15 mayo 2020
Comunicado Asociación “11-M Afectados por
Terrorismo”
Pablo Motos, el 11-M y el Covid-19
Establecer
comparaciones entre los fallecidos, enfermos y damnificados por el coronavirus
en los más de dos meses de pandemia que llevamos en España y los asesinados,
heridos y afectados por terroristas yihadistas el 11 de marzo de 2004 en
Madrid, está siendo un argumento recurrente no ya sólo para políticos (Pablo
Casado), sino también para algunas gentes del deporte (Julen Lopetegui,
entrenador del Sevilla Fútbol Club), o del espectáculo televisivo (Pablo Motos).
“Estamos
todos los días en un 11-M”. Es lo que dijo Pablo Motos recientemente en su
programa televisivo. Soltar esta frase así, sin más, en el contexto de una
tertulia en la que se está hablando largamente de los fallecidos por el
COVID-19, no contribuye, para nada, a que la gente sepa qué paso el 11-M. Es
más, el propio Pablo Motos, en un momento de su intervención dijo también: “Es
todo muy difícil porque nunca nos hemos enfrentado a una cosa así”. Por lo
tanto, “si nunca nos hemos enfrentado a una cosa así”, ¿cuál es la
intencionalidad de aludir continuamente al 11-M? Tendría sentido hablar del
11-M, si al hablar del coronavirus abundantemente, se hablase también
extensamente del 11-M. Pero no, se suelta esa frase ya recurrente “estamos
todos los días en un 11-M” (u otra similar), sin ni tan siquiera hacer un
esfuerzo divulgativo sobre lo que pasó el 11-M.
Por eso,
quienes quieran seguir estableciendo comparaciones entre el 11-M y el COVID-19,
conviene que dediquen un tiempo amplio también para recordar a sus
espectadores, oyentes y lectores, lo siguiente:FAES, fundación del
Partido Popular en los tiempos del 11-M, que actualmente sigue presidiendo José
María Aznar, y de la que Pablo Casado fue nombrado patrón en 2015, predijo en
enero de 2003: “Cabe esperar el recrudecimiento de la amenaza
terrorista si es que se produce la guerra contra Irak, una amenaza que afectará
principalmente a los países que participen en ella”. O sea, dicho y hecho. Por desgracia, acertó
FAES en su pronóstico. El Gobierno de Aznar, del Partido Popular, nos llevó a
la guerra contra Irak, y una de sus consecuencias fueron los atentados del 11-M.
En la cumbre
del G-8 del 25 de junio de 2002 en Canadá, el presidente de EEUU, George W.
Bush, puso los pies sobre la mesa y José María Aznar le imitó. El Gobierno
de España del Partido Popular, presidido por José María Aznar, hizo caso omiso de
los informes de la ONU
advirtiendo de la ilegalidad de una intervención en Irak. Aznar desoyó el
clamor de las gentes en las calles de España contra la guerra de Irak. Aznar
mintió sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Teniendo por
anfitrión al entonces primer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, José María Aznar, George W. Bush y el
primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, se reunieron en las islas Azores
el 16 de marzo de 2003 y decidieron la intervención en Irak. Durao Barroso
reveló además que fue Aznar quien más solicitó la celebración de aquella cumbre
previa a la guerra de Irak. La invasión de Irak comenzó el 20 marzo de 2003; el
líder de Al Qaeda, Bin Laden, el 18 de octubre de 2003 amenazó directamente a
España por su participación en la guerra contra Irak. El 29 de noviembre de
2003, siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español fueron
asesinados en una emboscada perpetrada por la insurgencia iraquí con armas de
fuego y granadas, en Latifiya, Irak. Finalmente, y como venganza, los
terroristas yihadistas atacaron cuatro trenes de cercanías de Madrid el 11 de
marzo de 2004. Y después, como remate, el Partido Popular mintió tratando de
atribuir los atentados a ETA para intentar ganar las elecciones que se
celebraron tres días después. Y luego, tras perder las elecciones, acompañado
de sus partners mediáticos,
intentaron deslegitimar al Gobierno surgido de las elecciones con más y más
mentiras sobre lo ocurrido antes, durante y después del 11-M.
El año
pasado, un día antes del XV aniversario del 11-M, Pablo Casado, pidió que se
desclasificase cualquier información sobre el 11-M y que se “llegase
a la verdad si alguien la oculta o intenta mercadear con ella”. El PP, el partido de Pablo Casado, mientras
estuvo en la oposición desde el 2004 hasta el 2011, dijo que cuando llegase al
poder iba a decir toda la verdad sobre el 11-M. Ganó las elecciones en 2011 y
gobernó hasta el 2017, o sea que tiempo tuvo para decir esa verdad que decía
que sabía. Gobernó seis años seguidos y nada de nada sobre el 11-M. Quedó
demostrado que en la oposición sólo le había interesado el barullo y la
vocinglería.
Las
conclusiones del informe Chilcot de julio de 2016, encargado por el Gobierno
británico, confirmaron que la guerra contra Irak fue ilegal, injusta, inhumana
e irracional. En octubre del 2015, Tony Blair –aunque de aquella manera–, pidió
perdón. Aznar, a día de hoy, sigue sin pedir disculpas públicamente.
A más
explicaciones, menos comparaciones y confusiones. ¿Los Casado, Lopetegui y
Motos que sigan hablando o escribiendo sobre 11M en estos tiempos de pandemia,
tendrán la firme voluntad de dedicarle más tiempo, haciendo un esfuerzo por
divulgar lo que pasó antes, durante y después del 11M? Veremos.
Eulogio Paz.
Presidente de la Asociación
11-M Afectados del Terrorismo
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