20 septiembre 2015 (19.09.15)
Interior vetó
a invitados de las familias de las víctimas en el homenaje de Martutene
Rechazó y no cursó las citaciones
propuestas por los allegados de los funcionarios de prisiones asesinados por
ETA
El Ministerio del Interior
impuso un veto a los invitados propuestos por los familiares de los
funcionarios de prisiones asesinados por ETA en el acto de homenaje en su
memoria que se celebró el pasado martes en la cárcel de Martutene. El centro
penitenciario donostiarra acogió el día 15 un homenaje, organizado a iniciativa
de las propias familias de las víctimas, en recuerdo de Ángel Mota Iglesias,
José Ramón Domínguez Burillo y Francisco Javier Gómez Elósegui, trabajadores de
instituciones penitenciarias que fueron asesinados por ETA entre 1990 y 1997,
cuando la organización armada fijó como objetivo a los funcionarios de las
cárceles.
Durante el evento, presidido por el ministro del
Interior, Jorge Fernández Díaz, y celebrado por primera vez en el Estado en el
interior de una prisión, se descubrió una placa con la inscripción “en memoria
de los trabajadores del centro penitenciario de Martutene asesinados por la
banda terrorista ETA”, que detallaba los nombres de las tres víctimas y la
leyenda Comprometidos con la
libertad, en euskera y castellano.
Al acto acudieron diversas personalidades
institucionales, como el secretario general de Instituciones Penitenciarias,
Ángel Yuste, el delegado del Gobierno español en el País Vasco, Carlos Urquijo,
la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, y el presidente del
Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, así como la
presidenta de la
Fundación Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco. Asimismo,
hubo una amplia representación política e incluso algunas víctimas como Pilar
Elías, Maixabel Lasa, familiares de Jose Mari Korta, Pili Zabala y la
presidenta de la AVT ,
Ángeles Pedraza.
Sin embargo, según ha confirmado este diario desde
varias fuentes, el Ministerio del Interior quiso impedir que las personas que
iban a ser invitadas por las propias familias de las víctimas acudieran al
homenaje e impuso su propio listado de asistentes. De hecho, no cursó las
correspondientes invitaciones al acto salvo las incluidas en su relación, pese
a la insistencia de algunos de los damnificados, en teoría los artífices y
protagonistas del evento. Las mismas fuentes insisten en que la respuesta
recibida a los requerimientos al Gobierno español fue un “no rotundo”.
Sin
invitación
Finalmente, a última hora y ante la inminencia de la
celebración del acto y con el fin de evitar mayor tensión ya que algunas
personas habían sido advertidas de antemano por teléfono por las víctimas para
que hicieran un hueco en su agenda ese día para acudir al homenaje, Interior
permitió la presencia de estos convidados. “Si se presentan en la puerta no les
vamos a echar”, adujeron los responsables. Pese a ello, muchos de los que
acudieron lo hicieron sin la invitación oficial. “No llegó nunca”, afirma una de
las personas afectadas.
Se da la circunstancia de que uno de los familiares
que intervinieron en el acto, José Miguel Gómez Elósegui, hermano del psicólogo
de la prisión de Martutene Francisco Javier Gómez Elósegui, acaba de presentar
junto a otras catorce víctimas de distintas violencias la iniciativa Eraikiz, que aboga por el
entendimiento y la convivencia, la autocrítica, el diálogo y la deslegitimación
de la violencia bajo el principio de que “matar estuvo mal” y que el pasado
miércoles demandaron en la
Cámara vasca a los grupos parlamentarios la reactivación de la Ponencia de Paz.
El funcionario asesinado, tal y como recordó su
hermano durante el homenaje, era militante de ELA y trabajaba “por otro modelo
de prisión donde el penado se pudiera reinsertar” y, de hecho, era partidario
de la transferencia de la competencia de prisiones al Gobierno Vasco. Además,
aseguró que “estaba claro” el posicionamiento de su hermano “en contra del
alejamiento” de los presos. “Cumplir la pena, sí, pero cerca de casa”, afirmó
en su intervención José Miguel Gómez Elósegui en presencia del ministro Jorge
Fernández Díaz y del responsable de Prisiones, Ángel Yuste. El propio José
Miguel ha seguido, de alguna manera, la estela de su hermano en la apuesta por
el diálogo y la convivencia e incluso llegó a rechazar la medalla que Interior
iba a concederle como víctima del terrorismo.
Antecedentes
No es, tampoco, la primera vez que Interior intenta
impedir la presencia o que obvia la invitación oficial a determinadas personas
-incluso representantes institucionales vascos y hasta damnificados incómodos o críticos con los
posicionamientos del Gobierno español- en algunos actos en favor de las
víctimas.
En el homenaje de Martutene, el ministro Jorge
Fernández Díaz afirmó que “no habrá una memoria justa si no se adecua a la
verdad” e hizo un llamamiento a la “deslegitimación del terrorismo y de todas
sus complicidades, por acción o por omisión. “Se equivoca ETA si piensa que a
estas alturas las instituciones y los ciudadanos vamos a permitirles
perpetuarse, nada menos que como actores políticos y como garantes de no se
sabe qué, cuando precisamente ellos nunca debieron existir”.
Roberto Domínguez, hermano del funcionario asesinado
José Ramón Domínguez -que también era psicólogo en Martutene- leyó un poema en
su memoria, mientras que Jorge Mota, familiar de Ángel Mota -contable de la
prisión- pidió no regresar “a los silencios cómplices” ni al “ensalzamiento
tolerado de los terroristas”.
En el acto estuvieron presentes representantes de
todos los partidos, incluidos los miembros de EA, y de EH Bildu y Amaiur Pello
Urizar y Rafa Larreina.
Opinión:
Aunque ya hablé hace unos días
sobre el acto en cuestión, lo que se publica ahora no me sorprende en absoluto,
entre otras cosas porque en este blog ya he dado muestras en diferentes
ocasiones de los errores que se cometen al preparar según qué actos desde según
qué administraciones, entidades o colectivos.
Que solamente se invite a
personas proclives a la opinión de quien organiza el acto acostumbra a ser lo
normal. También ocurre en ocasiones (a mí me pasó varias veces) que le envían
las invitaciones a una persona concreta y luego, tras esconderle la información
al interesado, quien acude es otra persona diferente haciéndose pasar por el
destinatario real de la invitación.
Ello me lleva a pensar que, en
realidad, la mayoría de actividades de este tipo son actos meramente de imagen,
de marcado carácter ideológico o, simplemente, que el que lo organiza es un
gilipollas integral.
Por otra parte, hay quien acude a
reuniones y actos para TRABAJAR (en mayúsculas) por el colectivo de víctimas y
no lo explica en público. Pero por una vez me voy a traicionar a mi mismo y voy
a explicar lo siguiente porque ahora me apetece hacerlo: el pasado 31 de julio
y el pasado 10 de septiembre mantuve reuniones con altos representantes del
mundo de la administración relacionada
con la atención a las víctimas del terrorismo. No daré los nombres para que
ningún ignorante de los que abundan en este mundillo de “víctimas” me pueda
acusar de hacer valoraciones políticas o de poder influir en las elecciones del
próximo domingo. Ya se encargan ellos mismos de hacerlo en algún medio concreto…
Si finalmente las conversaciones
llegan a buen puerto, haré públicas las personas presentes en estas reuniones.
Si, por desgracia, no se llega a ningún acuerdo, me guardaré esa información.
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