31 agosto 2015
ETA cuenta con quince “operarios”
para tareas de mantenimiento
El colectivo de prófugos de la Justicia estaría
integrado en la actualidad por 113 etarras. Hay bastantes más que en su día huyeron para
eludir alguna operación pero
podrían regresar, si no lo han hecho ya, porque sus causas han prescrito con el
paso de los años o porque apenas tenían relevancia. El “censo” de etarras
desplazados a terceros países llegó a superar en la década de los noventa el
número de 600.
Es cierto que muchos de ellos, porque ya no tenían
causas pendientes con la
Justicia , permanecían en diferentes países de América,
incluso en Francia, “confinados”
por la propia banda terrorista, cuyos cabecillas no les permitían regresar. El retorno podría interpretarse como una deserción en cadena. Los dirigentes también temían que, una
vez en España, contaran al enemigo secretos operativos de la organización.
Pero cuando hace cuatro años anunció el cese
definitivo de su actividad terrorista, la cúpula etarra permitió el regreso de
aquellos militantes o simpatizantes que no tuvieran que rendir cuentas con la Justicia. Muchos
han vuelto, y lo han hecho por la puerta de atrás, tras regular su situación en
los consulados o embajadas. Regresan a sus pueblos, años después, sin
que ETA haya conseguido ninguna de sus reivindicaciones. Sin ser considerados “héroes”
entre sus paisanos de Bermeo, Galdácano, Elgoibar o Llodio. De más de 600 “refugiados”
a 113. ETA adelgaza.
También se ha quedado raquítica en cuanto a
militantes activos. Los Servicios Antiterroristas aseguran que en estos
momentos no son más de 15 los “operarios” de ETA que permanecen en la banda
exclusivamente para labores de mantenimiento. Pretenden salvar las siglas, para blanquear
su negro pasado, y con el objetivo también de que la banda se perpetue
para mantener influencia en la política vasca.
Entre esa docena de operarios figuran Mikel
Irastorza, David Pla, Iratxe Sorzábal, y una decena más, entre “legales”
ocultos en España y antiguos militantes de Segi y Ekin que en 2009 y 2010
quedaron “colgados” y huyeron a Francia para eludir una investigación policial,
cuando a ETA ya no le interesaba reclutar porque debatía entonces poner fin a
medio siglo de terror.
En 4 años, 153 detenidos
Así las cosas, desde el punto de vista operativo, la
banda se halla en una situación agónica, y en peores condiciones, incluso, que
cuando se inició la legislatura. El ministro del Interior, Jorge Fernández
Díaz, recuerda a menudo que ETA es un cadáver, al que solo le falta el
certificado de defunción. De ello tienen buena culpa las Fuerzas de seguridad
del Estado y sus colegas de varios países, particularmente Francia. En la
presente legislatura han sido detenidos 153 etarras, lo que ha mermado su ya
frágil capacidad organizativa
Opinión:
Gran noticia poder leer que los
etarras que vuelven lo hacen por la puerta de atrás y sin nadie que les dedique
un simple aurresku de honor.
Toda la noticia me parece muy
positiva aunque disiento de lo que dice el ministro de Interior. ETA no es un cadáver
todavía, aunque está dando los últimos estertores. Y la experiencia médica
enseña que muchos enfermos, antes de morir, parecen tener una revivificación.
Por todo lo sufrido y por todo el
trabajo que he realizado (junto a otras víctimas anónimas, ninguna de las que
ahora dicen haber hecho lo que nunca han hecho), espero que la moribunda banda
terrorista ETA ni siquiera tenga ese momento de revivificación.
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