05 abril 2019
Una indignidad con
las víctimas
Los viles insultos de un diputado de Bildu
ayer en el Parlamento vasco evidencian lo envalentonados que están los
proetarras
Los viles insultos del diputado de Bildu Julen
Arzuaga ayer en el Parlamento vasco a los miembros de la Policía y la Guardia Civil ,
tachándolos de nazis,
evidencian lo envalentonados que están los proetarras en un momento en el que el
nacionalismo está reescribiendo la historia reciente del País Vasco a su
antojo. Y lo más grave es la anuencia de un PSOE entregado tanto al PNV como a los
herederos de Batasuna por puro electoralismo. Se escenificó con
el apoyo decisivo de estas dos formaciones a los decretazos del Gobierno en la Comisión Permanente
del Congreso. Y se visualizó ayer en Vitoria, donde Urkullu ha sacado adelante su hiriente Ley de
Abusos Policiales con
el respaldo del PSE y la venia de Pedro Sánchez. Verlo para creerlo.
Esta norma, que a los proetarras
les parece incluso tibia, pone en
entredicho la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en el País Vasco
entre 1978 y 1999, extendiendo todo un manto de sospecha
intolerable y apelando a la ligera a algo tan grave como las violaciones de
derechos humanos. Como si la democracia no hubiera tenido en todo este tiempo
mecanismos por los cuales la
Justicia ha perseguido a quienes han conculcado la ley o
cometido cualquier abuso. En buena parte del periodo acotado fueron los
socialistas quienes gobernaron España y estuvieron, por tanto, al frente de
Interior. Pero un puñado de votos que hicieron posible la moción que descabalgó
a Rajoy -y que podrían ser necesarios para
volver a apuntalar tras el 28-A a Sánchez en Moncloa- obran el
milagro. Y el sanchismo cede ante una ley que viene a equiparar las acciones de
ETA con los supuestos abusos policiales.Era el sueño de la izquierda abertzale: enmerdarlo todo. Que parezca
que no hubo víctimas y verdugos, sino un contexto de violencia política en el
que enmarcar la actuación de la banda criminal, dando así cobertura ideológica
a la versión bastarda que intenta explicar lo ocurrido como un conflicto entre
dos partes con la misma legitimidad.
Nada más ser investido presidente,
el PNV se cobró sus servicios a Sánchez obligándole a retirar el recurso de
inconstitucionalidad que
el Gobierno de Rajoy había presentado a la Ley vasca de Abusos Policiales. El escándalo fue
mayúsculo porque el Tribunal Constitucional acababa de tumbar una norma similar aprobada
en Navarra. El fallo sostenía que se conculcaban los principios
más básicos del Estado de derecho y de la doctrina penal, dando potestad a una
comisión nombrada a dedo para investigar posibles delitos y sentenciar al
margen del Poder Judicial. Se comprometió el PNV a realizar cambios cosméticos en la norma, aprobados ayer. El PP ha
anunciado que recurrirá. Es una afrenta para policías, guardias civiles y
víctimas del terrorismo. Y para toda la sociedad es una indignidad asistir a
otro gesto de blanqueamiento de quienes hasta anteayer jaleaban "ETA, mátalos".
Opinión:
Ante las diferentes llamadas al
respecto, sirva la presente opinión para responder, a nivel individual y
personal, a la problemática generada por los comentarios del diputado de Bildu:
1.
No estoy de acuerdo con que se utilice
el artículo femenino plural “LAS” en el titular porque a “LAS” víctimas (como
ocurre desde hace mucho tiempo) nadie nos ha consultado previamente la opinión.
2.
Que sean las asociaciones de víctimas
quienes respondan tampoco es garantiza que sea la opinión de “LAS” víctimas
porque no consta que desde las asociaciones que opinan nos hayan consultado la
opinión a los asociados.
3.
Se da la circunstancia de que hay
muchísimas víctimas que no están en ninguna asociación o que incluso estando no
nos sentimos representados por quienes las dirigen. De hecho, hay víctimas que
llevamos nueve años esperando a ser convocadas a una simple asamblea...
4.
Por mi parte, tengo muy claras dos
cuestiones: una, que lo que sean presuntos abusos policiales deben ser
investigados sin importar que hayan podido ser cometidos en el ámbito de la
llamada lucha “antiterrorista” o en cualquier otro ámbito delincuencial. Dos, nunca
estaré junto a quien pueda definir la actuacion de los FCSE como de “terrorismo”.
Sí habrán casos que se podrán definir como “actitud violenta” pero no como “acto
terrorista”. El terrorismo es otra cosa muy distinta.
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