jueves, 20 de abril de 2023

20 abril 2023 (09 marzo 2019) elespañol.com (opinión)

 20 abril 2023 (09 marzo 2019) 



El estigma de los 2.600 heridos por ETA que han caído en el olvido: "Nadie me ayudó, nadie me llamó"

El libro 'Heridos y olvidados' recoge estadísticas inéditas del terrorismo en España, así como entrevistas de algunos de sus protagonistas

El periodista e investigador Florencio Domínguez anticipa en el prólogo de Heridos y olvidados que el libro ofrece un “importante caudal estadístico” sobre aquellas personas que, sin llegar a perder la vida en manos de los terroristas, han sufrido las consecuencias directas de sus atentados. Sin datos, la realidad se diluye; sus protagonistas no tienen una referencia a la que aferrarse y están abocados a la indiferencia más dolorosa.

¿Cuántos heridos ha dejado el camino de ETA? Hasta ahora no se sabía, pero la obra lo pone en negro sobre blanco: 2.597. Sus autores, María Jiménez y Javier Marrodán, revisten la cifra con la humanidad de testimonios inéditos, como el de Natividad Astudillo, alcanzada por la bomba que colocó un comando etarra en la madrileña cafetería Rolando en 1974: “Nadie me ayudó, nadie me llamó un día para preguntarme cómo estaba o cómo había sido mi vida después del atentado”.

Heridos y olvidados, los supervivientes del terrorismo en España (La Esfera de los Libros) es un clamor a través de las estadísticas. Las cifras, siempre tan frías, laten ahora para desterrar el olvido. No es una guía definitiva, dicen en las primeras páginas, sino una llamada a abrir más caminos en la memoria. Sus páginas recogen datos de los heridos por todo tipo de terrorismo en nuestro país: de los yihadistas, de la extrema derecha, de los GRAPO, del FRAP, de ETA. En total, 4.696 personas.

ETA, con su medio siglo de existencia, ha sido la organización que ha provocado un mayor número de heridos, con un total de 2.597. “Por primera vez, la Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo del Ministerio de Interior ha aportado cifras oficiales acerca de las personas reconocidas como heridas al Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, lo que ha hecho posible este trabajo”, admiten los autores en las primeras páginas de la obra.

El vacío estadístico es también una forma de herida. El 13 de septiembre de 1975, ETA colocó una bomba en la cafetería Rolando, en Madrid, a escasos metros de la Puerta del Sol. Hubo 13 muertos y más de medio centenar de heridos. A Natividad Astudillo, que había llegado desde Salamanca en 1968, la explosión le provocó un traumatismo craneal, contusiones múltiples, la amputación de tres dedos del pie y tres operaciones de mandíbula. También una cicatriz psicológica que aún duele. Tardó casi cuatro décadas en ser reconocida como víctima del terrorismo.

“¿Se sintió arropada?”, preguntan los entrevistadores al hablar con Natividad. “Por mi familia, por mis compañeros y por mi empresa, sí. Pero ellos exclusivamente. Para la Administración no existimos, sino que molestamos, no le damos lástima”. Y explica cuándo fue la primera vez que recibió algún tipo de ayuda psicológica: “Más de treinta años después del atentado. Las secuelas no han desaparecido, pero ha aprendido a convivir con ellas sin que me hagan tanto daño”.

ETA asesinaba desde el 7 de junio de 1968. Su primera víctima mortal fue el guardia civil José Antonio Pardines. En la década de los sesenta, la banda terrorista hirió a dos personas. En los setenta dio un salto cualitativo -eran más precisos- y cuantitativo -aumentaba su disposición de poner más muertos sobre la mesa-. Las cifras que recogen el libro lo demuestran: entre 1970 y 1979, sus terroristas hirieron a 176 personas. Como Natividad, muchas de ellas cayeron en el olvido.

Hablar de los años ochenta hace alusión a los años de plomo, en los que ETA puso al Estado contra las cuerdas. No había forma de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado arrebatasen la iniciativa a los asesinos. Entre 1980 y 1989 dejaron un total de 886 heridos. La Administración, desbordada y quizá sin capacidad para desarrollarlos, apenas facilitaba medios de atención a las víctimas.

"Estábamos abandonados"

Las estadísticas del libro recogen 628 heridos por ETA en la década de los noventa; 899 entre 2000 y 2009. Los últimos heridos, tres ertzaintzas y un ciudadano del que no se especifica profesión, resultaron heridos con grado de lesiones en Bilbao.

Madrid ha sido la provincia en la que se ha registrado un mayor número de heridos por ETA, con 653. Le siguen Guipúzcoa (469), Vizcaya (387), Navarra (199), Burgos (186), Zaragoza (140), Álava (135) y Barcelona (134). El libro recoge además otra estadística sobre la gravedad de los daños: 1.669 de los heridos tuvieron lesiones no invalidantes; 500, incapacidad permanente total; 207, incapacidad permanente absoluta; 122, incapacidad temporal; 59, incapacidad permanente parcial; y 40, gran invalidez. Guardia Civil y Policía Nacional, con 463 y 233 heridos, respectivamente, son los colectivos más alcanzados por ETA.

