27
mayo 2020
40 años del Manifiesto de los 33
La
repulsa a los terrorismos, la demanda de normalización política, se ha
manifestado a lo largo de décadas en todas las esferas de la vida social vasca.
Así ha resultado también en el ámbito de la cultura, que equivocadamente se ha
considerado como un espacio domesticado por el movimiento revolucionario vasco,
espacio en el que la oposición a la violencia de ETA sería inverosímil. Sin
embargo, esta tesis que muchos hoy dan por indiscutible es completamente falsa.
Su desmentido más radical se produjo hace 40 años, el 27 de mayo de 1980, con
el llamado Manifiesto de los 33 (Garaiz Gabiltz).
1.
Situemos el decorado histórico correspondiente a aquellos años. Con la
aprobación por referéndum del Estatuto de Gernika en 1979 se refundó el proceso
democrático vasco, ocasión propicia para instar a la entrega de armas por parte
de ETA. En abril de 1980 se conformó el primer gobierno tras la dictadura. El
país se hallaba en medio de una vorágine de violencia, alimentada por la
actuación desbocada de fuerzas policiales, parapoliciales y las diversas ramas
de ETA. La escalada de ataques y asesinatos de los BVE y ETA parecía
irrefrenable. Ante esta grave situación, alrededor de la revista
nacionalista Muga se gestó el manifiesto Aún estamos a
tiempo (Garaiz Gabiltz), que reunió a 33 representantes de la cultura.
Entre ellos, las personalidades más conspicuas que el mundo cultural vasco tuvo
en el siglo XX. La consideración que algunas de ellas merecen trasciende la
época a la que pertenecieron.
La
mayoría podrían ser de sensibilidad nacionalista, pero no todos los firmantes
más sonados lo eran. Estaban José Miguel de Barandiaran, Koldo Mitxelena,
Manuel Lekuona, Gregorio Monreal, Xabier Lete, Julián Ajuriaguerra o Martín
Ugalde. Pero, también Julio Caro Baroja, Eduardo Chillida, José Ramón Recalde,
Agustín Ibarrola o Gabriel Celaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario