida por la furgoneta que conducía el terrorista de Barcelona pone de manifiesto el trauma de las víctimas y la reapertura de las heridas que causa el juicio

Primera víctima de los atentados del 17 de agosto de 2017 en la Rambla de Barcelona que declara ante el tribunal de la Audiencia Nacional. La comparecencia ha sido breve, pero menos de diez minutos han bastado para que el tribunal se ilustrara sobre el trauma que vivieron las víctimas el día de los ataques y cómo el proceso judicial ha supuesto reabrir una herida que con el tiempo se había ido mitigando, que no cerrando. "No he pisado la Rambla desde ese día", ha resumido entre sollozos Judith R.

Ya antes de empezar, el presidente del tribunal, Félix Alfonso Guevara, se ha alejado por un momento de la firmeza con que viene llevando la vista y ha permitido que la víctima declarara como testigo protegido (nadie ha visto su rostro) para que se sintiera "amparada". Antes de la declaración la víctima se encontraba "muy nerviosa" y "llorando" en la oficina de víctimas establecida en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid), ha explicado Guevara, que ha recibido a la víctima en un amaba "tranquilícese". "Vamos a tratar que sea lo más breve posible y que no sufra más", había pedido antes Guevara a las partes. Al finalizar su declaración, además del "puede retirarse" con el que Guevara despide a los testigos, el magistrado ha añadido: "Muchas gracias por su declaración".

A preguntas de su abogado (la víctima reclama una indemnización por las lesiones que sufrió) la mujer ha explicado que el 17 de agosto de 2017 estaba en la Rambla justo después de salir de trabajar. Iba de camino a casa con una amiga. Mientras esperaban que un semáforo se pusiera verde, vieron aparecer la furgoneta que conducía Younes Abouyaaqoub –abatido tras cinco días de huida por los Mossos d’Esquadra– con la que el terrorista segó la vida en la Rambla a 14 persones e hirió a un centenar, entre ellas Judith R- y su amigo. No tuvieron tiempo de cruzar la calle: "Escuché un furgón blanco pegar una aceleración muy fuerte. En ese momento no me percaté que esa furgoneta venía hacia nosotros".

Entre sollozos, la víctima ha continuado el relato de lo ocurrido: intentó apartar a ella y a su amiga como pudo, pero el retrovisor de la furgoneta conducida por Abouyaaqoub golpeó a su acompañante y ambas cayeron al suelo. "No supe más porque la gente comenzó a pisotearnos. Tenían miedo y querían salir", ha contado. Una vez logró ponerse de pie, quedó en "shock" por lo que vieron sus ojos: "A mi alrededor demasiada gente tumbada en el suelo, y el furgón todavía haciendo 'zig-zag' llevándose a peatones por la Rambla", ha rememorado.

La comparecencia de la mujer ha puesto de manifiesto el trauma de las víctimas y la reapertura de las heridas que causa el juicio, aunque su declaración es un requisito necesario para que el tribunal pueda acordar que sea indemnizada por las heridas que sufrió. La complicada balanza entre la revictimización y las garantías procesales se ha mostrado con toda crudeza este jueves, y seguramente se repetirá cuando declaren el resto de víctimas.

Las secuelas de Judith R. llegan a día de hoy. "Mi vida ha cambiado por completo, ya no soy la que era antes. Yo no tenía nervios, era una persona sana gracias a Dios, pero desde que pasó eso.... los nervios". La víctima ha detallado que ha necesitado medicación después de los atentados y también para afrontar psicológicamente su declaración en el juicio tres años después: "Poco a poco lo había olvidado, pero aquí otra vez lo he revivido".

Declaran más Mossos que incriminan a Oukabir

En la sesión de este jueves –la tercera del juicio– también han comparecido varios Mossos d'Esquadra que participaron en la investigación de la célula yihadista. En línea con lo que sus jefes explicaron este miércoles, la declaración de los agentes ha servido para dar argumentos a las tesis de las acusaciones y restar credibilidad a los alegatos defensivos de los tres acusados, Mohamed Houli, Driss Pukabir y Saïd Bien Iazza, para quienes la Fiscalía pide 41, 36 y 8 años de cárcel respectivamente.

