04 julio 2023
El hijo de Giménez Abad, sobre Ata: «Este señor le disparó dos veces y le remató de un tiro en la cabeza»
Borja Giménez ha identificado a Carrera Sarobe, Ata, como el asesino de su padre: «Yo lo reconocí perfectamente»
Otro testigo ha señalado a la etarra Itxaso Zaldúa: «Hay situaciones en la vida que son imborrables»
«Era un domingo. Mi padre y yo solíamos ir a ver el fútbol. Había partido del Zaragoza y salimos como a las 18:25 de casa para llegar a tiempo a la Romareda», ha recordado en el juicio Borja Giménez Larraz sobre el 6 de mayo de 2001, día en el que ETA asesinó en plena calle a su padre, Manuel Giménez Abad, entonces presidente del PP de Aragón.
«Un hombre apareció por detrás y disparó contra mi padre. En aquel momento mi padre cayó al suelo y este señor le disparó dos veces y le remató con un disparo en la cabeza», ha proseguido. «Me miró a la cara. Y cuando se iba me seguía mirando«. Borja tenía entonces 17 años y lo presenció todo. «¿Se cruzaron las caras?», ha preguntado la fiscal. “Totalmente”, ha contestado.
Quien apretó el gatillo era el exdirigente de ETA Mikel Carrera Sarobe, alias Ata. Borja le identificó en 2014, cuando la Guardia Civil le mostró una fotografía al tener indicios de que podía ser el autor material del atentado. Y ayer en el juicio lo ratificó. «Yo lo reconocí perfectamente. Tenía rasgos característicos, su mirada y su mandíbula», aseguró. Era él, «sin lugar a dudas», repitió al recordar la rueda de reconocimiento que tuvo lugar en París, años después. «Esto para mí ha tenido una carga emocional importante», reconoció al final de su declaración.
El hermano de Borja, Manuel Giménez, también ha asistido a la Audiencia Nacional para apoyarle. A su llegada ha confesado que afrontaba la segunda sesión del juicio con un «innegable dolor de recordar» la muerte de su padre. «Quienes creemos profundamente en la democracia hemos renunciado a la venganza como forma de reparación, hemos tratado de desterrar el odio y a cambio lo que solicitamos es el amparo del Estado de Derecho. El mejor amparo es que se haga justicia», ha expresado.
Hasta allí, además se ha desplazado Jorge Azcón, el actual presidente del PP de Aragón, quien a las puertas de los juzgados celebró que tras 22 años por fin haya juicio «para que los asesinos de Manuel Giménez Abad puedan estar donde les corresponde, que es en la cárcel». Tanto la Fiscalía como la familia de Giménez Abad, representada por la abogada Carmen Ladrón de Guevara, solicitan para Carrera Sarobe e Itxaso Zaldúa penas de 30 años de cárcel por asesinato terrorista.
«Hay situaciones que son imborrables»
Consideran que ambos formaban parte del denominado comando Basajaun. «Para ejecutar su plan criminal, que los dos habían diseñado y ejecutaron concertadamente, se desplazaron hasta la ciudad de Zaragoza», se puede leer en los escritos de acusación. Y en este sentido, hoy en la vista, otro testigo protegido, que ha declarado tras un biombo, ha identificado a la exetarra Itxaso Zaldúa, como la mujer que esperaba en los alrededores del atentado. Ya lo hizo hace años en sede policial. «¿Tenía seguridad cuando la reconoció?» preguntó el presidente del Tribunal, a lo que el testigo contestó: «Perfectamente. Hay situaciones en la vida que son imborrables y lamentablemente esta es una de ellas».
De esta manera, sus declaraciones, junto con las de Borja Giménez, contradicen la versión que dieron los dos acusados en la primera sesión del juicio. Ante el tribunal negaron su participación en el atentado y aseguraron que aquel 6 de mayo de 2001 ninguno de ellos estaba en Zaragoza. Según Ata, él estaba en una fiesta popular que se celebra todos los años en el País Vasco francés; y según Zaldúa, en esas fechas ella estaba en el cine con tres amigas.
Protección para los testigos
La sesión arrancó precisamente con la petición de las defensas de conocer las identidades de los testigos protegidos, al entender que lo contrario podía vulnerar garantías procesales, una pretensión a la que la fiscal, Ángela Gómez Rodulfo, se ha opuesto de manera rotunda.
«Todos los testigos, desgraciadamente, se encontraban en la vía publica cuando tuvo lugar un asesinato. No querían presenciar lo que presenciaron», dijo. Para ella, el derecho de defensa de los dos acusados está «suficientemente garantizado» y los testigos necesitan de una especial protección porque aunque ETA ya no actúa ha sido la «organización criminal que más muertos ha causado en la historia de la democracia española». El tribunal, finalmente, siguiendo el criterio del Ministerio Público, ha optado por preservar su anonimato.
Por la sala también han desfilado distintos agentes de Inteligencia de la Guardia Civil que han declarado que en 2001, en el momento del atentado, no tenían constancia de que Carrera y Zaldúa formaran parte de la organización terrorista. «A raíz del cese definitivo de las armas de ETA, empezamos a revisar atentados con víctimas mortales». El análisis de los documentos llevó hasta el comando Basajaun, Ata y Zaldúa.
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