jueves, 10 de diciembre de 2020

08 diciembre 2020 Deia (3) (opinión)

08 diciembre 2020

 


Treinta años del atentado con seis asesinados en Sabadell

El 8 de diciembre de 1990 ETA hizo explotar un coche bomba que acabó con la vida de seis policías

 

Hoy, 8 de diciembre, se cumplen 30 años del atentado de ETA en Sabadell que acabó con la vida de seis policías que acudían a trabajar como miembros de seguridad del partido Sabadell-Málaga. Seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía fallecidos, otros dos policías heridos graves y ocho ciudadanos con heridas de diversa consideración fue el balance del atentado. Los miembros del comando Barcelona hicieron estallar el coche bomba estacionado en la calle Josep Aparici, a 500 metros de la Comisaría de Policía, a las 16.45 horas al paso del furgón policial que se dirigía a la Nova Creu Alta, en un partido que comenzaba a las 18 horas. Seis policías perdieron la vida: Miguel Marcos Martínez, de 53 años; Ramón Díaz García, de 42; Juan José Escuredo Ruiz, 53 años; Eduardo Hidalgo Carzo, 43 años; Juan Gómez Salat, con 36; y Francisco Pérez Pérez, 29 años. Los dos agentes heridos de gravedad fueron Enrique Fernández González y Cruz Adeva Usera.

Nadie entendió que aquel Sabadell-Málaga se disputara y que la respuesta ante el trágico atentado de aquel 8 de diciembre de 1990 quedase en un minuto de silencio. A raíz del atentado, la Guardia Urbana tuvo que velar por la seguridad del partido. El domingo 9 de diciembre se hizo un multitudinario funeral en la Iglesia de San Félix de Sabadell. Semanas más tarde, el 26 de diciembre de 1990, tuvo lugar un homenaje en forma de partido entre el Sabadell y la selección catalana con empate a 1. La recaudación de 10 millones de pesetas fue destinada a las familias de los policías asesinados.

Opinión:

Recuerdo que aquel salvaje atentado fue mi primera intervención como delegado en Catalunya de la antigua AVT. Seis viudas. Catorce huérfanos. Descubrir que habrían más familias destrozadas tras lo sucedido en Hipercor tres años antes… además de las que había conocido de atentados anteriores.

Aquel atentado me marcó. Y me demostró que a nivel legislativo y de atención asistencial, ser víctima y llevar o no un uniforme no aportaba casi diferencias. Visitar las dependencias de Acción Social de la policía y salir como había entrado me enseñó que habían muchas cosas que debían cambiar.

Poco antes, en octubre de 1989 y en el juicio por el atentado en Hipercor, tuve la suerte de conocer a Alvaro Cabrerizo, cuya esposa e hijas habían sido asesinadas. Entre los dos intentamos encontrar al mayor número de víctimas del atentado de Sabadell pese a no tener ni un solo listado oficial que pudiera servir de guía para encontrar a los heridos.

Y llevo más de treinta años haciendo lo mismo. De hecho, errores cometidos en el atentado de Sabadell se repiten en los atentados del pasado 17 de agosto de 2017.

Pero seguiremos en la lucha…

 

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