Los agentes han vuelto a hacer hincapié en que Houli no estuvo colaborativo con la investigación mientras lo interrogaban en el hospital (el acusado fue herido en la explosión del chalé de Alcanar donde murió el líder espiritual de la célula, el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty), al contrario de lo que alegó el joven durante el juicio. Asimismo han relatado que recibieron amenazas de Oukabir cuando fue detenido. "Si me vuelven a poner en la cárcel por algo que no he hecho juro que mataré a los agentes que me han detenido", han explicado los mossos que dijo Oukabir cuando lo arrestaron en Ripoll tras los atentados.

Opinión:

Bueno, se ha demostrado que algo está fallando en cuanto a la asistencia a las víctimas del terrorismo. Debo decir, para empezar, que nos ha sido imposible localizar a Judith R. Y también debo decir que su nombre (reservado por eldiario.es) no es exactamente el que figura ni en el Auto de Procesamiento ni tampoco en el calendario del juicio.

Pero voy a dar más detalles. Como se cita un poco más arriba es MI opinión. Y mi opinión es que cuando Judith R. dice que "No he pisado la Rambla desde ese día" me surge una pregunta. Desde febrero de 2018 y junto a los compañeros de UAVAT (Doménech y Marta especialmente) hemos realizado diferentes batidas a Las Ramblas y alrededores. Pudimos dejar cientos de dípticos informando en los comercios de la zona sobre la búsqueda que estábamos realizando para localizar a las víctimas. ¿Podíamos haber encontrado a Judith R. antes para ayudarla y asesorarla?

Desgraciadamente, aún no hemos localizado a Judith R. Y una de las causas para ello ha sido la nula colaboración de la administración que tiene en su poder los datos de cada una de las 125 víctimas que aparecen en el Auto de Procesamiento de fecha “octubre 2018” como “heridas de carácter físico” en el atentado de La Rambla. Y no es que pidamos sus datos a la administración competente porque entendemos que la Ley de Protección de Datos impide su distribución… pero entonces habría otra solución: que esa administración contactara con las víctimas de los listados que obran en su poder y les ofreciera la oportunidad de contactar con las entidades que nos dedicamos a asistir a las víctimas del terrorismo y, una vez conocidas las opciones, contactaran con la que creyeran conveniente.

Al menos, Judith R. ha tenido, para su suerte, el acompañamiento de un abogado que le asignaron  tras el atentado. Pero ¿cuántas víctimas han tenido ese asesoramiento?

Intentaremos contactar con Judith R. lo más pronto posible. Pero es muy triste, mejor dicho es lamentable, tener el convencimiento de la existencia de más de cien víctimas que no han tenido la oportunidad de contar con una “segunda asistencia” y solamente están representadas por Fiscalía del Estado, por lo que cabe esperar que sus lesiones y sus derechos no sean los que en realidad les puedan corresponder al tener que confiar exclusivamente en el criterio de la propia Fiscalía que, no lo olvidemos, es la única que opinará sobre su estado porque NO ESTÁN PERSONADAS.

Y creo que no están personadas porque no se les ha ofrecido la oportunidad de tener una segunda opinión sobre su estado físico, mental y psicológico. Sinceramente, no quiero pensar mal, pero si el Estado ofrece un plazo de un año desde el atentado para solicitar el ser reconocida como víctima del terrorismo ¿por qué apareció el Auto de Procesamiento catorce meses después del atentado?

Sea como sea, hemos asistido a 217 personas y 73 han sido aceptadas en nuestra acusación. Sin lugar a dudas, la mayoritaria, representando a víctimas de muchos países diferentes.

Y eso, a la administración competente, no le ha gustado. Y lo sabemos.

Ajo, agua y resina.

 

NOTA: Creo que es necesario recordar que cuando sucede un atentado, cualquier persona que acredite un cortecito en la uña del dedo meñique de una mano podrá tener el reconocimiento como víctima del terrorismo… mientras que quien pueda acreditar un enorme cráter en la mente por la vivencia sufrida y presenciada no tendrá las mismas facilidades… ¿se entiende la comparación?

 

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