Maribel Lolo es hija del policía municipal Jesús Lolo Jato, herido en un atentado de ETA en Portugalete en 1978. En una entrevista recogida en el libro admite que “los terroristas te arrebatan la vida, te rompen la unidad familiar, la estructura, las ilusiones o los proyectos”. A su padre le alcanzaron de un disparo en la zona medular y quedó en silla de ruedas. ¿Atención institucional? La respuesta es concisa: “Ninguna. Estábamos abandonados”.

Maribel y Natividad son dos de los testimonios rescatados del olvido en este libro recién publicado, que incorpora otras entrevistas (no sólo a víctimas de ETA) y un sinfín de estadísticas inéditas. El manual no deja de ser una invitación de más de 300 páginas a seguir construyendo la memoria frente al terror.

Opinión:

Para empezar, agradecer a la magia de Twitter que me haya hecho llegar esta información que no me llegó (o no supe encontrar) en marzo de 2019.

Y ahora, entrando en materia… cuando ocurrían atentados en la década de los 80 y los 90, la ANTIGUA AVT intentaba localizar al mayor número de víctimas, pero hay que explicar cual era el sistema, que para muchos parecerá una broma: buscar a las víctimas por las páginas amarillas de Telefónica. Sí, los famosos “listines”…

Pero había que rezar mucho antes de empezar la búsqueda porque debían cumplirse varios parámetros. Uno, que el contrato del teléfono figurara a nombre de la víctima. Dos, que la víctima residiera en la población de la que tenías solamente el nombre y apellidos. Tres, que ese nombre y apellidos figurara también en la sentencia que pudieras conseguir por el atentado sufrido. Podría añadir otros parámetros pero no quiero aburrir demasiado con tantos datos reales.

Evidentemente, la colaboración de la administración era absolutamente nula.

La información que presenta el Ministerio y en la que, al parecer, se basa el libro objeto de la noticia, es que ETA causó 2.597 heridos… pero por lo que tengo entendido, el Ministerio de Interior basa sus listados en aquellas víctimas que hemos solicitado indemnización… y por ello me pregunto si  se ha realizado un estudio pormenorizado de las sentencias que se han dictado tras cada juicio por cada atentado juzgado. Por ello me pregunto si una víctima localizada veinte años después de su atentado no solicita indemnización pero se le otorga la Encomienda figura (o no) en los listados del Ministerio de Interior.

Lo que sí me confirma la publicación en 2019 de esta noticia es aquella respuesta que recibí en marzo de 2014 cuando acudí a la Subdirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, con un listado de mas de 200 víctimas por atentados en Catalunya para saber si estaban o no en la relación de víctimas del propio Ministerio. Cuando solicité información sobre el tema, la respuesta fue un escueto “quien quiera algo, que venga a vernos”. Así, sin anestesia previa. Lo de preocuparse por encontrar a las víctimas e informarles de sus derechos no debe estar en el ADN de la administración competente. Bueno, tampoco ahora...

Y la propuesta de una subvención que luego fue denegada, lo dejo para otro día.

Pero ahora, una reflexión más. En 2019 los casi 350 heridos por los atentados de agosto de 2017 en Catalunya no estarían incluidos en las cifras aportadas por el Ministerio de Interior a los investigadores. Y digo que no deberían estar incluidas por dos argumentos usados por la Subdirección mencionada: el primero, porque me acusaron, como asesor de la UAVAT, de intentar “meter víctimas por la puerta de atrás”. El segundo, porque ni siquiera se había celebrado juicio y, por tanto, no había sentencia alguna (aunque, eso sí, ya desde el propio Ministerio se habían dedicado a denegar muchísimos expedientes con razonamientos absolutamente surrealistas o con el consabido “ha presentado la documentación fuera del plazo legalmente establecido”).

Bueno, pues resulta que en cuanto al primer argumento esgrimido por el Ministerio de Interior, la sentencia de la Audiencia Nacional reconoce a todos los presentados por la UAVAT (excepto a dos) como víctimas de los atentados. Y en cuanto al segundo, ahora en abril 2023, la sentencia de mayo de 2021 todavía no ha adquirido firmeza.

Por ello, la pregunta es obvia: ¿esas víctimas están contabilizadas en la relación del Ministerio de Interior? Es más ¿han sido asistidas, asesoradas, atendidas e informadas por la Subdirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo? ¿O, si supuestamente lo van a hacer, esperarán a que la sentencia sea firme seis años después de ocurrir los atentados?

¿Hablamos?

Y para terminar, si “las estadísticas del libro recogen 628 heridos por ETA en la década de los noventa; 899 entre 2000 y 2009” ¿por qué no han ampliado el estudio a las víctimas heridas del terrorismo desde el 1 de enero de 1960 hasta el 31 de diciembre de 1989?

Si lo desean, al menos de lo ocurrido en todos esos años en Catalunya, les puedo aportar información muy aproximada… aunque cada vez me convenzo más de que hay a quien no le gusta tocar aquellos años por no reconocer que les falta una enorme cantidad de información.

O quizás es que les pilla lejos…

Y como colofón: dicen que “Guardia Civil y Policía Nacional, con 463 y 233 heridos, respectivamente, son los colectivos más alcanzados por ETA”… si hacemos una simple suma resultan 696 y si los restamos de los 2.600 que aparecen en el titular, resulta que aparecen mas de 1.900 que deben pertenecer al colectivo de “civiles” ¿no? Por lo tanto, el colectivo de “civiles” ¿sería el más alcanzado?

 


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