12 junio 2016
David
Kilcullen
Ex asesor de la lucha antiterrorista de
EEUU
"Cuanta
mayor presión sienta el IS en Siria e Irak, más probables serán sus ataques en
Europa"
David Kilcullen
entona el 'mea culpa' que las agencias de inteligencia occidentales han evitado
hasta ahora. Durante la última década fue uno de los principales arquitectos de la estrategia antiterrorista
estadounidense y británica que los secuaces del
autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) han puesto en
jaque.
Curtido como asesor
del jefe de las fuerzas de EEUU en Irak, el general David Petraeus, Kilcullen
recuerda las ocasiones perdidas. "Nunca
imaginé que pudiera producirse una completa resurrección del IS. Estuvimos
muy cerca de destruir completamente a Al Qaeda en Irak. A finales de 2007 solo
quedaban unos pocos cientos de militantes. Hoy son entre 20.000 y 40.000
personas. Me siento decepcionado porque pusimos mucho dinero y se sacrificaron muchas vidas para
crear un ambiente estable en Irak que fuera una oportunidad política para la
paz y se perdió la ocasión", reconoce Kilcullen, autor de 'Blood Year:
Islamic State and the Failures of the War on Terror' (El año sangriento: El
Estado Islámico y los fracasos en la guerra contra el terror", publicado
recientemente por la editorial británica Hurst.
París, Bruselas... ¿A qué nos
enfrentamos?
Estamos ante grupos
organizados, paramilitares y clandestinos que cuentan con mucha más presencia y
más gente involucrada de lo que jamás hemos visto. Es evidente que en el caso
de Bruselas hubo una serie de fallos y alertas que fueron ignoradas y que
llevaron incluso a varios miembros del Gobierno belga a presentar su dimisión.
Pero incluso si el sistema hubiera funcionado de manera perfecta, habría
resultado muy difícil evitar los ataques.
¿Cuáles son los principales errores en la
batalla contra el terrorismo?
Hay al menos dos
fallos: el primer y más abultado fue invadir Irak, que provocó la creación de
Al Qaeda en Irak y desencadenó una larga y compleja ocupación que restó una
gran cantidad de recursos que hubiéramos necesitado en Afganistán. Fue un gran
error del que derivan muchos de los problemas que sufrimos ahora. La segunda
fue la estrategia de "desagregación". La idea era romper Al Qaeda,
que era un grupo muy bien organizado, y separarlo en pequeñas partes para
dificultar otro 11 de Septiembre. Lo hicimos y tuvimos éxito pero justo sucedió
cuando las redes sociales e internet eclosionaron y se extendieron globalmente.
Unas herramientas que les permitieron operar de un modo diferente, como si
fueran más un gas o un virus que una organización formal.
¿Cuál es el nivel de amenaza que encara
Europa?
Muy seria. Está la
amenaza directa del terrorismo y la indirecta del flujo de refugiados. No digo
que los refugiados sean una amenaza pero sí que su llegada está aumentando la
presión sobre los países que son la frontera de protección de la UE como España, Italia, Grecia
o Hungría y también sobre los Estados de destino como Alemania o Suecia. Sucede
en un momento de dificultades financieras y cuando crece la respuesta negativa
de la extrema derecha o de las comunidades autóctonas contra los refugiados.
Usted hace hincapié precisamente en el
peligro del estallido social...
Así es. El IS está
interesado en provocar precisamente ese tipo de agitación sectaria para
explotar la situación. Se estima que en 2017 habrán llegado tres millones de
refugiados a Europa. Tenemos que reconocer que ese flujo despierta en buena
parte de la sociedad una inquietud ilógica e irracional pero fácilmente
explotable. Tenemos que abordar la integración de los refugiados y los asuntos
económicos, laborales y de bienestar asociados y debemos educar a la sociedad
sobre el peligro de dar una respuesta sectaria que pueda ser aprovechada por
los extremistas. Si se mira Molenbeek en Bruselas o algunos barrios del
extrarradio de París, se ve el ejemplo de lo que ocurre cuando su población es
marginada y se hace vulnerable a la radicalización.
¿Cuáles son hoy los principales objetivos
del IS en Europa?
Bélgica sigue en el
punto de mira. Francia es el blanco. Algunos países en Europa del Este podrían
ser lo siguientes en ser golpeados. Probablemente Hungría. Alemania no
constituye un objetivo principal pero puede haber oportunidades para objetivos
suaves. Existen dos dinámicas diferentes: una es aquella en la que los
terroristas eligen un blanco muy específico y la otra es cuando atacan
objetivos simplemente porque se da la coyuntura. Ambos fenómenos existen a la
par en Europa.
Las arremetidas de París y Bruselas
fueron perpetradas por militantes entrenados en Siria y retornados. ¿Como actúa
la estructura?
Los combatientes
reciben un entrenamiento concienzudo pero no instrucciones específicas sobre
los objetivos. Se les proporcionan estrategias para que puedan identificar los
blancos por su cuenta y decidan cuándo y dónde. No estamos ante las tácticas de
Al Qaeda, que dedicaba muchos esfuerzos a los preparativos y contaba con una
autoridad centralizada que acordaba los objetivos. La paradoja de la que
debemos ser conscientes es que cuanta mayor presión se hace sobre el IS en
Siria e Irak -y en estos momentos están perdiendo territorio-, más probables
serán los ataques en Europa en señal de revancha.
Insiste en que no podemos "luchar
contra el IS sin luchar"...
Los países
occidentales han sido muy reacios a enviar tropas sobre el terreno pero al
final tenemos que involucrarnos más enviando fuerzas especiales que participen
directamente en la batalla. Mientras el conflicto continúe en Siria e Irak,
nada podremos hacer en Europa para detener la amenaza completamente. Tenemos
que abordar el desafío en su origen, con especial atención a Siria. Hay que
alcanzar la paz, que debe ser un esfuerzo diplomático, y derrotar militarmente al
IS y al frente Al Nusra, la rama de Al Qaeda en Siria. Luego, el mayor problema
será estabilizar Siria e Irak. Se necesitará el apoyo de fuerzas de paz y no
creo que los países occidentales vayan a contribuir demasiado en este asunto.
Se requerirá entonces un liderazgo musulmán, ya sea turco o árabe.
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