miércoles, 3 de junio de 2015

02 junio 2015 (25.05.15) (3) Interviu (opinión)

02 junio 2015 (25.05.15)



Victimas por la reconciliación

El testimonio de familiares de asesinados por el terrorismo que promueven el diálogo y rechazan la manipulación política



La negativa del Congreso de los Diputados a acoger un encuentro entre víctimas de ETA y de los GAL y un exetarra enciende las críticas de los damnificados que creen que ya es el momento de hablar. Varios de ellos forman parte de un colectivo que impulsa una parroquia madrileña y en el que está colaborando, entre otros afectados, la nieta del almirante franquista Carrero Blanco.

Rosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, asesinado por ETA en 1993, estaba convencida, hace dos semanas, de que finalmente el programado encuentro entre víctimas de ETA y de los GAL se celebraría en el Congreso de los Diputados. El permiso ya había llegado. Rosa estaba eufórica. Había participado el año pasado en el primer encuentro en Madrid, celebrado en la parroquia San Carlos Borromeo, conocida como la iglesia roja de Vallecas. “Fue un éxito, las víctimas pudimos dar nuestro testimonio en un ambiente relajado y el resultado fue emocionante”, dice Rosa.

La víctima de ETA recuerda en especial a dos mujeres que hasta el final del acto no se dieron a conocer: Lucía, nieta del almirante Luis Carrero Blanco, asesinado por ETA en 1973, y su madre, Mercedes, nuera del militar. “Se levantaron, se presentaron y nos abrazaron. Dijeron que les habían conmovido nuestros testimonios”, rememora Rodero.

Uno de los abrazos que se vieron aquel día en la parroquia roja de Vallecas estaba cargado de simbolismo: el que Lucía CarreroBlanco le dio a Josean Fernández, exmiembro de ETA, que cumplió 22 años de cárcel por el asesinato de un empresario en Santurce (Vizcaya). A la nieta del militar le gustaron las palabras del antiguo etarra: “Aunque sea Carrero Blanco, es una víctima”, dijo Josean, ponente del acto, contestando a un joven que mencionó la dictadura franquista. Madre e hija salieron encantadas del acto y este año repetirán. Lucía y su madre suelen participar en las actividades de la parroquia, sobre todo en el taller de teatro.

Guerra en el congreso

Poco podía imaginar Rosa Rodero que ese permiso concedido por el Congreso de los Diputados para celebrar en la sala Ernest Lluch el segundo encuentro de Víctimas de ETA y de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación, que practicaron el llamado terrorismo de Estado entre 1983 y 1987) sería revocado una semana antes del acto, previsto para el día 29 de este mes. Y menos podía sospechar la viuda de Goikoetxea que la causa del veto sería Josean Fernández. “Él reniega de la violencia y aboga por el diálogo entre las víctimas del terrorismo de Estado y las de ETA, ¿qué hay de malo en ello? Para mí no es esencial que pidan perdón, porque puede ser falso. Pero comprobar que la reinserción funciona en algunos casos me satisface. Y este es uno de ellos“, expone Rosa Rodero.

Varias cartas recibió Jesús Posada, presidente del Congreso, con quejas de algunas asociaciones de víctimas. “Resulta espeluznante que el Congreso de los Diputados se haya prestado a un encuentro en el que participa un miembro de ETA”, decía la asociación Dignidad y Justicia. También la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) hizo constar su indignación: “Se va a hacer una manipulación del relato del terrorismo en nuestro país, ya que se pretende equiparar a víctimas y verdugos”. En idénticos términos se expresó María del Mar Blanco, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo. En el Congreso, la jornada de víctimas ha abierto una guerra interna. Solicitaron el permiso los grupos parlamentarios de CiU, IU, La Izquierda Plural, PNV y el Grupo Mixto. En cambio, los portavoces del PP, UPyD y el diputado Carlos Salvador, de Unión del Pueblo Navarro, pidieron a Posada que revocase el permiso. “El terrorismo no tiene ninguna justificación”, recordaba en una misiva Rafael Hernando, portavoz del PP. Por su parte, el PSOE, a modo de mediador, pidió un informe jurídico sobre la cuestión, cuyo resultado fue la negativa ya mencionada.

