16 abril 2019
Reconocimiento a las víctimas
de abusos policiales
Las personas que suscribimos este documento, plurales en lo político
pero todas ellas víctimas o familiares de víctimas del terrorismo asesinadas
por ETA o grupos afines, queremos manifestar a la opinión pública que
consideramos un error político y humano grave no querer reconocer a las
víctimas de abusos policiales y de grupos de extrema derecha.
Este reconocimiento que reclamamos no supone caer en un interesado totum revolutum, ni referirnos de manera
genérica a las “víctimas del conflicto político que sufre nuestro pueblo”.
Tenemos muy claro que esa lectura interesada solo conviene a quienes más
responsabilidad tienen en todo el sufrimiento que hemos vivido, a los que
persiguen la impunidad judicial o histórica.
Para nosotras, reconocer a las víctimas de abusos policiales y grupos
de extrema derecha no significa blanquear, equiparar, ni legitimar nada con
relación a nuestros atentados o al asesinato de nuestros familiares. Solo implica
reconocer que esas víctimas también tienen derecho a la verdad, la justicia, la
reparación y la memoria. Y con su reconocimiento no vemos mancillado ni el
honor ni la memoria de nuestros familiares asesinados por los terroristas de
ETA o grupos afines.
Constatamos que desde distintos sectores sociales y políticos se trata
de minimizar -cuando no de invisibilizar- a las víctimas de abusos policiales o
de grupos de extrema derecha, argumentando que sus muertes se debieron a fallos
o atropellos dentro de la obligada respuesta de la sociedad a la agresión
recibida. Somos conscientes de que nuestros procesos de victimación fueron
radicalmente distintos a los de estas personas, que el asesinato de nuestros
familiares fue una deliberada estrategia de aniquilamiento del diferente con el
apoyo de una parte muy importante de nuestra sociedad, pero no podemos admitir
que en el caso de las víctimas de abusos policiales y de grupos de extrema
derecha se menosprecien actos irreversibles contra la vida y la dignidad
humana. Creemos que admitir ese menosprecio daña la legitimidad del estado
democrático de derecho y el tejido moral de nuestra sociedad.
Por eso, afirmamos que el reconocimiento de los derechos de estas
víctimas debería ser un sentimiento pre-político, por encima de siglas,
banderas u opciones políticas concretas.
Maria Jose Aguirre, Carlota Arguimberri, Jaime Arrese, Nerea Barrios, Sara Buesa, Esther cabezudo, Guillermina Cabré, Marc cabré, Marta Cabré, Rosa Maria cabré, Sandra carrasco, Barbara Duhrkop, Josu Elespe, Patxi Elola, Jesús fructuoso, Iñaki García, José Miguel Gómez, Nagore González, Mari Carmen Hernández, María jauregui, Andoitz Korta,Ibai Korta, Gorka Landaburu, Maixabel Lasa, Rosa lluch, Robert Manrique, Belén Mentxaka, Dori
Monasterio, Alberto Muñagorri, Ainara Olaciregui, Ainoa Pedrosa, Gabriel
Portell, Arantza Puelles, Iván Ramos, Rosa Rodero, Carmen Torres, Abel Uceda,
Luis Maria Vega, Silvia Vidal, Naiara Zamarreño, Pilar Zubiarrain.
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