26 abril 2019
El Bouhdidi
quería crear una célula terrorista en Sevilla con compañeros de clase
Los agentes
detienen a otro joven marroquí en la capital tras ser delatado por su amigo de
la universidad, quien sigue preso en una cárcel de Marruecos
Los agentes de la Comisaría General
de Información, que llegaron hace unas semanas de Madrid siguiendo la pista de
un presunto yihadista, continúan en la capital hispalense, desentrañando lo que
sería una célula terrorista en estado embrionario, pero no por ello carente de
riesgo. Como adelantara ayer en exclusiva ABC de Sevilla, estos
funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía cerraron el lunes una segunda
detención relacionada con los planes de Zouhair El Bouhdidi, quien en
estos momentos duerme en una prisión marroquí después de haber sido apresado el
pasado 9 de abril en Marruecos.
Este segundo sospechoso es otro joven marroquí,
aunque afincado en la capital andaluza hace años. Al igual que Zouhair El
Bouhdidi, estudia en la
Universidad de Sevilla y guarda una estrecha relación de
amistad con él.
A pesar de ser amigos, El Bouhdidi lo delató en la
confesión que hizo ante la
Policía marroquí. No es el único nombre que dio el principal
protagonista en esta trama que trata de desarticular de manera eficaz la Policía ; por eso, como ya
informó días atrás este periódico, se preveían más detenidos después de la
caída del joven vecino del barrio de la Plata , hijo del imán de la mezquita «Albaraka».
Este segundo arrestado ha sido identificado como Salah
Eddine T. M. y pasó este miércoles a disposición del juzgado central de
Instrucción 4 de la
Audiencia Nacional. El juez acordó dejarlo en libertad con
cargos, aunque la Fiscalía
había pedido su ingreso en prisión preventiva, según han confirmado fuentes
judiciales. El Ministerio Público estaría valorando recurrir el auto del
magistrado José Luis Calama Teixeira.
Salah Eddine T. M., de 21 años, fue detenido este
lunes en su domicilio de Sevilla Este. Allí los agentes del Servicio de
Información del Cuerpo Nacional de Policía efectuaron también un registro. En
la vivienda, un piso de protección oficial situado en el número 10 de la calle
Tailandia, vive con sus padres y tres hermanos más. Posteriormente condujeron a
Madrid al sospechoso. El juez ha acordado una serie de medidas que
restringen sus movimientos como la retirada del pasaporte y la prohibición
expresa a salir del territorio nacional.
La tranquilidad era absoluta ayer en el vecindario de
Salah Eddine T. M., situado en el extrarradio de Sevilla y de clase media. A
diferencia de otros puntos de la ciudad, la presencia de musulmanes en esta
zona es minoritaria.
Registro
discreto
«La
Policía estuvo aquí el lunes, al mediodía. Iban de paisano
pero se les notaba de lejos que estaba pasando algo. Tenían a agentes
controlando los accesos a la calle. Fueron muy discretos, pero los que
somos del barrio y conocemos a la gente, sospechamos que estaba pasando algo».
El dueño de un bar próximo al bloque de viviendas relata a ABC cómo los agentes
del Servicio de Información trataron de no levantar excesivas sospechas para
evitar que se corriera la voz y el registro volviera a ser retransmitido casi
en directo como ocurriera el Miércoles Santo.
Aquel día, cuando Sevilla estaba pendiente de la climatología
y si ésta iba a afectar a las procesiones de la jornada, una nota de prensa del
Ministerio del Interior volatilizó la previsión del día. El comunicado del
Gobierno que informaba de la detención de El Bouhdidi y su intención de atentar
en la Semana Santa
sevillana salió tras producirse una filtración a los medios.
Con la noticia ya en la calle, la estrategia que
había diseñado la
Policía Nacional de entrar en la vivienda de El Bouhdidi
saltó por los aires. Los agentes, vestidos de paisano y que se habían camuflado
sin llamar la atención en el barrio, tuvieron que acordonar la calle
Ortega y Gasset, colocarse pasamontañas y petos identificativos. Una imagen que
no querían repetir en esta ocasión y lo lograron. Vecinos del mismo bloque
donde reside Salah Eddine se enteraron de su arresto por la información colgada
en la web de ABC.