El encuentro se celebrará, de todas formas, en el Auditorio Marcelino Camacho de Madrid, el 29 de mayo a las once de la mañana. Rosa Rodero volverá a exponer su vivencia como víctima de ETA, acompañada de Asun Lasa, hermana de Joxe Antonio Lasa, torturado y asesinado por los GAL en 1983; Rosa Lluch, hija del políticosocialista Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000; Karmen Galdeano, hija de Xabier Galdeano, periodista del diario abertzale Egin, asesinado por el GAL en 1985. Asistirán miembros de la Asociación 11-M, presidida por Pilar Manjón. El que no estará esta vez es Josean Fernández, que, ante la polémica provocada por su participación, ha declinado asistir a la segunda edición madrileña.

El actor Carlos Olalla, colaborador de la parroquia San Carlos Borromeo –creador del taller de teatro del centro– compagina estos día la organización de la jornada de víctimas con el rodaje de una película sobre Luis Bárcenas. “La política no se toca en estos encuentros. Se habla desde la perspectiva humana del sufrimiento. Cada participante expone su testimonio y al final nos damos cuenta de que todos ellos tienen algo en común: el dolor es el mismo”, explica Olalla en la parroquia de Vallecas, mientras las mujeres necesitadas del barrio buscan prendas en el ropero de la iglesia. “La nuestra es una iniciativa ciudadana más que busca la paz y la convivencia en Euskal Herria”, dice Carlos Olalla. L

Los primeros encuentros

Karmen Galdeano perdió a su padre el 30 de marzo de 1985. Xabier Galdeano era el delegado de Egin en San Juan de Luz, en el País Vasco Francés. Murió por los disparos de tres sicarios de los GAL. Karmen reconoce que la primera vez que asistió a un encuentro con víctimas de ETA pensó que había sido un error. Fue a finales de 2007, en la localidad irlandesa de Glencree. Un grupo de víctimas de la violencia policial en el País Vasco, de los GAL y del terrorismo etarra se reunieron para contarse su experiencia. “Yo creía que no aguantaríamos, porque hubo tensión al principio; mucha. Estaban allí la hija de un guardia civil, un concejal del PP... Pensé que esa misma noche nos volveríamos a casa, pero el lugar estaba aislado. Al final, acabamos tomando pintas en un pub del pueblo. Conseguimos entendernos, encontrar lo que nos unía, mirarnos a los ojos y escucharnos”, cuenta Karmen.

Ese fue el principio de una serie de encuentros en Glencree, hasta 2012, que inauguraron una corriente de empatía entre los diversos grupos de víctimas. “Esa experiencia me enseñó mucho: habíamos vivido todos en un mundo cerrado, en el que no veíamos el dolor ajeno. Ni yo tenía la verdad absoluta ni todas las víctimas de ETA habían estado arropadas, como yo pensaba –cuenta Karmen Galdeano–. Una víctima de ETA contó que su madre se quedó viuda con 12 hijos y que después del funeral se olvidaron de ellos”. Para Galdeano, la política no es lo más importante. “No nos vamos a convencer políticamente, pero hemos aprendido a respetarnos y a convivir. Todos los años hacemos una comida juntos”.

Cristina Sagarzazu, viuda del ertzaina Montxo Doval, asesinado por ETA en 1996, es una firme defensora de la reconciliación.
Para ella, la prohibición de celebrar en el Parlamento el próximo encuentro entre víctimas es ”un error enorme. Ciertas víctimas marcan la agenda política del país y a otras víctimas se nos intenta silenciar. Deben respetar a las que pensamos que ha llegado la hora de la reconciliación”. El crimen de su marido no se ha resuelto. No se ha juzgado a ningún terrorista. “Me reconfortaría que fueran detenidos y juzgados. Sería como cerrar el círculo”.

‘síndrome de estocolmo’

Cristina, afiliada al PNV, se considera independentista. “Una cosa no tiene que ver con la otra. Las ideas hay que defenderlas con la política y la palabra. No con las armas”, dice la viuda de Doval, que rechaza las palabras de Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT. ”Cuando dice que las víctimas que piensan como yo sufrimos el ‘síndrome de Estocolmo’, me entran ganas de reír. Nos han matado a los maridos, ¿cómo vamos a apoyar eso?”.

