jueves, 25 de junio de 2015

25 junio 2015 ABC

25 junio 2015 



Seis etarras falsearon títulos universitarios para redimir condena
Entre los tramposos se encuentran el asesino de Hipercor, Inés del Río y “Txikierdi”.





Domingo Troitiño Arranz, condenado por la matanza de Hipercor, entre otros muchos crímenes, realizó la prueba de acceso a la Universidad del País Vasco (UPV) 20 años después de iniciar sus estudios de Magisterio, y con el DNI “33333333”. Es solo una de las pruebas que ha aportado el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) en su denuncia contra seis miembros de ETA, a los que acusa de falsificar títulos universitarios para redimir condenas y acelerar así su excarcelación.

Las trampas de estos terroristas constituyen, además, un agravio contra tantos y tantos jóvenes a quienes cuesta tiempo, dinero y mucho sacrificio cursar una carrera. Durante muchos años, la UPV ha sido centro desde el que se han repartido a discreción títulos para agraciar a decenas de etarras. Y ello no habría sido posible sin la complicidad de una parte de su personal.

El rector de la UPV, Iñaki Goirizelaia, compareció ayer ante el Parlamento vasco a petición del PP y UPyD, y negó cualquier “trato de favor” hacia los presos de ETA. Subrayó que los tribunales analizaron 500 expedientes y todos terminaron con una sentencia absolutoria o se archivaron. Pero el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, apuntó a la existencia de una trama “organizada” en el seno de la UPV, que habría venido funcionando desde hace décadas.

En efecto, el escándalo es antiguo, pero sigue coleando como lo demuestran estos nuevos casos. Se da la circunstancia de que los seis etarras contra los que se dirige la denuncia de Covite se vieron beneficiados por la decisión de Estrasburgo de liquidar la “doctrina Parot”. Ello explica que entre redenciones por supuestos estudios y sentencias como la de la Corte Europea, etarras con condenas milenarias recuperaran la libertad tras solo veinte años entre rejas

Alta impunidad

Las pruebas que aporta el colectivo de víctimas ponen al descubierto unas manipulaciones burdas que exigen explicación. Así, según la denuncia, Inés del Río Prada –condenada por 24 asesinatos– inició Periodismo en la UPV en 1989, con DNI falso “99999177”. La antigua pistolera del “comando Madrid” no hizo el examen de selectividad ni la prueba de acceso destinada a mayores de 25 años, requisitos imprescindibles. Además, pese a estar en prisión, se matriculó en los grupos 02, 03 y 04, reservados a alumnos que toman clases presenciales.

Ignacio Erro Zazu –cuatro asesinatos y 22 tentativas– comenzó Ciencias Políticas en la UPV en 1988, mientras estaba en prisión. Se matriculó con el DNI “99999215” y la fecha de nacimiento que aparece en su registro es “04/06/1964”. Los dos datos son falsos, según Covite. En su matrícula no consta si realizó el examen de selectividad o la prueba de acceso para mayores de 25 años. Se inscribió en el grupo 26, cuyo horario era de tarde y presencial.

Domingo Troitiño comenzó Magisterio en 1988, con DNI “33333333”. Según su expediente, realizó la prueba de acceso para mayores de 25 años el 1 de enero de 2011, domingo, y 20 años después de iniciar sus estudios universitarios. El primer año aprobó siete asignaturas. Todas con idéntica calificación: 5’5.

El exjefe de ETA Juan Lorenzo Lasa Michelena, “Txikierdi”, se matriculó en la UPV en 1989 mientras cumplía condena en Francia. El número de DNI que aparece en todos los documentos de su expediente es “999995555”. Como dirección figura “UPV F. CC. INFORM. (YOLANDA)”, en referencia a la Facultad de Ciencias de la Información. No consta en su expediente haber realizado la prueba de acceso a mayores de 25 años o la selectividad. Elías Fernández comenzó Magisterio matriculándose con el DNI “333333334”. No consta prueba de acceso. Tampoco en el caso de Inmaculada Noble, que se matriculó en Magisterio en la modalidad de clase presencial.






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