La investigación ha sido declarada secreta y apenas
han trascendido datos sobre el contenido de las diligencias que se tramitan en
la Audiencia Nacional. Fuentes consultadas por ABC insisten en preservar
el contenido de las pesquisas porque se están investigando a más personas que
no han sido arrestadas.
La orden del Estado Islámico
Una fuente vinculada a las autoridades marroquíes
confirmó a la agencia EFE a los pocos días de trascender la detención de
Zouhair El Bouhdidi, que el joven vecino del barrio de La Plata había entrado en
contacto a principios de este año con un líder del Estado Islámico (EI) en
Siria a través de la aplicación Telegram, la favorita entre los distintos
movimientos yihadistas.
El líder del EI le propuso en un primer momento
cometer un atentado al estilo de los «lobos solitarios», pero más tarde le
pidió esperar por dos motivos: primero, debía formar una célula terrorista, y
segundo, aguardar instrucciones sobre los blancos concretos que debía atacar.
Entre esos objetivos podría estar la Semana Santa sevillana.
Zouhair El Bouhdidi, que fue enviado a prisión tras
pasar a disposición judicial de las autoridades marroquíes, había alardeado de
sus intenciones en foros yihadistas; lo que llamó la atención de los
investigadores. Posteriormente, cuando fue apresado en Marruecos, confesó sus
intenciones de querer inmolarse durante la Semana Grande
sevillana y dio nombres de personas de su entorno, como su compañero de la
universidad Salah Eddine T. M., con los que habría empezado a gestar
presuntamente esa futura célula, dispuesta a atentar siguiendo las directrices
de la organización terrorista. Esa confesión es clave porque fue la
que propició que la
Audiencia Nacional autorizara el primer registro en la
vivienda del barrio de La
Plata.
Desde Interior quisieron matizar, tras el revuelo
inicial que supuso la detención de El Bouhdidi, que no había pruebas de que el
joven hubiera logrado armar una estructura para cometer un ataque inminente.
Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ABC se limitaron ayer a
confirmar la detención sin dar más detalles.
Cierra
Facebook
Salah Eddine T. M. tenía desde ayer el perfil de su
página de Facebook abierto al público. En él se podía ver a un joven amante del
deporte, que además mostraba su amor a Marruecos, su país de origen. Sin
embargo, horas después de hacerse pública la detención, su página había sido
eliminada de la red social.
La familia de Zouhair El Bouhdidi niega en rotundo la
implicación del joven en el terrorismo yihadista. Tanto su madre como su
padre han salido ante los medios de comunicación rechazando la versión oficial
y cuestionando la forma en la que la
Policía marroquí habría obtenido la confesión. Afirman que
viajó a Marruecos de excursión y que allí fue apresado.
Sin embargo, la Policía ante el riesgo de que pudiera llevar a
cabo lo que contaba en internet, aprovechó su estancia en el país alauita y
allí se pidió la colaboración del país vecino para que procediera a su arresto,
evitando que regresara a España.
Semejanzas
con la pandilla de Ripoll
El último zarpazo del terrorismo yihadista a España
ocurrió en Cataluña, en 2017, cuando un grupo de jóvenes, perfectamente
integrados en su entorno y que hacían la vida normal de los chicos de su edad,
se radicalizaron hasta el punto de cometer una masacre en las Ramblas de
Barcelona. La célula de Ripoll la conformaban hermanos, compañeros de clase y
amigos del barrio que según la investigación, comenzaron a radicalizarse cuando
entró en contacto con ellos el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty. Este
individuo murió en un chalet de Alcanar donde los terroristas amontonaban
explosivos y bombonas de butano para perpetrar un ataque de grandes
dimensiones. Se apuntó a la posibilidad de que quisiera atacar contra enclaves
muy conocidos y cargados de simbología en Barcelona como la Sagrada Familia.
Sin embargo, esos planes se cayeron cuando una
explosión accidental se llevó por delante aquel polvorín donde se encontraba el
imán. Ese perfil de jóvenes alejados de la delincuencia y de aparente vida
normal recuerda a los dos detenidos hasta la fecha en Sevilla. En el manual del
terrorista yihadista se recomienda no mostrar signo alguno de radicalismo para
no levantar sospechas. Esa estrategia tiene un nombre: «taqiyya» y consiste en el
engaño deliberado hacia los infieles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario