lunes, 2 de noviembre de 2020

31 octubre 2020 (2) Diario de Navarra (opinión)

31 octubre 2020

 


Ni paz ni perdón

Ignacio Janín Orradre. Licenciado en Derecho

Otra vez el cínico engañabobos ”queremos la paz” que hace unos días evocaba Víctor Manuel Arbeloa. Ahora son los buenistas quienes dicen que en Navarra los miembros de colectivos como el de víctimas de ETA y el de etarras maltratados tienen perturbada su paz interior. ¡Bravo!, de nuevo víctimas y verdugos metidos en el mismo saco para dejar claro que, si todos lo pasaron mal, todos son equiparables. Pero hay más, porque dicen que esa perturbación les lleva a veces a romper la paz social. Y lo cuentan como si eso les resultase algo inevitable. Es más, advierten que la situación actual es la de una olla a presión que en cualquier momento puede reventar. Claro que, al decir esto, suponemos que no se refieren a las víctimas de ETA, sino al colectivo de los de siempre.

 ¿Y qué proponen para calmar a este colectivo?. Pues simplemente alcanzar la paz mediante el perdón. Como hace cincuenta años. El perdón se llamaba entonces amnistía y la paz (dejar de matar) se obtenía aceptando la alternativa KAS, incluida la territorialidad, con Navarra integrada en Euskadi. ETA sólo trajo la paz de los cementerios. Con los 864 ciudadanos vilmente asesinados y con los miles de heridos y de familias destrozadas sí que se conculcaron los más elementales Derechos Humanos, que ahora tanta asociación compasiva y tanto filántropo de salón reclaman para esos pobrecitos terroristas, a los que, como no tienen detrás a ninguna poderosísima organización multitentacular ni a ninguna legión de curtidísimos letrados que se cuiden de ellos, toca ahora comprender y apoyar para que logren el mismo reconocimiento que sus propias víctimas, cuyo perdón es, por otra parte y según se nos dice con auténtica desfachatez, lo que más agrada a los victimarios.

Bueno, pues para lograr esa paz, el buenismo pone de modelos, además. a ‘movimientos cívicos’ como Foro Social Permanente o a iniciativas como la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos. ¡Qué tíos más listos tiene que tener esta gente para que tanto buenista y hasta tanta víctima de ETA se los tomen en serio!. Pero ¿cómo puede estar colando que estas asociaciones e instituciones las haya ideado nadie para lograr paz, convivencia y respeto de los Derechos Humanos, cuando desde lejos se ve que todo es comedia y pura operación de imagen y propaganda?.

Vaya como ilustración que Foro Social Permanente es una organización próxima al mundo aberzale, a cuya presentación en 2016 asistieron, entre otros, Arnaldo Otegi y miembros del Grupo Internacional de Contacto (aquéllos que iban certificando los sucesivos finales definitivos de ETA). Por eso, el pasado 2 de septiembre, una delegación del Foro se reunió con el Parlamento de Navarra, donde, sin dedicar un minuto a sus Grandes Proyectos y Propósitos, trataron otros temas más modestos – pero de más enjundia para los aberzales– como el acercamiento de los 34 presos y el de los ‘huidos y deportados’ navarros, la reparación a las víctimas de la extrema derecha y de la policía y la aceptación de su relato sobre lo acaecido durante estos cincuenta años, eliminando referencias a ‘vencedores y vencidos’. Tras ello, entonces sí, invocaron la paz y una ‘convivencia democrática’, en que “todos los ciudadanos tengan garantizados todos sus derechos” (como el de imponer la ikurriña y el euskera en toda Navarra y el de decidir).

¡De tender puentes, revisar posiciones o condenar la violencia, ni palabra!. Y eso, por no hablar de las escenificaciones de víctimas en el Parlamento (la última, el pasado día 8), promovidas también por el Foro, que, sin enjuiciar si, efectuadas en privado, puedan llegar a ser ‘sanadoras’ para sus intervinientes, ejecutadas en público, sólo resultan un show a favor del relato de ETA, para demostrar una vez más el paralelismo existente tanto entre unas y otras víctimas como entre el terrorismo y su represión. Para ver de qué va la DG. de PC. y DH., basta leer el artículo de Iñaki Iriarte ‘Plan de Conveniencia’, del pasado día 11, en el que denuncia su Plan Estratégico de Convivencia, en cuya redacción participa un grupo de colaboradores próximos al mundo aberzale tan excluyente que NA+ ha tenido que retirarse del proyecto.

En cuanto al perdón, no creo que sea algo propio de la naturaleza humana. Lo natural ante una agresión es sentir odio hacia el agresor. Otra cosa es ser capaz de superarlo o hasta de perdonar, por razones de tipo religioso o simplemente por mantener el equilibrio mental. En esto, las religiones, incluso las de la Biblia, están divididas, unas invitan al perdón y otras imponen el ‘ojo por ojo’. Y así como cabe suponer que, en el ámbito personal, llegar a perdonar –si es que alguien puede hacerlo tras habérsele destrozado la vida– constituirá seguramente una buena terapia para poder sobrellevar el dolor, no parece de recibo que esa terapia se proponga de forma pública y generalizada a todas las víctimas, que, sobre haber perdido al marido, al padre, al compañero o sus piernas, van a verse encima inducidas a tener que perdonar o, en caso contrario, a ser estigmatizadas por el buenismo por no estar dispuestas a hacerlo.

Dicho de otro modo, creo que hay que respetar el derecho, profundamente humano, a no perdonar. Eso en cuanto al perdón personal. El público, el indulto, debería estar constitucionalmente prohibido, salvo para casos excepcionales de rigurosa humanidad. En definitiva, no creo que hayamos de perseguir una paz que ya tenemos (bastaría con que los de siempre dejen de amenazarla), ni que hayamos de imponer el perdón obligatorio. Lo que debe funcionar es la Justicia en los más de trescientos atentados de ETA que aún están sin resolver y en los que tanto podrían ayudar esos foros y esas instituciones que se nos ponen como modelo.

Opinión:

Pues como siempre, habrá que respetar todas las opiniones... pero que alguien que no es víctima del terrorismo se crea con el derecho a decir lo que se hace o no mostrando un claro posicionamiento político y “aconsejando” a “las” víctimas lo que debemos o no hacer, sinceramente, no es de recibo.

Puedo decirle al señor Janín que participé en uno de esos encuentros, como víctima de la banda terrorista ETA en Hipercor. Y le recuerdo al señor Janín que sigo llamando a ETA lo que es, banda terrorista, así que mejor que no se imagine cosas que no son... pero claro, no recuerdo haber leído nada del señor Janín antes de la fecha tan señalada de octubre de 2011 (si lo hizo, presento mis excusas).

Ah, cuando participé en ese acto tuve toda la libertad del mundo para decir lo que me vino en gana, para expresar mis opiniones sin ningún tipo de cortapisas y sin que nadie me marcara guión alguno... lo cual sí me ha ocurrido cuando he aceptado participar en algun que otro acto “desde otro signo” acabando, evidentemente, por declinar esa invitación.

Es más, ¿dijo algo el señor Janín tres los encuentros de Glencree? Sinceramente y desde el respeto, me gustaría que cuando alguien hablara en nombre de “las” víctimas o nos aconsejara lo que debemos o no hacer, antes empezara diciendo “las víctimas que conozco o a las que he ayudado me han dicho que...”.

Si no es así, mejor pensar antes de aconsejar... porque generalizar está muy feo.

 

 

 

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