17 junio 2014
Cae en Madrid una célula yihadista como la del 11-M
El jefe de los 9 detenidos pasó tres años en Guantánamo
Uno de los detenidos en la operación de ayer en Madrid
El de ayer es un nuevo golpe al reclutamiento de terroristas islamistas en España, y van cuatro en lo que va de año: señal de que la maquinaria policial y de inteligencia funciona, pero también de que los yihadistas tienen aquí un importante centro de captación y envío de milicianos asesinos.
El grupo desmantelado –integrado por cinco marroquíes, dos españoles nacidos en Marruecos, un búlgaro y un argentino– constituía según la Policía “uno de los principales suministradores de combatientes a la organización EIIS”. La célula “había incrementado considerablemente sus actividades en las últimas fechas”, por lo que los investigadores la consideraban “una grave amenaza para la seguridad nacional”. La red habría enviado ya al menos a 9 yihadistas hacia zonas de conflicto, siempre desde España y Marruecos. Esos reclutas se habrían unido a las facciones de Al Qaeda en Siria e Iraq.
El líder del grupo es el marroquí Lahcen Ikassrien, que pasó tres años en la cárcel de Guantánamo tras combatir con los talibanes en Afganistán. Después de su reclusión, Ikassrien fue extraditado a España en el 2005. Pero la Audiencia Nacional lo dejó libre al no haber cargos en su contra.
Del mismo modo que la célula que cometió los atentados del 11-M disponía de una casa en Morata de Tajuña en la que sus miembros se reunían y planificaban atentados, los detenidos ayer en Madrid tenían en la provincia de Ávila una finca rústica donde desarrollaban “actividades encaminadas a mantener la radicalización y la cohesión del grupo y a perfeccionar su entrenamiento”. Estos encuentros sólo eran conocidos por los miembros más comprometidos en la lucha yihadista.
La red contaba además, como bases de operaciones, con varios domicilios en Madrid donde llegaron a constituir una estructura propia y semiautónoma que sus integrantes llamaban “Brigada Al Ándalus”. La célula mantenía no obstante estrechas conexiones con núcleos radicales asentados en Francia, Bélgica, Marruecos, Túnez, Egipto, Turquía y Siria. En la redada contra la célula, la policía registró 11 domicilios
Responsables de la investigación consultados por La Vanguardia juzgaron “extremadamente peligrosa” la célula desmontada en Madrid. Pese a su cometido de “banderín de enganche” yihadista, los agentes temían que en cualquier momento el comando pasara a otro tipo de acciones. Uno de los componentes del grupo es Ismail Afalah, hermano de Mohamed Afalah, huido tras el 11-M en Leganés. Ismail estaría en estos momentos “combatiendo” en Siria o Iraq.
Este diario ha podido confirmar que las fuerzas de seguridad tienen detectados en distintos puntos de España, entre ellos Catalunya, grupos similares cada vez más activos.
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