29 abril 2022 (2) Publico.es (opinión)

29 abril 2022

 

Una víctima de ETA pone en evidencia a Ayuso tras volver a mencionar a la banda terrorista: "No tenéis otra palabra en la boca”

El miércoles fue lo del vino y al día siguiente tocaba ETA. Este jueves, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hizo su 'valoración' de la aprobación del decreto anticrisis del Gobierno, una medida trascendental para la economía de los españoles, y contra la que su partido ha votado.

"En esta vida, cuando hay que posicionarse, yo creo que donde esté ETA es mejor no estar", dijo Ayuso refiriéndose al apoyo de EH Bildu.

Poco después de esas palabras, Maria Jauregi, hija del político socialista Juan María Jáuregui, asesinado por ETA en el año 2000, le recriminó su actitud. "Afortunadamente ETA hace ya más de 10 años que no está. Y lamentable y tristemente no tenéis otra palabra en la boca. Un poco de respeto".

No es la primera vez que Jauregui le recrimina a Ayuso su irresponsabilidad. Hace unos meses ya sucedió, cuando la presidenta madrileña volvió a hablar de ETA para atacar al PSOE.

Más de 10 años después del fin de la violencia de ETA,   la derecha sigue usando de forma recurrente en sus discursos a la banda terrorista  para atacar a sus oponentes políticos. También lo hizo el malogrado Pablo Casado y el hijo de un concejal asesinado por ETA le respondió: "¡Deje de hacer política con nuestro sufrimiento! ¡Basta ya!"

Opinión:

Por propia experiencia viví muy directamente aquellos finales de siglo (año 1998 y 1999 especialmente) en los que las órdenes que llegaban desde Moncloa consiguieron cargarse a la antigua AVT. Aquellas mentes pensantes de las cloacas del Estado (llamadas ahora “deep state” que es mucho más moderno y cool) se dieron cuenta de que el colectivo de víctimas como tal podía ser una enorme fuente de ingresos (uy, perdón, quería decir de votos) utilizando partidista e ideológicamente nuestro genuino dolor.

Viendo el rédito que les aportó, no han abandonado aquella táctica. Presentaciones de candidaturas electorales junto a monumentos a “LAS” víctimas, actos organizados de aniversarios puntuales con la nutrida presencia de los mismos políticos de las mismas ideologías, la aparición de víctimas o sospechosos impostores en listas electorales y en multitud de mitines… esa táctica ha hecho que mucha gente confunda el ser víctima de un atentado terrorista con el hecho de la  generalización de un mismo criterio entre víctimas.

Y ello, aunque les moleste, no es así. Unas pocas víctimas, durante años y años, hemos denunciado esa utilización que ciertos políticos hacen del dolor ajeno para obtener beneficio electoral. Cada día que ha pasado han sido más las víctimas que se han atrevido a denunciar públicamente ese uso perverso que solamente sirve para ganar votos. La memoria de muchos ha quedado cerrada a aquellos momentos en los que se efectuaban acercamientos, puestas en libertad o reuniones (mas o menos “secretas”) entre el gobierno y los terroristas (Ibeas de Juarros en Burgos es un claro ejemplo de ello).

Pero ahora, cuando la banda terrorista ETA ha dejado de jodernos la vida… cuando la banda terrorista ETA ya no existe… cuando algunos de los que apoyaban a ETA, ahora en lugar de empuñar una pistola están en un escaño haciendo política (que es lo que se les exigía el presidente del gobierno a finales del siglo pasado)… cuando todo esto está ocurriendo, todavía hay quien se empeña en jugar con el dolor de muchas víctimas.

No hay duda de que algunas siguen ese juego, una postura mas o menos respetable, pero tan respetable como lo somos aquellas que jamás entramos en ese juego pese al riesgo de ser insultadas, injuriadas o tildadas de ser “como los judíos que colaboraban con los nazis”, tal y como nos definió un expresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo.

Pero hay que decir alto y claro que somos muchas las víctimas del terrorismo de la banda asesina ETA que, por mucho que tengamos ideologías personales que pueden ser o no coincidentes, ponemos SIEMPRE por delante el bienestar común y el objetivo compartido de que nadie mas sufra lo que tantos hemos sufrido. Y eso lleva a pensar que cuando escuchamos una explosión ya no pensamos inmediatamente que ha sido “un atentado de los cabrones de ETA” sino, simplemente, que ha explotado el neumático de un camión repartidor de una marca de cerveza.

Y esa situación de tranquilidad parece que, por desgracia, a algunos políticos no les agrada que suceda.

Allá ellos y sus intereses.

María Jáuregui: esta opinión va dedicada a ti y a tantas otras víctimas que cometimos el mismo objetivo. Besarkada bat.