sábado, 26 de agosto de 2017

22 agosto 2017 (21.08.17) (10) Las Provincias (opinión)

22 agosto 2017 (21.08.17)


Un dolor intenso que no cicatriza

Un dolor intenso que no cicatriza Los psicólogos atienden a más de 200 personas, entre heridos, familiares de víctimas y testigos de los atentados.

No hay nada más desgarrador que perder a un ser querido. Si encima este fallecimiento se produce de forma salvaje, el dolor se vuelve más intenso, una cicatriz sin cerrar del todo que permanece en el interior para siempre. Los psicólogos que están sobre el terreno estos días en la capital catalana tienen la difícil tarea de tratar de recuperar anímicamente a heridos, testigos, familiares de las víctimas y a la ciudadanía en general. Por desgracia, tienen experiencia: los más veteranos prestaron sus servicios de atención ya hace treinta años en el brutal atentado de ETA en Hipercor, que se llevó por delante la vida de 21 personas, o hace dos años en el accidente de Germanwings en los Alpes, donde murieron 150 personas.

Tras el shock inicial, se inicia un proceso de duelo que permanece siempre latente en la persona. Ana Romeu, experta en psicología de emergencias, forma parte del grupo de voluntarios que el Colegio de Psicólogos de Cataluña ha puesto a disposición de las autoridades para que colaboren en la atención psicosocial. Según su criterio, el ser humano está preparado para superar «cualquier adversidad». La persona o familiar afectada por un golpe de este tipo lo pasa mal, pero, a su juicio, «la mayoría de las personas, entre el 70% y el 80%, superan estas adversidades sin desarrollar trastornos posteriores». Eso sí, una cosa es superar la tragedia y otra olvidarla, lo que es imposible. Romeu relata que con los años las personas cambian y el trágico suceso pasa a formar parte de sus vidas, primero sólo se piensa en ello, luego ya forma parte de cada uno de ellos. «El dolor siempre está ahí, señala, no cicatriza del todo, baja la intensidad, pero siempre está ahí», apunta. Para una correcta recuperación, Ana Romeu considera clave la comunicación inicial, que si no se hace de manera adecuada puede dejar graves secuelas de por vida. «Cuando te transmiten que un familiar ha muerto el impacto es muy fuerte y la primera reacción suele ser de incredulidad, de no querer asumir la realidad», señala. En esos primeros momentos la gestión de la comunicación es decisiva. Hay que ser riguroso, conciso, no entrar en detalles, ir al grano y decir siempre la verdad. Se trata, además, de aislar al familiar o víctima del ruido mediático. A su entender, los heridos leves y los testigos de los atentados son los «más vulnerables» desde el punto de vista psicológico, en la medida en que suelen tener las escenas muy frescas y las imágenes regresan una y otra vez a su cabeza. En el lugar de los hechos, la actuación de urgencia responde a tres preguntas que se le hace a la víctimas o testigo: qué ha visto, qué necesita y cómo está. «Hay que dejarles hablar, que saquen lo tienen dentro y que identifiquen sus necesidades», apunta.

La identificación

Desde el jueves por la tarde, los familiares de las víctimas han sido acogidos por equipos de atención psicosocial en salas específicas habilitadas, informados y desplazados a diferentes centros sanitarios en el caso de los heridos y en el caso de las víctimas mortales han sido trasladados a la Ciudad de la Justicia, sede Instituto de Medicina Legal de Cataluña. Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona señalan que en el instituto de medicina legal han sido atendidas psicológicamente unas 70 personas. «He hablado con el equipo y lo más duro es cuando acuden a identificar a los fallecidos», relata Laia Ortiz, teniente de alcalde de Barcelona, coordinadora del operativo psico-social. Según apunta, «algunos familiares han viajado a Barcelona sin saber si sus sedes queridos estaban vivos o no». «Se les recoge en el aeropuerto y se les comunica lo ocurrido y se les acompaña en todo momento», asegura.

En total, los psicólogos han atendido hasta la fecha a más de 200 personas, una cifra que irá a más, pues el consistorio puso ayer en marcha un segundo plan de actuación, que consiste en ampliar la prestación de la ayuda a todas las personas (comerciantes, trabajadores o viandantes) que estaban en las Ramblas el fatídico jueves pasado. «Con los días pueden tener insomnio, ansiedad, situaciones de irritabilidad y hasta estrés postraumático», señala la concejala barcelonesa.


Opinión:

Entendiendo la totalidad de la información me permito recordar que “con los días” es una expresión demasiado coloquial y generalista. De hecho, sería mejor decir “con el paso del tiempo” porque muchos de esos síntomas aparecen meses o años después…
Y eso de que se les “acompaña en todo momento”, será hasta que se levante el campo de actuación y según me informan, no queda mucho para que llegue ese momento. Lo viví con el siniestro de Germanwings. Y, por cierto, no recuerdo que ningún psicólogpo atendiera a las familias afectadas en el momento del atentado en Hipercor, me gustaría poder intercambiar impresiones con alguno de ellos.

Errores que no se quieren solucionar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario