07 abril 2022
Marc Marginedas, en el juicio a uno de sus secuestradores: "Odiaban a nuestros países"
El periodista de EL PERIÓDICO declara en la vista celebrada en EEUU contra El Shafee Elsheikh, miembro del Estado Islámico
El periodista de El Periódico Marc Marginedas, testigo en el juicio por asesinato contra uno de los terroristas que lo secuestraron en Siria, explicó este martes al tribunal el calvario por el que tanto él como sus compañeros tuvieron que pasar durante el cautiverio. Le acompañó en la ronda de testimonios la madre de la cooperante asesinada Kayla Mueller.
Sus testimonios pudieron oírse el quinto día del juicio en una corte federal contra El Shafee Elsheikh, un exciudadano británico de 33 años y presunto miembro de la célula del Estado Islámico (EI) a la que los rehenes bautizaron los Beatles debido a su acento británico. Elsheikh está acusado de estar involucrado en los asesinatos de la cooperante Kayla Mueller y otros tres estadounidenses: los periodistas James Foley y Steven Sotloff y el también trabajador humanitario Peter Kassig.
"Decidieron que yo era un prisionero importante", declaró en inglés Marginedas, quien al principio estuvo dos días sin beber en el sótano de un hospital, en cuyo pasillo "torturaban masivamente a las personas", con palizas y descargas eléctricas. "Para mí fue una tortura", "no sabía si era de día o de noche". Más tarde lo trasladaron a una casa abandonada donde había más rehenes.
"Solo nos alimentaban dos veces al día, a veces se olvidaban de nosotros", añadió. Los primeros guardias eran franceses, menos brutales, pero los británicos (Beatles) eran "muy, muy, muy crueles". "Sabían dónde golpear para infligir dolor", puntualizó.
Ensañamiento
"Odiaban a nuestros países. Odiaban a Estados Unidos, Francia y en menor medida España", afirmó Marginedas, que recordó cómo se ensañaron con Steven Sotloff porque "sospechaban que era judío". El periodista español explicó también que uno de sus colegas secuestrados, el británico John Cantlie, le advirtió de que los secuestradores "odiaban a los gais" y le aconsejó que ocultase su homosexualidad.
Los rehenes fueron trasladados un par de veces más. Cuando lo liberaron, Marginedas tenía una costilla rota, deficiencia de vitamina E y 20 kilos menos.
Marsha Mueller, madre de la cooperante asesinada, declaró un día después que el novio de su hija, Rodwan Safarjalani. Con lágrimas en los ojos, Mueller recordó que su hija trabajó en un orfanato en la India y dando clases a refugiados tibetanos antes de ir a Siria. "Siempre quiso ayudar a la gente", afirmó. Su hija fue capturada por el EI en 2013 mientras acompañaba a Safarjalani, un sirio, en un viaje a un hospital en la ciudad de Alepo.
Mueller detalló al tribunal el intercambio de correos electrónicos con los captores, que pedían un rescate de cinco millones de euros o la liberación de Aafia Sidiqui, una pakistaní encarcelada en Estados Unidos por intento de asesinato de soldados estadounidenses.
"No queremos hacerle daño", dijeron los secuestradores en uno de los correo. "Es como una invitada". Pero, advirtieron, que si los Mueller no satisfacían sus exigencias su hija cumpliría "cadena perpetua como Sidiqui".
"Un rescate astronómico"
Los Mueller alegaron que se trataba de "una cantidad astronómica para una familia con recursos limitados" y que el padre de Kayla, Carl Mueller, se había retirado del negocio de reparación de automóviles. La respuesta fue cortante: "Jubilarse no le ayudará a recuperar a su hija, así que póngase a trabajar y gane dinero".
Mueller dijo que el Gobierno de Estados Unidos les había dicho que los secuestradores "no harían daño a una mujer", pero decidieron suplicar al entonces líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi.
"Kayla no es tu enemiga", dijo Marsha Mueller en el mensaje de video para añadir: "Muestra misericordia".
Aunque no ha salido a relucir en el juicio, hace años salió a la luz que Kayla Mueller fue entregada a Al Bagdadi, quien supuestamente la violó en numerosas ocasiones antes de matarla.
En 2014 los secuestradores pidieron además el cese de las actividades militares estadounidenses contra el EI.
Los Mueller no recibieron respuesta a numerosos correos electrónicos posteriores y el EI afirmó en 2015 que Kayla había muerto en un ataque aéreo de aviones jordanos.
Durante una pausa en el juicio, el novio de Kayla se acercó a Elsheikh y le gritó en árabe que iría al infierno.
Opinión:
Leyendo la información es cuando más convencido estoy con mi decisión de acudir todos los miércoles a la sede de El Periódico mientras duró el secuestro de Marc. Junto a Sara tuve el privilegio de leer, en diferentes ocasiones, el comunicado exigiendo la puesta en libertad inmediata de Marc y del resto de secuestrados.
Era lo mínimo que podíamos hacer por alguien que se juega la vida por informar directamente desde el lugar de los hechos.
Marc, una forta abraçada.
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