Es el Estado, no ETA, el que debe resolver los crímenes aún sin aclarar”
“comisionado para la convivencia”, Jesús Loza, asegura que “si queremos convivir, debemos recuperar a los presos para la democracia”
Itziar Reyero
Impulsor del documento de las víctimas «contra la impunidad» de ETA, así como del acuerdo político sobre los afectados por «abusos policiales», Jesús Loza (Vitoria, 1952) es ahora el brazo ejecutor del lendakari encargado de la comisión creada recientemente en el Parlamento vasco para gestionar el final de la banda. Su polémico nombramiento ha suscitado recelos, cuando no rechazo, de las víctimas del terrorismo.
¿Qué nivel de comunicación mantienen con el Ministerio de Interior?
El mismo que hace dos años. El cambio de Gobierno no ha variado la colaboración y lealtad.
¿Qué receptividad halla en el PP?
Tenemos nuestras pequeñas diferencias, pero tratamos de solventarlas en la cocina.
¿Diferencias en términos técnicos o políticos?
En términos prácticos (sonríe).
El PP acusa a López de presionar a Rajoy en materia antiterrorista.
En absoluto. No queremos arrogarnos competencias del Gobierno. Pero sí trabajar juntos en una política penitenciaria que, como dice el ministro, está orientada a la reinserción. Y eso no se hace solo dentro de la cárcel, también fuera. Entendemos la situación del PP. Hay que dejarles tiempo.
Las víctimas también rechazan su figura: «Las reglas ya están claras».
Respeto su opinión, pero no nos saltaremos las barreras del Estado de Derecho. No se ha hecho en el pasado, ni ahora, ni se hará en el futuro.
Defiende dar una «segunda oportunidad a los presos de ETA». ¿La Ley de Amnistía no fue suficiente?
Lo fue para terroristas de ETA y para el franquismo. Evidentemente no puede ser la misma oportunidad que con ETA p-m. Pero si queremos convivir tenemos que afrontar el reto de recuperar para la democracia a los presos y también a quienes jaleaban.
¿Qué le lleva a pensar que si hasta hoy apenas 20 reos se han desmarcado de la violencia, lo harán ahora?
Tenemos que provocarlo. Primero Batasuna tiene que convencerse de que no puede decir a los presos que permanezcan en primer grado y no se acojan a la legalidad, mientras ellos sí acatan la Ley de Partidos.
¿De verdad cree que asumirán algún día el daño causado?
Ese es mi objetivo, o perdón, uno de ellos. En Italia todavía hay presos de las Brigadas Rojas en la cárcel porque no han querido asumir su responsabilidad. Es una decisión suya, el preso que quiera cumplir su condena íntegramente está en su derecho…
Prepara un informe específico sobre presos enfermos. ¿Qué propone?
Una mejor aplicación de lo previsto en el Código Penal en cuanto a enfermedades graves e incurables. Se trata de objetivar, con un protocolo, para que Batasuna no los victimice frente «el Estado deshumanizador»...
¿Y no cree que tanto hablar de ellos se les regala protagonismo?
Perdón, pero la responsabilidad no está en quien contesta sino en quien pregunta exclusivamente de presos.
¿Acercarles no es quitarle al Estado la última baza para presionar?
Nunca haré como Batasuna, que es utilizar a los presos. Rechazo hablar de bazas, son personas que han cometido crímenes execrables pero que mantienen su resto de dignidad. Tienen que cumplir su pena, pero el objetivo que establece la Constitución y la ley penitenciaria es la reinserción.
¿Debemos renunciar a que los presos de ETA colaboren con la Justicia ?
¡Por los clavos de Cristo! Un preso que abandona la banda, que le dice que tiene que desaparecer, que reconoce el daño, que lo está reparando, que pide perdón a las víctimas, ¿eso no es colaborar con la Justicia ? La ley habla de colaborar para impedir otros delitos; para atenuar los efectos del delito; para la identificación y captura de responsables; para impedir el desarrollo de la organización... Con cualquiera de ellas están cumpliendo.
¿Y qué pasa con las 314 víctimas cuyos asesinatos están sin esclarecer?
Estoy totalmente de acuerdo con las víctimas. Pero la responsabilidad de aclararlos es del Estado. Si hay que hacer presión ha de ser a la Policía , a la Guardia Civil , a la Fiscalía y Judicatura, que son los responsables de aclarar…
¿Y no a los miembros de la banda?
También, pero la responsabilidad fundamental de aclarar los asesinatos es del Estado de Derecho.
¿La delación es descartable?
En Italia hemos visto que la delación ha sido un fracaso.
¿Se plantea modificaciones en la ley?
No en este momento.
¿Puede haber una fase o modelo intermedio entre Nanclares, que ETA repudia, y la salida colectiva?
El ejemplo italiano es un sensacional ejemplo.
El modelo de Italia (Brigadas Rojas) pasaba por crear espacios comunes en las cárceles en aquellos que se detectan dudas e intención por salir de la disciplina de la banda.
Silencio y sonrisa cómplice.
¿Se está haciendo?
Se ha hecho ya. Se habla de cárceles laboratorio, Zuera y Villabona, y nadie lo ha desmentido.
