19 septiembre 2022
Emilio Alfaro, escritor: “Los terroristas no sabían quién era su víctima pero la mataban”
¿Qué pasaría si un terrorista arrepentido se enamora de la viuda de su víctima sin que ella lo sepa? Sobre esta idea que le rondaba en la cabeza desde finales de los ochenta, vertebra este periodista y escritor su primer novela autor de ‘Matar, amar’
¿Qué pasaría si un terrorista arrepentido se enamorara de la viuda de su víctima sin que ella lo supiera? Y, claro, no se atreviera a decírselo para no terminar con la relación y además, pensara, que con ese amor iba a suplir todo el mal cometido.
Esta hipótesis asaltó a finales de los ochenta a Emilio Alfaro, cuando era un cronista político del periódico El Correo y convivía a diario con los atentados, las concentraciones de repulsa y las extorsiones a los empresarios que no pagaban el impuesto revolucionario. Así que, cuando se jubiló hace dos años y se dispuso, por fin, a escribir su primera novela, tras haber abandonado el frenesí de la redacción, tuvo claro cuál sería el argumento. “Casi me vi obligado a pesar y tuve que vencer cierta resistencia interior por los conflictos morales que quería plantear”.
Y poco a poco, con dos protagonistas trágicos y nada arquetípicos (Luke, un terrorista arrepentido que no encaja con el perfil de héroe de la ‘kale borroka’; y Marisol, una vasca casada con un guardia civil, “un cuerpo extraño dentro de una comunidad hermética”) ha ido tejiendo ‘Matar, amar’, su primera novela, (Alberdania, 19,90 euros).
Hoy la presentará en Pamplona (Civivox Condestable, 19 horas). Emilio Alfaro Martínez (Mendigorría, 1955) está casado con Charo Autor, enfermera natural de Puente la Reina, y tienen una hija, Cristina, de 32 años, oncóloga en el hospital Txagorritxu de Vitoria, donde residen desde los 80.
Desde la publicación de la novela ‘Patria’ de Fernando Aramburu, han proliferado libros, películas y series de televisión sobre el terrorismo de ETA (que están sirviendo para que los menores conozcan qué pasó).
¿‘Matar, amar’ persigue el mismo objetivo?
Nunca me lo planteé como una explicación luminosa del terrorismo dirigida a las nuevas generaciones. Mi motivación ha sido otra, más literaria.
¿A qué se refiere?
A una vieja idea o intuición literaria que me rondaba por la cabeza desde finales de los ochenta: la de qué pasaría si un terrorista arrepentido se enamorara de la viuda de su víctima sin ella saberlo. Si lees los informes de Covite o del Memorial de las Víctimas del Terrorismo, hay cantidad de historias alrededor del terrorismo que se prestan a ser noveladas. Con esta idea mía, un poco extrema, he intentado emocionar y atrapar al lector. Porque son dos personajes muy trágicos, en el sentido de la tragedia griega... Yo he querido escribir una novela de personajes. Luke es un joven atrapado por la cuadrilla y que busca ser reconocido participando en la ‘kale borroka’ primero y más tarde, en la ‘organización’. Marisol es como un ‘Edipo’ doblemente trágico. Primero se enamora de alguien que no le es conveniente (un guardia civil) y después, de su asesino. He querido reflejar también el ‘coro’ de las tragedias griegas (todos los personas que dicen qué hay qué hacer, qué va a pasar...) El ambiente social de alguna forma pervive como un cierto control. Es una tragedia clásica que narra la tragedia cotidiana que hemos vivido en las últimas décadas.
En la novela no habla en ningún momento del terrorismo de ETA ni da nombres reales a las ciudades o los pueblos...
Pero hay muchos guiños y resulta claro... Aunque no lo digo expresamente, he querido situar la trama entre 1995, cuando Luke entra a la ‘Organización’ (ETA), y 2011, con el fin del terrorismo. Cuando me refiero a la ‘Kapital’, obviamente hablo de San Sebastián, y los pueblos de los protagonistas pueden ser cualquier de Guipúzcoa.
La moral y la culpa
Aunque es una novela de personajes hay un ‘tercer actor’ que tiene un gran protagonismo: la moral y la culpa...
¡Claro! Es que los terroristas no sabían a quién iban a matar ni por qué. Solo les decían que era un guardia civil, un policía... En definitiva, un enemigo del pueblo. En el libro se describe cómo fueron los encuentros de reconciliación en las cárceles entre víctimas y victimarios y ahí los etarras arrepentidos se dan cuenta de que esas personas tenían nombre, mujeres, hijos...
Es lo que le ocurre a Luke...
Él llega a un arrepentimiento especialmente sincero y quiere pedir perdón a Marisol, aunque eso suponga entrar nuevamente en la cárcel y luego, perderla. Pero es cobarde para dar ese paso. Tangencialmente, la novela aborda otros temas relacionados con el terrorismo de ETA, como el de la figura del héroe (’gudari’), el acercamiento de los presos, la extorsión a los empresarios...
La figura del héroe y el alistamiento fueron muy importantes para muchos jóvenes que sentían así su pertenencia al grupo.
Pero el drama de ETA y de la izquierda abertzale es que ahora aún hay 200 presos en las cárceles cumpliendo largas condenas. También se habla de los presos comunes, de la diferencia con los políticos, de la vida en las cárceles (que ahí es donde se han dado los pocos casos de arrepentimiento).
Respecto de la extorsión a los empresarios, sorprende que cuando Luke sale de la cárcel es precisamente un compañero de instituto, hijo de un empresario la localidad amenazado, el que le da trabajo.
Sorprende... Ha sido una manera de cerrar una etapa, de volver a la normalidad y de ofrecer un apoyo a la gente que rompía con ETA. Una forma de actuar bastante habitual para contribuir a la convivencia pacífica.
‘Matar, amar’ ha sido su primera incursión en la literatura... ¿Por qué ha tardado tanto?
Yo siempre he querido escribir y por eso me hice periodista. Pero enseguida me invadió el virus del periodismo, que no me lo pude sacudir en toda mi vida laboral, de más de cuarenta años (treinta cubriendo informaciones relacionadas con el terrorismo). La novela de ‘Patria’ me ayudó un poco y he ido buscando el tono, la voz... El periodismo es como una piscina, en donde conoces los límites, los bordes, cuánto cubre en cada parte... La novela es como el mar abierto y las corrientes te arrastran.
¿Nueva novela a la vista?
La estoy acabando (risas). jefe de redacción de El País en el País Vasco. ‘Matar, amar’ es su primera novela. “El drama de ETA y de la izquierda abertzale es que aseguraban a los jóvenes que iban a ser héroes. Pero aún hay 200 presos con largas condenas”
Opinión:
Aunque ya he comentado mi opinión sobre el argumento del libro en una entrada anterior, reconozco que todavía no lo he leído… por lo que solamente opinaré en relación a las respuestas del señor Alfaro en las entrevistas que concede.
Por ello me extraña mucho leer que “los terroristas no sabían quién era su víctima pero la mataban”… ese caso podría darse en relación al atentado en Hipercor o en muchos de los cuarteles donde no conocían a sus potenciales víctimas ni personalmente ni de ningún otro modo. Es lo que la banda terrorista ETA (y otras) llamaban “socialización del sufrimiento”.
Pero es obvio que los terroristas conocían la personalidad de todos y cada uno de los asesinados que, por ejemplo, pertenecían a algunas siglas políticas concretas o también a altos cargos de la judicatura o de los estamentos militares. Así pues, generalizar diciendo que “los terroristas no sabían quién era su víctima pero la mataban” es una frase más de las muchas que se dicen sin pensar demasiado en las consecuencias.
Dicho lo cual, habrá que leer el libro… sobre todo cuando la labor de asistencia a casi 300 víctimas me permita disponer del tiempo necesario para ello. Lo digo porque mientras algunos se dedican a viajar, a cobrar dietas y a inventarse atentados que jamás han sufrido, otros nos dedicamos a atender (como podemos con los escasos recursos que quedan) a cientos de personas que necesitan ayuda y asesoramiento.
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