En el País Vasco no solo se re­ únen las víctimas de diferentes grupos terroristas y parapoliciales en torno a un café, sino que además estas acuden a los colegios para transmitir su experiencia. ”Las víctimas del GAL no podemos reivindicar nuestra condición de víctimas inocentes si no somos capaces de condenar todos y cada uno de los atentados cometidos por ETA”. Esta declaración que hizo, en 1997, Laura Martín, viuda de Juan Carlos García Goena, otra víctima de los Grupos Antiterroristas de Liberación, forma parte del temario del programa de Víctimas Educadoras que se imparte en las escuelas vascas. Es una máxima que Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala, asesinado por los GAL, suscribe y enriquece con una extraordinaria lucidez: “Las víctimas del GAL hemos estado olvidadas, rechazadas y humilladas. Por eso yo siempre estoy a favor de todas las víctimas del terrorismo, incluso de las que dicen barbaridades”.

Pili y su familia mantienen una batalla judicial para que su hermano sea considerado víctima del terrorismo. Zabala, junto con Joxe Antonio Lasa, fue secuestrado, torturado y enterrado en calviva en 1983. Los restos de ambos jóvenes aparecieron en diciembre de 1994. Por ese crimen de Estado fueron condenados varios policías, entre ellos el general Rodríguez Galindo. “Todo el mundo puede tener una segunda oportunidad –dice Pili, refiriéndose a los condenados por el terrorismo etarra– si muestran arrepentimiento y deseos de reinsertarse. Pero en nuestro caso, los culpables jamás han mostrado arrepentimiento. Hay que recordar que Galindo estuvo solo cuatro años en prisión. La reparación comienza con la justicia. El crimen de Lasa y Zabala, como todos los de los GAL, es un crimen de lesa humanidad”.

El empresario José María Korta, presidente de la patronal de Guipúzcoa, fue asesinado, en agosto de 2000, por el comando Donosti de ETA, que colocó un explosivo en su coche. En diciembre del año pasado, el Gobierno vasco concedió el premio René Cassin a su hijo Andoitz y a otras 41 víctimas del terrorismo de ETA y de los GAL por formar parte del programa de Víctimas Educadoras y haber participado en el proyecto Glencree. El lendakari Iñigo Urkullu destacó la empatía hacia el dolor ajeno y el injusto dolor sufrido por los galardonados.

Contra el funesto espíritu del fanatismo

Escribió Stefan Zweig en su alegato contra el fanatismo y la intransigencia (Castellio contra Calvino) que “no solo los fanáticos aislados son peligrosos, sino el funesto espí- ritu del fanatismo”. A combatir este espíritu contribuyen las iniciativas para reunir a víctimas y verdugos de ETA, y también, aunque a muchos les asquee, que un asesino como Iñaki Rekarte abomine públicamente de sus crímenes y colabore con sus declaraciones públicas a desmontar el tinglado etarra. De ahí a la reconciliación media un trecho muy grande porque muchos son los significados de esta palabra pero, en todos los casos, se trata de un ánimo y de una actitud que nadie puede ser obligado a tener. Puede, sí, un asesino confesar sus crímenes y entonar el mea culpa. Puede, sí, un asesino arrepentirse de sus acciones, reconciliarse con la vida y ser restituido a la sociedad. Pero, “volver a las amistades”… Es más fácil decirlo que hacerlo. Revertir enemistades es tarea harto más ardua que granjearse amistades. Tampoco puede olvidarse que ETA sigue existiendo, que ni se ha disuelto ni ha entregado las armas y que sigue contando con, al menos, una treintena de activistas clandestinos en Francia. Y, mientras así siga siendo, el Estado no puede bajar las brazos contra la serpiente que ha causado tanto dolor y tantos baños de sangre. La reconciliación tendrá que llegar algún día, pero no cabe esperar sensatamente que eso ocurra sin que antes pasen generaciones, así que por el bien de los que vienen detrás bueno es que se empiece a trabajar en su favor cuanto antes. Y será buena porque el principal antónimo de reconciliación es venganza.

Opinión:

Creo que está todo dicho. Por fin descubrimos medios de comunicación que se atreven a consultar, de modo constante y coherente, la opinión de aquellas víctimas del terrorismo que huimos de las posturas “oficialistas”.

Nada más que decir.

Bueno, si. Estos últimos días he estado en contacto con Rosa Rodero, Rosa Lluch, Axun Lasa y Pilar Zabala. Tenemos el mismo objetivo: evitar mas sufrimiento como el que nosotros y nosotras hemos sufrido. Entre todos y todas lo conseguiremos, pese  a las trabas que otros puedan ir poniendo en el camino.


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