¿Está funcionando?
En estos momentos, como ha dicho el ministro del Interior, después del 20 de octubre ha habido una cerrazón absoluta. Nadie ha dado ni un paso.
¿Por qué?
Porque piensan que van a salir todos juntos y en alegre birlibirloque. Pero les están engañando. No va a haber soluciones colectivas. El Estado de derecho tiene mecanismos para ayudarles, si ellos quieren, para iniciar el itinerario de reinserción.
El lendakari dijo que ayudará familias presos por vía jurídica. ¿Habrá asesoramiento legal para ellas?
Eso lo ha dicho el lendakari y eso lo pondremos en marcha para que no acudan a los abogados que les están engañando, por traducirlo al román paladino. Eso forma parte de la estrategia.
De momento, el apoyo social a la ortodoxia del EPPK parece incontestable.
Eso no lo niego. Evidentemente, qué va a decir la familia, la cuadrilla, los amigos… Pero, ¿para qué es? ¿Para que se mantengan con 40 años en primer grado? ¿El apoyo social quiere eso? Lo que hay que tratar es que ese apoyo social no se dirija a que cumplan íntegramente la condena, que es una novedad del Código Penal que ha introducido ETA, que es su gran aportación, sino a la reinserción. Que el apoyo se canalice no a lo imposible sino a lo posible. Y habrá que insistir, insistir e insistir.
¿Y por qué esa insistencia en ganar a la democracia a quien no tiene voluntad?
¿Y qué hacemos con ellos? ¿Los mandamos en un trasatlántico a una isla en las Antillas? ¿A los 300.000 votantes de Batasuna?
A los presos, me refería…
¡Pero si es lo que estamos intentando!
¿Qué siente al oír a las víctimas acusar al lendakari de hacer más esfuerzos en recuperar a los presos que en darles calor a ellas?
Es mentira. El Gobierno vasco, este y los anteriores. Yo, y le hablo en primera persona, llevo diez años trabajando en el mundo de las víctimas, llevo trabajando Fundación Fernando Buesa, he trabajado en la ley vasca de víctimas del terrorismo, he colaborado en la ley estatal, con las asociaciones, con la AVT , he participado en sus jornadas, he dado muchas charlas… Un poquito de por favor.
El lendakari sostiene que el celo de las víctimas puede suponer un “lastre” para su trabajo.
Para mí no. Yo a las víctimas les respeto tan profundamente que para mí jamás serán un lastre. Para mí son un acicate. Las críticas, que yo entiendo mucho más como prevención que otra cosa, entiendo perfectamente que lo hagan. Una de mis misiones será vigilar que las actuaciones no sobrepasen las líneas rojas del Estado de Derecho. Las víctimas tienen que estar vigilantes. Ahora bien, pactaron el documento contra la impunidad, diciendo claramente que la política antiterrorista no es responsabilidad de las víctimas sino de los representantes legítimos de los ciudadanos. Que ellos están para acompañar, controlar y vigilar que no se salten esas líneas.
Opinión:
Conozco a Jesús Loza desde hace muchos años y me consta su interés en las víctimas del terrorismo. Como víctima que soy incluso he tenido la oportunidad de discutir con el sobre muchos proyectos. Pero de dichas discusiones hemos llegado a grandes coincidencias.
Lo que me repugna es que haya quien pueda pensar que no le interesa el tema de las víctimas o que tiene prioridades por los terroristas. Me constan sus desvelos por encontrar un empleo y creo que también vivienda para el hijo de un herido tras sufrir las presiones y las desconsideraciones de los mismos beneficiarios. Existe constancia de verdaderas estupideces realizadas por ciertas víctimas que, pese a utilizar la injuria y el insulto contra otras víctimas por contactar con el Gobierno vasco no se negaron a aceptar poco después las subvenciones ofrecidas por aquellos a quienes atacaron con saña. Las fotografías enviadas a cientos de víctimas en carta repleta de injurias son una muestra de ello. Y ni Jesús, que ya era miembro del Parlamento Vasco ni yo como persona injuriada e insultada gravemente, quisimos entrar en aquel asqueroso juego. Se hubiera podido utilizar aquella situación de modo absolutamente partidista y de paso enfrentar todavía más a víctimas contra víctimas pero no lo aceptamos.
Lo peor de toda esta situación es que hay quienes quieren imponer su opinión personal por encima del beneficio del colectivo y, por extensión, del beneficio de la ciudadanía. Jesús Loza ha tenido que soportar a personajes que no se cortan un pelo al decir que tal o cual político es una “puta barata” o que está “mas cerca de los terroristas que de las víctimas”… los que dicen eso ¿son dignos representantes del colectivo de víctimas del terrorismo? ¿conocen realmente el trasfondo social que se vive en España y, especialmente, en el País Vasco? ¿se han parado a pensar que en el mundo de las víctimas del terrorismo existe una pluralidad de pensamiento que está por encima de vanidades o de beneficios personales?
Sinceramente, todo lo que esté dentro de la ley para acabar con ETA debe hacerse. Y mientras Jesús Loza esté al frente de esa Comisión no tengo ninguna duda de que se dejará la piel para conseguir los propósitos de la misma.
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