jueves, 1 de noviembre de 2012

01 noviembre 2012 El Correo (opinion)

01 noviembre 2012

 

El Gobierno rechaza cualquier gesto penitenciario para lograr la disolucion de ETA 

Interior ha fortalecido la dispersión en los últimos meses mientras documentos internos de la banda desvelan que no se plantea su desaparición formal


Ni diálogo, ni negociación. Ni siquiera un «mínimo gesto» en la política penitenciaria a cambio del fin de ETA. El Gobierno, convencido de que está en el «camino correcto», se mantiene inamovible: la disolución de la banda terrorista tiene que llegar por sí sola, sin que medien contactos o promesas. Ni siquiera tras un hipotético anuncio de disolución -explican responsables del Ejecutivo- habría negociación con los terroristas. «Entonces, y solo entonces -señalan- podrían estudiarse los acercamientos individualizados de presos», pero nunca traslados colectivos.

Es la respuesta a quienes apuntan a que ETA plantea su disolución a cambio de un giro en la política de presos y que así se lo habría hecho a saber a la izquierda abertzale. El Ejecutivo dejó en manos del ministro del Interior la nueva demostración de firmeza. «El Gobierno no ha negociado ni negocia ni va a negociar con una organización terrorista. Lo hemos dejado muy claro desde el principio. Y es lo que hay», apuntó Jorge Fernández Díaz, quien insistió en que cualquier especulación sobre la desaparición definitiva de ETA que se base en posibles contactos entre el Ejecutivo y la banda parte simplemente de una «premisa falsa» porque, explicó, nunca ningún representante del Gobierno se sentará para discutir la disolución de la organización armada.

El titular de Interior dijo no tener «duda» de que la intención de los terroristas sería la de «negociar con el Gobierno el futuro de sus presos» y que «evidentemente estaría dispuesta a disolverse, desmantelar sus estructuras y entregar las armas a cambio de un acuerdo con los presos». Pero negó tajantemente cualquier paso en ese sentido. «Cuando negocias entiendes que tu interlocutor tiene razones y una organización terrorista no tiene ninguna razón con la que se pueda llegar a un acuerdo», apostilló Jorge Fernández Díaz.

Lo cierto es que desde que Fernández Díaz se hizo cargo del Ministerio del Interior desde luego no ha habido ningún movimiento penitenciario que pudiera interpretarse como un gesto a ETA. Es más, al contrario. Cerca de 60 presos de la organización terrorista han sido traslados a prisiones aún más alejadas del País Vasco, incluidos reclusos críticos con ETA, a los que el Gobierno socialista había acercado a las cárceles de Aragón y Asturias. Desde que el Partido Popular llegara al poder, no ha habido ni un solo acercamiento destacado en la colonia penitenciaria etarra, compuesta al día de hoy por 450 internos dispersos en 45 centros.

Según explicaron ayer responsables del Ejecutivo, la hoja de ruta del Gobierno sigue inamovible: la única vía para que los presos mejoren sus condiciones es que se acojan al denominado 'Plan Integral de Reinserción', presentado el 26 de abril, y que recoge que podrán cumplir su condena en Euskadi si firman una ruptura «pública» con la banda, aun sin pedir perdón a sus víctimas. Casi seis meses después, ni un solo recluso de la banda armada se ha acogido a la oferta, según admitieron responsables de Instituciones Penitenciarias.

Corriente interna

Hay otro punto que reafirma al Ministerio del Interior en su estrategia de no hacer gestos en las cárceles. A pesar de las informaciones periodísticas que apuntarían a que ETA ofrecería su desaparición a cambio de mejoras para sus presos, los documentos internos de la banda terrorista en poder de las fuerzas de seguridad no apuntan, ni mucho menos, a esa dirección. Desde agosto el Ministerio del Interior tiene en su poder una ponencia redactada en marzo por la cúpula de la organización en la que los jefes de ETA plantean a sus militantes que la banda siga sin disolverse y continúe existiendo en la clandestinidad, eso sí como una suerte de corriente dentro de la izquierda abertzale y sin utilizar la violencia.

Los analistas de Interior ya han advertido al Gobierno que, al menos en sus planes internos y más allá de los mensajes que quiera trasladar sectores próximos a los terrorista, ETA tiene la intención de pervivir, mucho más allá de una hipotética «solución» para sus presos, ya que la banda aspira a seguir influenciando a la izquierda abertzale desde su posición de «naturaleza luchadora y revolucionaria».

Opinión:

Sólo un comentario: dice mi amigo Melchor que “ los jefes de ETA plantean a sus militantes que la banda siga sin disolverse y continúe existiendo en la clandestinidad, eso sí como una suerte de corriente dentro de la izquierda abertzale”…. ¿y hasta ahora qué eran sino una banda, aparte de asesina y mafiosa, también clandestina?

Y sigue “sin utilizar la violencia”…. Perfecto, que sigan así porque con el tiempo se irán disolviendo solos, como el azúcar en el café con leche en vaso. Podrán tardar mas o tardar menos, incluso podrán hacer alguna locura (como parece que algunos están deseando), pero considero que cuando “mi” asesino Rafael Caride Simón me dijo en junio que “no hay marcha atrás” (en el proceso de final de ETA), lo decía con conocimiento de causa. Por una vez y sin que sirva de precedente, ojalá un terrorista tenga razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario