04 mayo 2020
El yihadismo multiplica su actividad en redes para captar
adeptos durante el confinamiento
Telegram ha
registrado un crecimiento exponencial de canales en los que grupos terroristas
o su entorno difunden las proclamas yihadistas para seguir engrosando sus filas
“Queridos hermanos y hermanas, cada guerra,
absolutamente cada guerra, es un acto de injusticia y es malvado, con la
excepción de luchar en el camino de Alá. Cada derramamiento de sangre es
malvado, salvo esta excepción”. Las 24 paginas del documento Iniciación en la yihad, con la bandera
del Estado Islámico superpuesta en cada página, es en sí mismo una declaración
de intenciones: trata
de convencer al lector de que la causa yihadista no sólo es justa, sino que es
necesaria para librar a la humanidad de los infieles.
Las redes sociales son los pilares que cimientan el llamado
"califato virtual" que el Estado Islámico ha
extendido a lo largo y ancho de todo el mundo. Y ante las circunstancias de
confinamiento que se está viviendo en buena parte del planeta por culpa del
coronavirus, la organización terrorista y otros grupos con fines similares han
potenciado sus mensajes en el mundo virtual. El objetivo: seguir formando
cantera, individuos radicalizados dispuestos a
cumplir los propósitos terroristas bajo su bandera; y alimentar
también a aquellos que ya forman parte de sus filas.
Con el confinamiento y la prohibición de aglomeraciones en
buena parte del planeta, el terrorismo yihadista ha perdido uno de sus
principales focos de radicalización. De acuerdo al informe Yihadismo y yihadistas en España. Quince
años después del 11-M presentado en marzo de 2019 por el Real Instituto Elcano,
sólo el 25,1% de los detenidos o fallecidos en España hasta 2017 había dado el
salto al extremismo a través métodos estrictamente físicos -cara a cara con
agentes radicalizadores-. El 25,1% lo había hecho por medios online y el 45,8% por
vías mixtas.
Maquinaria en
constante movimiento
La maquinaria yihadista necesita estar en permanente
movimiento. Más aún tras las continuas derrotas militares que Daesh ha sufrido
en sus principales bastiones de Siria e Irak. Por eso en estas
circunstancias se lanzan al terreno virtual. Amaq y otras
agencias de propaganda vinculadas directamente al Estado Islámico lanzan sus
mensajes a través de las redes; también otros grupos con medios más
rudimentarios, externos al grupo terrorista, que difunden sus proclamas
radicales.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trabajan
en la persecución de estas proclamas, aunque la crisis del coronavirus ha
obligado a destinar los recursos en otras actividades policiales: Fernando Grande-Marlaska,
ministro del Interior, insiste una y otra vez en que Guardia Civil y Policía
Nacional persiguen bulos y desinformaciones en esta crisis sanitaria. Una
actividad no exenta de polémica, después de que el Jefe Del Estado mayor del
Instituto Armado afrimase que también se investigaban los mensajes contrarios
al Ejecutivo.
Los datos
Polémicas aparte, la dirección de recursos en esta línea es
el terreno propicio para que Estado Islámico y otros grupos terroristas
recuperen su actividad en redes sociales. "La actividad es frenética y en
las últimas semanas hemos visto como se han abierto miles de canales para
difundir los mensajes radicales", detalla el investigador Carlos Seisdedos,
responsable de ciberinteligencia de Internet Security Auditors. Y añade:
"Reutilizan material audiovisual antiguo porque tienen muchas dificultades
para grabar nuevas imágenes".
En España, "los canales en castellano piden más traductores
para difundir los mensajes; a nivel mundial, curiosamente, se
ha detectado un llamamiento masivo para perpetrar atentados en la India ", afirma
Seisdedos, quien sostiene la afirmación del crecimiento exponencial en Telegram
en datos y estadísticas. En concreto, en los cierres de canales que ha
efectuado la red social para evitar la difusión de mensajes radicales.
El pasado mes de noviembre, Europol lanzó una
operación masiva para cerrar miles de cuentas en Telegram que difundían
mensajes ideados por -o afines- el Estado Islámico. Los
propagandistas dieron entonces el salto a otras plataformas, como TamTam o
Riot, pero en el último medio año los terroristas han recuperado su actividad
en Telegram. Si entre noviembre y diciembre de 2019 se cerraron casi 100.000
canales de difusión, sólo en el último mes se han clausurado otros 56.000.
Cifras que reflejan el ritmo de difusión a través de estas vías.
El yihadismo no quiere perder terreno. En el plano físico
ya están logrando asentarse en algunas regiones de máxima prioridad para
España, como el África subsahariana u oriente medio. Ahora también pretenden
mantener sus tentáculos en el plano virtual y captar a más adeptos para
engrosar sus filas.
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