13 diciembre 2015
La yihad entra en campaña
La confusión a la hora de informar y la deficiente gestión del
atentado talibán contra la embajada en Kabul pueden erosionar a Rajoy
El pacto antiyihadista supera su primer envite y la oposición, pese al
error de información, apoya sin fisuras al Gobierno
La yihad ha
entrado en campaña. Y si perjudica a algún candidato es
al del PP, Mariano Rajoy, cuya candidatura puede verse erosionada por la imagen de confusión que él
mismo dio el viernes al informar del ataque
de los talibanes conra la embajada española ofreciendo versiones
contradictorias -del “no ha sido contra España” y “el policía está herido leve”
a “el policía ha muerto”-. La comparación con lo ocurrido el 11-M era inevitable. Tanto, que no pasó
desapercibido que quien escribió el comunicado emitido por la presidencia del
Gobierno el sábado a media mañana con la tercera versión de los hechos,
repitió, posiblemente sin darse cuenta, aquellas desafortunadas frases que
acuñó el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes. Las "dos líneas abiertas de investigación"
y el “no se descarta ninguna hipótesis” regresaron a la política española.
Aunque no es el 11-M (ni el país está en estado de 'shock'
ni hay un Gobierno intentando enmascarar la autoría del ataque por intereses
electorales) a los populares les recorre un escalofrío al pensar en
el daño que la gestión del ataque terrorista puede causar en la campaña. Sobre
todo porque el atentado coloca en primera línea a Rajoy, justo lo contrario de
lo que pretende el partido, que era mantenerle lejos de situaciones de
conflicto, como los debates. Además, el episodio del viernes le ha mostrado como un político poco capaz de gestionar situaciones
extremas.
La comparecencia
de Rajoy fue un cúmulo de errores. Primero, por
comparecer cuando el asalto seguía en marcha, segundo por comunicar una
información no contrastada y que se demostró errónea, y tercero por apresurarse
en descartar un ataque contra España que, horas más tarde, hubieron de admitir.
Prueba de la confusión del
Ejecutivo es que, este sábado, a media mañana, la presidencia del Gobierno
daba una nueva versión. Y ya van tres. "A esta hora se mantiene abierta la
investigación para esclarecer todos los detalles del atentado. Aunque un
comunicado de los terroristas y la información de la propia
policía afgana señalan que el objetivo del atentado no era la embajada de
España, se mantiene abierta la investigación y no se descarta ninguna
hipótesis", señala el texto difundido por la Moncloa.
Sea o no un ataque contra la
embajada, el Ejecutivo admite que se trata de un atentado "en el que
han fallecido dos ciudadanos españoles" y en el que los intereses
nacionales "han sufrido graves daños". "Es, por tanto, un
ataque contra España y contra su colaboración en la
consolidación de la democracia en Afganistán", señala el comunicado,
informa Patricia Martín.
Pero el impacto no acaba ahí.
También pueden dañar a Rajoy las manifiestas deficiencias de seguridad
que, según se va conociendo, tenía una legación diplomática situada en una de
las ciudades más peligrosas del planeta. Desde Cartagena de Indias (Colombia), el ministro español de
Exteriores, José
Manuel García-Margallo, reiteró que la legación disponía
de las medidas de seguridad adecuadas. “Se habían tomado todas las medidas de
seguridad que se podían tomar", aclaró, informa Rosa Massagué.
En la peor zona de la ciudad
No obstante, el testimonio de uno
de los policías que sobrevivió al ataque desmonta esa versión. "Lo que
hemos vivido aquí es culpa de mucha gente. La embajada estaba aislada en la
peor zona de la ciudad y sin seguridad ninguna ", escribió.
Para empezar, la
embajada no está ubicada en la ‘green zone’,
el área de máxima seguridad de la capital. El propio inmueble es muy
vulnerable. En esos países, la embajadas occidentales están protegidas
por elevados muros de hormigón. Los edificios están separados de esos
muros. En la legación española, el edificio casi tocaba con el muro exterior.
Eso la dejaba a merced de cualquier bomba que estallara en la calle. Esas deficiencias dejan en evidencia
al Gobierno pues mantener
una seguridad tan baja en una zona de tanto riesgo y en plena
ofensiva de los grupos yihadistas es un imperdonable error de evaluación de
riesgos.
El ataque ha
puesto a prueba las costuras del recién ampliado pacto antiyihadista, que
parece haber resistido el primer envite. Este sábado por la tarde se
celebró una reunión de los firmantes del pacto que, tras el encuentro,
hicieron público su respaldo sin fisuras al Gobierno y le 'perdonaron' los
errores. Desde Ciudadanos se atribuyó lo ocurrido al "caos
de los primeros momentos", mientras que Podemos anunció que el Gobierno les había
prometido que se revisará la seguridad de todas las embajadas. No hubo
partidismos. Ahí, al menos, sí hubo diferencias con el 11-M.
Opinión:
"Es, por tanto, un ataque
contra España …” es la frase con la que el Presidente del Gobierno de
España resume lo ocurrido en Kabul, tras el asesinato de dos policías nacionales.
No recuerdo que se dijera lo
mismo en ninguno de los atentados en los que ha habido víctimas españolas. Y
recuerdo uno en el que fueron asesinados cuatro ciudadanos españoles. Otro en el que fueron nueve...
Vivir para ver.
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