29 agosto 2012
“La ley nos distingue de los terroristas de ETA”
Mari Mar Blanco
Hace quince años, desgraciadamente me tocó vivir en primera persona la horrible y dolorosa experiencia del terrorismo, y no necesito imaginar cómo se siente quien ha visto su alma desollada con extrema crueldad por asesinos despiadados, a los que la condición humana les queda muy grande. Lo he vivido y daría lo que fuese por no haber visto tan de cerca el rostro más tenebroso y macabro del fanatismo homicida. Esa ha sido la “aportación” de ETA a la historia de España y del País Vasco: muerte, destrucción, un inmenso dolor y una profunda tristeza.
Creo que no es difícil entender que, desde lo más profundo de esos sentimientos, cualquier respuesta penal resulta siempre insuficiente para cubrir el enorme vacío producido por la pérdida y el dolor. Nada reconforta. Nada consuela.
Por este motivo, la decisión de conceder el tercer grado al etarra Uribetxeberria Bolinaga y remitir el expediente al Juez Central de Vigilancia Penitenciaria, a efectos de que este resuelva sobre la eventual concesión de la libertad condicional, es de tal calado que sería imperdonable que se adoptase sin el necesario respaldo jurídico.
Precisamente por eso, por la enorme trascendencia social de una resolución de este calibre, necesito creer que el Ministerio del Interior ha actuado como frío ejecutor de la ley. Quiero creer que también se hizo así en las 23 ocasiones en que, desde 1996, con otros titulares al frente, con otros equipos y con diferentes mayorías parlamentarias, se tomó una decisión similar, aunque como víctima del terrorismo jamás podré adherir mis sentimientos a decisiones de esta naturaleza, porque duelen.
La credibilidad del Gobierno en la lucha contra el terrorismo no puede ser puesta en entredicho por una decisión que ni es nueva ni carece de fundamento jurídico, aunque no nos guste. Además, su actuación no se ha visto condicionada por ninguna huelga de hambre, ya que siempre se ha actuado así; no hay nada nuevo. El Gobierno es y será escrupulosamente fiel a la verdad, a la memoria y a la ley, con un final de ETA basado en vencedores y vencidos, asesinos y víctimas.
El Gobierno del PP no se subroga en ninguna negociación de Zapatero con ETA, no se ha sentado ni se sentará a negociar con terroristas, porque hacerlo significaría rematar la memoria de mi hermano Miguel Angel. Y tengo el convencimiento de que esto nunca va a ocurrir porque este Gobierno, a diferencia del anterior, tiene un objetivo muy claro: la derrota incondicional de los terroristas de ETA.
Mientras alimentamos la polémica, perdemos un tiempo precioso para defender un marco de convivencia en libertad, fraguado al calor de la Constitución y el Estatuto de Guernica, frente a la ofensiva secesionista y el totalitarismo identitario de la “izquierda abertzale”: perdemos un tiempo precioso para impedir que ETA, derrotada policialmente, difunda con sus portavoces un relato de los hechos basado en mentiras. ¿Acaso no nos damos cuenta?
Opinión:
Estamos en un Estado de Derecho y como tal podemos opinar con libertad. Así pues, yo voy a opinar con todo el respeto y de víctima a víctima:
Primero, supongo que este artículo debe tener relación con el casi seguro nombramiento de Mari Mar Blanco como Presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Aprovecho a decir que para mi tal Fundación representa a “las” víctimas que se sientan representadas. No es mi caso dado que no se fomenta la pluralidad de opiniones ni, aún menos, la libertad de pensamiento.
Segundo, coincido plenamente en la opinión de que “la credibilidad del Gobierno en la lucha contra el terrorismo puede ser puesta en entredicho”. Así pues.... Mari Mar.... ¿vas a hablar con las asociaciones y los sindicatos que están poniendo en entredicho la mencionada lucha? ¿o seguirás colaborando en todo aquello que tenga relación con el partidismo?
Tercero, lo de “vencedores y vencidos”, por favor... no te escuché decir nada cuando aquel político dijo pocos meses después del secuestro y asesinato de tu hermano Miguel Angel... “el proceso y el procedimiento (en la lucha contra ETA) serán largos. No podrá haber nunca ni vencedores ni vencidos". (Ricardo Martí Fluxá, 28-11-97)
Cuarto, no he leído declaración alguna por tu parte aunque durante el periodo de gobierno del PP se produjeron 311 excarcelaciones de etarras. De ellas, 64 correspondieron a terroristas condenados por asesinatos múltiples a penas superiores a veinte años (en algún caso superiores a doscientos y aún a trescientos años).
Un caso especialmente significativo, es el del etarra Iñaki Bilbao, condenado a 52 años de prisión, que quedaron reducidos a 30 por efecto de la acumulación de penas, y de los que efectivamente cumplió 17. Iñaki Bilbao salió de la cárcel el 28 de septiembre de 2000, siendo Angel Acebes ministro de Justicia y Mariano Rajoy ministro del Interior. El 21 de marzo de 2002, Bilbao asesinó al concejal socialista de la localidad de Orio Juan Priede.
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