lunes, 21 de diciembre de 2020

20 diciembre 2020 (3) Voz Populi

20 diciembre 2020

 

La Guardia Civil no ceja en su empeño en la lucha antiterrorista contra ETA. Con la organización terrorista derrotada en términos policiales, buena parte de los esfuerzos de los agentes se centra en aportar algo de claridad en los atentados sin autoría conocida. Desde el anuncio del cese definitivo de la violencia, el Servicio de Información del Instituto Armadoha entregado a la Audiencia Nacional 150 informes sobre estos casos, señalan a VozPopuli fuentes próximas a las pesquisas. Una tercera parte de ellos ha conllevado el procesamiento de los implicados en los hechos.

El trabajo de los Servicios de Información se ha reconducido en esta última década. Antes de que ETA anunciase el cese definitivo de la violencia, la resolución de los casos llegaba, en la mayoría de las ocasiones, tras la desarticulación de los comandos terroristas: la información aprehendida servía para conducir a los autores materiales o a los colaboradores que habían propiciado los atentados. Sin comandos operativos, la Guardia Civil analiza ahora todas las piezas del puzle a su alcance para resolver, con nombres y apellidos, quién está tras cada dentellada terrorista.

Fuentes del Servicio de Información consultadas por este diario aportan cifras sobre esta vía de investigación. Desde octubre de 2011 -fecha en que ETA anunció su cese- los investigadores han entregado 150 informes a la Audiencia Nacional, bien a la fiscalía, bien al Juzgado Central de Instrucción, relativos a 115 sumarios. Si nos centramos en los últimos dos años y medio -la dirección de la banda terrorista escenificó su disolución en mayo de 2018-, la cifra total de informes es superior a la treintena.

Con ellos, la Guardia Civil aporta conexiones entre los miembros de ETA y los atentados terroristas. Las pruebas más sólidas llegan a través de criminalística, donde se encuentran vinculaciones genéticas o balísticas, entre otras. En los atentados perpetrados con explosivos, como ejemplo, se busca el patrón común -tanto por su confección por el material- que sirva para resolver el caso. También se contrastan las declaraciones que en su día hicieran los etarras para buscar posibles vínculos.

La 'Operación Damocles' para esclarecer los atentados de ETA

Un esfuerzo del Servicio de Información que se ha intensificado, si cabe, en los últimos años: todo procedimiento e investigación relacionado con el esclarecimiento de los atentados de ETA se llevan a cabo bajo la denominada Operación Damocles, dedicada exclusivamente a aclarar las circunstancias en las que se perpetró cada zarpazo terrorista.

El nombre de la operación no es casual. Por un lado, hace referencia a la presión que se cierne sobre los terroristas que participaron en golpes por los que no fueron condenados. Por otro, al esfuerzo contrarreloj de propios guardias civiles contra la prescripción de los delitos. En estas labores participan veteranos agentes de la lucha antiterrorista con experiencia en grupos operativos y otros especializados en el análisis de información.

Hasta el momento, una tercera parte de los informes entregados por la Guardia Civil han servido para procesar a los terroristas implicados. La cifra puede ampliarse, a tenor de los dilatados plazos en los tribunales: la información se ha entregado recientemente y aún queda por saber el recorrido judicial que puedan tener por delante.

Casos esclarecidos

Gracias a este esfuerzo se han resuelto crímenes sonados, como el del cabo de la Guardia Civil, Antonio Ramos, asesinado en Mondragón en 1986. Los informes del Instituto Armado condujeron hasta un comando que integraba Josu Uribetxebarria Bolinaga -captor durante 532 días del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara-. Así, la Audiencia Nacional citó en 2014 al propio Bolinaga y a sus compinches para declarar por estos hechos. Él murió antes de que se dictase sentencia, pero su compañero de ETA José Luis Erostegui sí fue condenado a 17 años de prisión.

Otros casos significativos han sido las condenas recientes al etarra Sergio Polo por dos atentados: el asesinato del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo Alonso, en diciembre de 1995, y el atentado contra el comandante Juan José Aliste en 1995, en una explosión que le seccionó las piernas y provocó heridas a su hija.

El esclarecimiento de los casos sin condena es una de las principales reivindicaciones de las víctimas del terrorismo. El pasado 10 de diciembre, 23 asociaciones firmaron una carta titulada Justicia, ahora y siempre que incidía en este aspecto: "Exigimos a los poderes públicos que se utilicen todos los recursos y medios necesarios para esclarecer todos aquellos actos terroristas que a día de hoy aún continúan si tener responsables determinados, persiguiendo el reconocimiento de la culpa y la no prescripción de las acciones penales".

Las mismas fuentes del Servicio de Información afirman que Damocles, a diferencia de otras operaciones policiales que se cierran con la desarticulación de un entramado criminal, no tiene un horizonte temporal definido. Y que se mantendrá activa siempre que haya piezas sin encajar en ese gran puzle que suponen los atentados de ETA sin esclarecer.

 

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