12
febrero 2017
La dispar memoria del
terrorismo en Málaga
Mientras
Antequera recuerda a Miguel Ángel Blanco en Mijas denuncian el abandono del
monumento en memoria de las víctimas
La huella del terrorismo en Málaga se testea de
forma dispar en los municipios de la provincia. Mientras unos cuidan sus
memoriales, otros los dejan abandonados al amparo del tiempo. Antequera
inauguró, a final de enero, un monolito con el que se recordará la figura de Miguel Ángel Blanco.
La localidad malagueña dedica un memorial y una de sus zonas ajardinadas a uno
de los crímenes etarras que más conmocionó a la sociedad española. El concejal
popular del Ayuntamiento de Ermua (País Vasco) fue asesinado en julio de
1997 por ETA, tras un secuestro y ultimátum. España salió a la calle. Las manos
blancas, levantadas contra el terror, se convirtieron en el símbolo contra el
chantaje. En la memoria colectiva quedó grabado su nombre y su rostro para la
posteridad. Ahora Antequera le recordará por siempre.
El municipio ya rendía homenaje a
Ajax. Un busto en unos de los cruces de calles del municipio
recuerda al heroico perro policía condecorado por evitar un atentado terrorista
el 30 de julio de 2009 en Mallorca. Ajax gozó de su jubilación en la localidad
malagueña, tras prestar un valioso servicio al país en la lucha antiterrorista.
Antequera sigue profundizando para mantener viva la memoria de aquellos años.
Pero existe un
contrapunto. En Mijas el memorial a las víctimas está abandonado. La
localidad de la Costa
del Sol, que fue atacada dos veces por la banda terrorista –30 de junio de 1980
y 21 de junio de 2002–, tiene socavones en los desagües de las fuentes, basura,
maleza sobre el césped artificial, las letras agrietadas o algunos de los
farolillos en el suelo. Todo en una rotonda, en cuyos laterales, el césped se
ha convertido en pasto. El memorial se inauguró hace dos años, pero ha dejado
de lucir por el abandono. El Consistorio explica que la empresa constructora está llevando a cabo
obras de subsanación de deficiencias para
poder recuperar el aval, ya que la obra se entregó con problemas al
Ayuntamiento de Mijas. Desde el Partido Popular no entienden «los tres meses
que lleva el monumento en las condiciones actuales».
«Estos monumentos recuerdan que hubo
una gente que atacó a la democracia. Es la memoria de lo que
hemos vivido. Hubo personas asesinadas», explica Joaquín Vidal, presidente de la Asociación Andaluza
de Víctimas del Terrorismo. Durante los años negros de ETA, Málaga fue uno de
los puntos predilectos donde atacar. No hubo tregua para Andalucía. Los cuatro
muertos y 60 heridos de la prisión Sevilla I fue el atentado más cruel en
tierras andaluzas, donde la Costa del Sol fue objetivo
predilecto.
Entre 1979 y 2004 se
contabilizaron en la provincia de Málaga 31 atentados. Sólo consiguieron segar una vida.
Fue la de José María Martín Carpena el 15 de julio del 2000. Era
concejal del Partido Popular de Málaga, ese fue su mortal pecado. Un asesino le
abatió tras seis disparos en el aparcamiento de su domicilio. Martín Carpena
tenía 50 años y su muerte fue el culmen una historia negra, que hasta ese
entonces no había conseguido el oscuro final en Málaga. ETA atacó de forma
sistemática, durante su historia, a la provincia. Málaga, Marbella, Estepona,
Torremolinos, Fuengirola, Mijas o Rincón de la Victoria escucharon
detonar el terror.
El objetivo era dañar
la imagen de uno de los principales destinos turísticos de Europa. En 1986 esa
estrategia quedó en evidencia. ETA atacó a los hoteles de la costa. Los
artefactos explosivos aparecían en el lugar donde los huéspedes debían tener
tranquilidad. Sin objetivo, pero con todo el mundo en el punto de mira. Para
recordar aquella negra historia se han alzado numerosos memoriales en la
provincia. Restos de un pasado teñido de sangre que acabó el 7 de
diciembre de 2004 con
un explosivo enterrado en un árbol del Paseo del Parque de la capital.
Recuerdos que corren dispar suerte con el paso de los tiempos.
«Estos memoriales deben existir para que dentro de 50 años se recuerde que
la democracia se sustenta sobre el sufrimiento de las víctimas»,
añadió Vidal, quien explica que es importante tener memoriales, incluso, en los
lugares donde no hubo asesinados. «Donde no lograron matar hubo un intento de
hacerlo y un ataque a la libertad», afirma Joaquín Vidal.
Opinión:
Aparte de lo que comente Joaquín Vidal (que tiene toda la
razón) no hay que olvidar que existen monumentos que tienen más
representatividad política que otros... la historia muestra que un monumento a
nombre de algunas víctimas en particular parece tener más importancia que otro
a título colectivo.
Y dependiendo a quien vaya dedicado, más todavía. Entiendo
que Joaquín, por los cargos que ocupa, no pueda decir eso pero ya lo digo yo...
desde 2009 tengo la libertad para decir lo que pienso, como otras muchas
víctimas anónimas, con total tranquilidad (y lo que me queda)...
No hay comentarios:
Publicar un comentario