29 septiembre 2015
El tribunal solo considera delitos
de lesa humanidad los asesinatos cometidos después de octubre de 2004.
El tribunal comparte la apreciación del juez
González y rechaza “categóricamente” la tesis del genocidio etarra. La Sala recuerda que este tipo
penal, que castiga los actos encaminados a destruir total o parcialmente a un
grupo nacional, étnico, racial o religioso. Los jueces de apelación, al igual
que González, aprecian que “no es posible identificar el grupo formado por las
víctimas de los hechos perpetrados por ETA como grupo nacional”. Según el auto
de rechazo, los “diferentes colectivos de víctimas de ETA no pueden ser
considerados como grupo nacional o como parte de un grupo nacional, pues en el
País Vasco víctimas y victimarios comparten la misma identidad nacional y tan
españoles son unos como otros”.
El tribunal recuerda que, según la jurisprudencia
del Tribunal Supremo, “de ninguna manera resulta viable la investigación del
delito de genocidio” en el caso de ETA, ya que no concurre el “requisito
esencial” de la “determinación e individualización del grupo racial, étnico o
religioso” víctima de los actos de destrucción.
En el caso de los delitos de lesa humanidad, los
querellantes pretendían que se tuvieran en cuenta los crímenes anteriores al 1
de octubre de 2004, cuando entró en vigor el Código Penal que recoge este tipo
delictivo. Para ello, querían que se aplicaran los tratados internacionales
firmados por España y la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos. El tribunal rechaza esta pretensión ya que los tratados
internacionales sobre delitos sobre lesa humanidad no fueron incorporados al
derecho español hasta octubre de 2004. “Con anterioridad a dicha fecha no
existía en el Código Penal ninguna norma que impusiera penas a las conductas
que suponen un ataque sistemático contra una parte de la población civil”.
Desde 2004, las sucesivas cúpulas terroristas estuvieron encabezadas
por Mikel Albizu, Mikel Antza, número
uno e la banda, que fue detenido junto a su compañera sentimental, Soledad
Iparragirre,Anboto, otra
histórica de la organización en octubre de ese año. Antza es el dirigente que
más tiempo ha estado en la cúpula de la organización terrorista, desde que
asumiera la dirección política en 1993 tras la caída de Bidart.
Tras el arresto de Antza, José Antonio
Urrutikoetxea, Josu Ternera,
le sustituyó al frente del aparato político de la banda, cargo que después
ocupó el fallecido Francisco Javier López Peña, aliasThierry, considerado el número uno del aparato militar y
político de la organización terrorista, detenido en Francia el 20 de mayo de
2008. Le sucedió Garikoitz Azpiazu, alias Txeroki, se hizo cargo del aparto militar. Fue detenido el
17 de noviembre de 2008. El trabajo policial y la colaboración con Francia
permitieron la captura en apenas seis meses de los nuevos jefes militares:
Aitzol Iriondo y Jurdan Martitegi, sucesores de Txeroki, caían el 8 de
diciembre de 2008 y el 18 de abril de 2009.
Durante los años que abarca esta nueva causa, ETA
perpetró 12 asesinatos. El primero fue el coche bomba contra la terminal T4 del
aeropuerto de Madrid, en el que murieron dos personas —Carlos Alonso Palate y
Diego Armando Estacio—. El último, el 16 de marzo de 2011, se cobró la vida del
gendarme francés Jean Serge Nérin.
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