22 noviembre 2014
Las miserias
del oficio
Angel Casas
Me he duchado esta mañana
escuchando la radio y me ha parecido entender que debatían sobre si la entrada
en la cárcel de Isabel Pantoja tenía que ser objeto de tratamiento en la
tertulia del día, o si era motivo suficiente para editorializar, o… No sé, por
las mañanas me cuesta reaccionar y ponerme a tono y a veces, cuando me sumerjo
en las tertulias, suelo pellizcarme para comprobar si están hablando del país
real, del país del narinan (anar-hi anant) o si ya hemos pasado
pantalla y somos un país independiente e ideal.
Mientras intentaba cerciorarme
de si los tertulianos se la estaban pillando con papel de fumar o, simplemente,
yo no había entendido el enfoque del asunto, le empecé a dar vueltas al triste
sino de la cantante. Me desfiló el flash-back de la Pantoja cantando
ante Paquirri en los programas de Lauren Postigo, la cornada y
muerte del torero, los años de viudedad, la parodia de Martes y Trece sobre
ella y Encarna Sánchez, los tiempos de secretitos compartidos con María
del Monte, el crecimiento y desarrollo de un huérfano al que nunca llamaron
Paquirrín, los años marbellís con el alcalde de la cintura de los
pantalones en los sobacos, los de la permanente alcachofa de Telecinco pegada a
su costado, los llenazos impresionantes en sus actuaciones tanto en Can Zam
como en el Liceu… Y me reafirmé: claro que la Pantoja nos atañe,
claro que pertenece a nuestro universo sentimental. Y sentí una pena enorme por
un personaje al que le cogí cariño a mediados de los ochenta. Aprecio personal
y cariño profesional porque tras un año y pico de luto riguroso tras enviudar,
cuando los chicos del micrófono callejero no lograban sonsacarle apenas nada,
aceptó por vez primera conceder una entrevista tranquila, sosegada, en un
plató, conmigo. Fue cuando TV-3 no tenia manías ni la sanidad recortes y al Casas
Show acudían protagonistas de aquí, de allá y de acullá, o sea, de allende
los mares.
Ocurrió el 8 de abril de 1986.
La expectación por parte de los colegas, y también la envidia, era máxima, como
si se tratase de la celebridad más deseada del universo. Una Greta Garbo
rompiendo su eterno silencio. Un Kennedy hablando de Marilyn.
Bueno, quizás no tanto. El morbo estaba en la tensas relaciones que mantenía
con la familia de su difunto marido por causa de la herencia, fundamentalmente.
En lo referente a este tema me previno que no quería que lo mencionara. Yo
estaba preocupado porque, si bien tener a la Pantoja era un éxito, no preguntarle por
la tirantez entre las familias era un fracaso periodístico. Estratégicamente
derivé la charla hacia la fiesta de cumpleaños de su hijo. Hablamos de los
invitados y de los regalos y, ya puestos, le pregunté:
-Y su abuelo, ¿qué le ha
regalado?
Pantoja
cambió el rictus, hizo una pausa, me miró y, con inapelable rotundidad,
sentenció:
-Mi hijo no tiene abuelo.
Evidentemente era el scoop.
Al cabo de unos días apareció
Isabel Pantoja en la portada de la revista Diez minutos. Se
anunciaba una entrevista exclusiva con el titular «Mi hijo no tiene abuelo». Y
en el interior, como si la hubiera hecho la periodista que la firmaba, Chelo
García Cortés, y sin mencionar el programa de donde la había copiado,
porque, evidentemente, en Madrid, desde donde se publicaba la revista, no veían
TV-3, estaba íntegra mi entrevista. Además, la portada era la foto que Chelo
nos había hecho en el plató hábilmente manipulada para que la Pantoja apareciera
sola y en un lugar irreconocible.
Esta mañana, mientras
desayunaba y los informativos de la tele se llenaban de Pantoja, he
pensado que debería telefonear a Chelo y pedirle mi parte de los
honorarios.
Opinión:
Pese a no ser un artículo
directamente relacionado con victimología terrorista, las palabras del maestro y amigo Angel
Casas coinciden con mi escrito del pasado día 17 de noviembre.
Parece que va siendo hora de
poner a algunos de los aprovechados del trabajo ajeno en su sitio. Y habrán
mas, sin duda alguna… algunos que incluso se dedican a insultar en las redes
sociales faltando al mas mínimo respeto que merecen las ideologías ajenas…
El enlace del artículo en cuestión
es el siguiente:
http://eltrasteroazul.blogspot.com.es/search?q=isabel&max-results=20&by-date=true
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