26 agosto 2015
Los 14
yihadistas detenidos planeaban “masacres” en Marruecos y España
Las policías española y marroquí
detienen a 14 personas en Madrid y varias ciudades de Marruecos
“Pretendían reeditar en Marruecos y en España las
masacres perpetradas por los integrantes del Estado Islámico (Daesh) con la
intención de establecer un clima de psicosis e inestabilidad”. Es el
convencimiento de los policías españoles y marroquíes que ayer desarticularon
conjuntamente una red de 14 presuntos yihadistas, la mayoría de ellos (13)
repartidos por varias ciudades de Marruecos (Nador, Fez, Casablanca, Alhucemas
y Driuch) y uno en Madrid, concretamente en San Martín de la Vega. Todos están
acusados de captar, reclutar y adoctrinar gente para integrarla en las filas
del Daesh en Siria e Irak.
La tercera gran operación antiyihadista conjunta
entre España y Marruecos en el último año y medio se saldó ayer con 14
detenidos. Agentes de la
Comisaría General de Información de la Policía Nacional
y de los servicios de Inteligencia marroquíes (DGST) desarticularon una red
terrorista con miembros en Nador (4 detenidos), Driuch (2), Alhucemas (1), Fez
(5), Casablanca (1) y en la localidad madrileña de San Martín de la Vega (1).
El arrestado en Madrid es un marroquí que responde
al nombre de Abdeladim Achriia. Vivía en un bajo de la calle de la Ribera de esa población del
sur de Madrid. Tiene 30 años, procede de Temsamane (Driuch, Marruecos) y cuenta
con permiso de residencia en España, donde residía desde hace siete años junto
a su mujer y sus hijos.
Según fuentes de la lucha antiterrorista, regentaba
un locutorio, que ayer fue registrado durante horas en la misma localidad.
Supuestamente desde ese negocio, propiedad del exdirigente de la comunidad
islámica de San Martín de la Vega ,
Aissa Benrahmoun, era desde donde habría captado, adoctrinado y reclutado a
potenciales combatientes para integrarlos en las filas de Daesh (acrónimo del
Estado Islámico en árabe).
Ni la policía ni el Ministerio del Interior
facilitaron datos acerca del número de personas que podrían haber sido captadas
por esta red, cuyo origen fue detectado en la ciudad de Melilla durante una
investigación previa. Presuntamente, el cabecilla de esta ramificada célula
yihadista, tenía importantes vínculos “laborales y sociales” en la ciudad
autónoma. No obstante, los investigadores —tanto los marroquíes como los
españoles— están convencidos de que “pretendían reeditar en Marruecos y en
España las masacres perpetradas por los integrantes del Daesh con la intención de establecer un clima de psicosis e inestabilidad”, según
el comunicado oficial del Ministerio del Interior.
Todos los arrestados están acusados de
adoctrinamiento y captación de personas presuntamente — como ocurre en la mayor
parte de l,os detenidos recientemente por yihadismo-, a través de las redes
sociales con el fin de
integrarlas en las filas de la organización terrorista Estado Islámico en las
regiones de Siria e Irak que mantiene bajo su control.
Un detenido ya condenado
Marruecos es uno de los principales emisores de
voluntarios para unirse a las filas del Daesh. Desde su Ministerio del
Interior, puntualizaron que uno de los arrestados ayer ya había sido condenado
en el marco de la ley antiterrorista. E insistieron en que el objetivo de
reclutamiento de combatientes marroquíes y extranjeros es “movilizarles para
perpetrar atentados en sus países de origen y los de residencia”. La policía marroquí
ha confirmado la partida de 1.350 voluntarios para la yihad, de los que 286 han
muerto en combate.
En España, con la operación de hoy —coordinada por
el titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional
y que continúa abierta—, son ya 54 los detenidos por terrorismo islamista. Los
servicios de inteligencia aseguran que 125 personas (112 hombres y 13 mujeres)
han partido desde España para unirse al Estado Islámico. Casi todos ellos han
sido atraídos por redes como la ahora desarticulada, que en muchas ocasiones
facilita el viaje hasta Turquía para cruzar desde allí a Siria. Veinticinco de
los que partieron de España han muerto en atentados suicidas o combatiendo con
el Daesh, según los últimos datos facilitados por Interior.
El ansiado califato del Estado Islámico se nutre de
miles de combatientes extranjeros –se calculan en mas de 30.000- que pretenden
derribar a los gobiernos de Siria e Irak.
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