lunes, 23 de junio de 2014

23 junio 2014 ABC

23 junio 2014

La ofensiva yihadista reactiva la captación de 40 españoles cada mes

A finales de 2013 partían a Siria, Irak y Mali unos 30 combatientes al mes, incluidos menores de edad; tras un bajón, ahora la media alcanza los 40
Silencio: Se echa de menos una condena de la comunidad islámica al tráfico de yihadistas hacia la muerte



Los Servicios de Información apuntan que la ofensiva lanzada por el grupo Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) contra el régimen de Bagdad ha reactivado sustancialmente el reclutamiento en España, al igual que en otros países de Europa, de yihadistas para ser enviados a zonas en conflicto.
Hasta octubre de 2013, la media de muyahidines desplazados desde nuestro país a Siria, Irak o Mali era de unos 30 al mes, incluyendo hombres, mujeres y hasta niños. A principios de este año la tendencia se ralentizó, pero ahora la media se ha elevado hasta los 40 al mes. Aquel bajón fue pasajero. La Policía lo atribuía a varios motivos: muchos aspirantes a combatientes se habrían desanimado, ya que su idea era desplazarse a Siria para hacer la yihad, pero las luchas fraticidas entre el Estado Islámico de Irak y el Levante con el resto de grupos rebeldes, en especial Jabhat al Nusra, les iba a obligar a enfrentarse a otros grupos musulmanes, en vez de combatir contra el régimen de Bashar al Assad.
Otro factor determinante habría sido la muerte en Siria de destacados líderes. Pero tras las recientes operaciones contra redes yihadistas llevadas a cabo en España los investigadores acumulan datos que apuntan a que se ha disparado de nuevo el número de muyahidines enviados a aquellas zonas en conflicto.
Los medios consultados calculan que de esos 30 al mes, la media ha ascendido hasta 40. La trama desmantelada esta pasada semana en Madrid ya había desplazado a Siria, en los días anteriores al desenlace del operativo, hasta nueve yihadistas, y dos de los arrestados por la Policía estaban a punto de hacerlo.

Repunte

¿A qué puede obedecer este repunte? Los expertos antiterroristas consideran que una de las claves puede estar en la ofensiva exitosa que ha lanzado contra el régimen de Bagdad el grupo Estado Islámico de Irak y el Levante y la amplia difusión internacional y mediática que está logrando el avance yihadista.
Los expertos advierten del peligro y consideran que, además de las operaciones llevadas a cabo para desmantelar este tipo de redes de reclutamiento y adoctrinamiento, son necesarias medidas encaminadas a prevenir estos procesos de radicalización.
Así, lamentan el silencio, salvo contadas excepciones, de los líderes de la comunidad islámica en nuestro país ante hechos tan escandalosos como que determinados individuos, en nombre del Corán, recluten incluso a menores para arrastrarlos hasta una muerte casi segura, aunque, eso sí, tras haber acabado antes con la vida de otros. Incluso algunos han cuestionado operaciones policiales y han criticado lo que denominan “intento de criminalizar el Islam”. “En todo caso, quienes lo criminalizan serán aquellos que, diciendo hablar en su nombre, cometen atentados indiscriminados, o ejecuciones públicas”, sostienen las fuentes consultadas.
La supervivencia de los grupos yihadista depende fundamentalmente de sus redes de reclutamiento. Ello, porque las células enviadas a Siria, Irak o Mali sufren frecuentes bajas, ya que muchos de los atentados son suicidas.

Perfil criminal

Después de muchas operaciones contra el terrorismo yihadista, la Policía y la Guardia Civil han podido elaborar un perfil del individuo que se encarga de reclutar: aparenta formación religiosa, aunque en muchos casos tenían solo conocimientos básicos, pero los suficientes para embaucar a gente muy vulnerable, que se siente maltratada por las sociedades occidentales. Tiene liderazgo y experiencia en zonas de conflicto. Es un elemento fundamental a la hora de adoctrinar a los aspirantes a muyahidines que ven en el reclutador una referencia, un modelo a seguir. Así, por ejemplo, el líder de la Brigada Al Andalus, Lahcen Ikassrien, instruía sobre cómo aclimatarse en las zonas de Yihad, dada su experiencia en Afganistán.
Por su parte, entre los reclutados en nuestro país, predominan quienes tienen nacionalidad española y son conversos. Un elemento de riesgo añadido, ya que adoptan la versión más radical del Islam. Hace poco, los principales caladeros para reclutar yihadistas eran determinadas mezquitas o los congresos salafistas. Pero ahora, estos focos de captación, sin desaparecer, han ido dejando paso a los foros y páginas web que difunden las ideas y prácticas yihadistas.
Uno de los radicales con amplia experiencia en combate y en reclutamiento es Abdeluahid Sadik Mohamed, de 29 años y natural de Ceuta, que fue detenido el pasado 5 de enero en el aeropuerto de Málaga cuando se bajaba del avión que lo traía de Turquía.
Como ya informó ABC, Sadik Mohamed fue uno de los retornados a España calificado como “muy peligroso”. Su intención era cometer atentados en distintos países de Europa o en Marruecos. Tras recibir un cursillo sobre armas y explosivos en un campo de entrenamiento de Siria, Sadik fue seleccionado junto a otros 60 yihadistas por la misma organización Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) para integrar un «comando» especial. El grupo se trasladó desde Siria a Irak para atacar, en julio pasado, la prisión de Abu Ghraib, en Bagdad, con armas ligeras y cohetes RPG. Además, utilizó camiones bomba que conductores suicidas lanzaron contra el penal.

1.400 muyahidines

En esa acción fueron liberados 1.400 muyahidines, según los informes de los Servicios de Inteligencia, aunque en un primer momento se informó de 500. El ataque se saldó con la muerte de una veintena de reclusos y ocho policías iraquíes.

Un español ataco la cárcel de Abu Ghraib

El pasado 8 de junio, ABC reveló cómo los Servicios de Inteligencia habían n detectado un incremento de yihadistas as españoles en zonas s de conflicto, principalmente Siria, Irak k y Mali. Uno de ellos, Abdeluahid Sadik Mohamed, de 29 años y de Ceuta, detenido el pasado enero en Málaga, fue seleccionado junto a otros 60 yihadistas por la organización Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) para integrar un “comando” que atacó la cárcel de Abu Ghraib, en Bagdad. Liberaron a 1.400 muyahidines. Algunos yihadistas regresaban para para cometer atentados en Europa o Marruecos.

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