07 julio 2022
Debería
ser tan solo un homenaje
Pésimos
preámbulos
A
cuatro días del homenaje a Miguel Ángel Blanco en Ermua al cumplirse 25 años de
su secuestro y asesinato, todo apunta a que volvemos a estar ante un acto
arrojadizo. Como ha venido ocurriendo en todos y cada uno de los aniversarios,
en los titulares no prevalecerá el recuerdo de aquella desmedida atrocidad
cometida por ETA, sino las ausencias, la pesca en río revuelto, los intentos de
patrimonializar la memoria de la víctima y su utilización como coartada para la
refriega politiquera. Diría, incluso, que en esta ocasión, en una versión
corregida, aumentada e hiperventilada hasta límites insospechados. Amén de la
inveterada querencia por profundizar en lo que nos separa y no en lo que podría
unirnos, contribuye a la bronca que se trate de una efeméride redonda y, desde
luego, que la política española esté instalada en un navajeo inmisericorde.
Los
dos extremos, ausentes
El
retrato más preciso de lo que describo lo tenemos en las ausencias, no solo
anunciadas, sino alardeadas, a uno y otro extremo del arco ideológico. Dos de
las principales asociaciones oficialistas de víctimas, la AVT y la que se
autotitula Dignidad y Justicia, se desmarcan alegando que no quieren coincidir
con Pedro Sánchez, que, dicen, “se apoya en los herederos de ETA para
gobernar”. Lo significativo es que esos a los que se alude como “herederos de
ETA” también han sentido la necesidad de dejar claro que no estarán presentes.
Y no precisamente con medias tintas o palabras de excusa. El secretario general
de Sortu, Arkaitz Rodríguez, hizo saber el otro día en la radio pública vasca
que su formación no acudirá el domingo a Ermua porque el acto es “un homenaje a
la monarquía española”.
Nada
nuevo
Más
allá de lo descorazonador de ambas declaraciones, lo cierto es que son el
reflejo de cómo se ha abordado el asesinato de Blanco a lo largo de este cuarto
de siglo. Por un lado, y pese a amagos como el del propio Rodríguez junto a
Arnaldo Otegi en el palacio de Aiete hace nueve meses, la izquierda soberanista
jamás ha sido capaz de rechazar (no diré ya de condenar) el crimen. Y en cuanto
a los monopolizadores del sufrimiento, también desde el principio enseñaron la
patita. Lo que debió haber sido una denuncia legítima del asesinato acabó dando
pie a una trinchera ideológica que pretendió identificar el terrorismo con
cualquier sentimiento abertzale. En el mismo viaje, se creó una suerte de
chiringuitos donde pillaron buen cacho tipos y tipas que iban de dignos. Cinco
lustros después, es muy triste comprobar que estamos prácticamente en la casilla
de salida… o más atrás.
Opinión:
Qué lástima que existan tantos intereses creados en torno
a ciertos atentados concretos. Justo anoche hablaba con una periodista sobre el
tema y me decía que “Miguel Ángel Blanco representa a todas las víctimas”. Ahí
tuvimos un amistoso intercambio de criterios. Le recordé cuantos asesinatos se
han cometido sin tener 48 horas las pantallas de televisión y las portadas de
los periódicos con el lazo azul exigiendo a la banda terrorista que no cumpliera
sus amenazas. ¿Cuántos secuestros habían acabado en asesinato por parte de la banda
terrorista ETA en décadas anteriores?
Le contesté que TAMBIEN me representan Enrique y Nuri o Álvaro
o Fernando (con tres víctimas asesinadas en cada una de sus respectivas familias)
o también José Aguilar (Guardia Civil con ambas piernas amputadas en atentado)
o incluso el ya fallecido Juan José Aliste (militar, fallecido hace escasas
fechas, con la misma vivencia que José Aguilar).
¿Y saben por qué? Porque ellos no han permitido que les
utilicen con propósitos partidistas.
¿Y saben por qué más? Porque me consta que no coincidiendo
en sus ideologías personales sí coincidieron y coinciden en un objetivo prioritario:
que nadie más sufra lo que ellos ya sufrieron.
¿Y saben por qué más todavía? Porque ayudaron y
colaboraron con otras víctimas, y lo siguen haciendo desde la distancia y el
anonimato.
A mi me representan especialmente todas aquellas víctimas
que no se han aprovechado de lo sucedido para hacer carrera política ni para ir
por la vida inventándose historias y heridas que jamás vivieron ni sufrieron.
Resumiendo: PORQUE SON UN ENORME EJEMPLO DE DIGNIDAD,
PACIENCIA Y AGUANTE.
A todos ellos, hombres y mujeres ejemplares que han
sufrido tanto dolor y tanto abandono en miles de familias anónimas, MUCHAS
GRACIAS POR TANTO.
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