24 enero 2019
El canalla en
libertad, Ordóñez en el cementerio
Javier Ordóñez tenía catorce meses cuando Valentín Lasarte
entró en el restaurante «La Cepa »,
en el casco viejo de San Sebastián, y le descerrajó un tiro en la cabeza a su
padre, Gregorio Ordóñez. Por entonces, Mikel Albisu, apodado «Antza», ocupaba
la dirección de la banda etarra, a la que había accedido tras la
desarticulación de la cúpula que se escondía en Bidart… ¿Qué ha sido de ellos?
Han pasado 24 años de aquel
asesinato y una de esas crueles casualidades de la vida (y de la muerte) quiso
que Antza quedase ayer en libertad tras cumplir solo 14 años de prisión en
Francia, una condena ridículamente corta si tenemos en cuenta que desde que él
llegara a la dirección de la banda hasta su detención ETA mató a 109 personas.
Es un disparatado recontradios que
con semejante historial ahora mismo la Justicia no tenga abierto ningún procedimiento
penal contra quien dirigió la estrategia etarra desde 1993, es decir que España
no tenga ninguna cuenta pendiente más con quien marcaba la hoja de ruta de los
distintos grupos criminales que asesinaron a esas 109 personas. Cuando Albisu
fue apresado en Francia se intervinieron 1.200 kilos de amonal y cloratita y
centenares de pistolas y fusiles.
Sigamos. Cuatro años lleva ya en la
calle Valentín Lasarte, la otra hiena de esta historia, que además de matar a
Ordóñez aquel triste día de enero participó activamente, antes y después, en
otros siete asesinatos, los de José Antonio Santamaría, José Manuel Olarte,
Enrique Nieto, Alfonso Morcillo, Mariano de Juan y Fernando Múgica, bien
apretando el gatillo (y siempre por la espalda, como hacen los cobardes) bien
conduciendo o escoltando a los verdugos que dispararon.
Diecinueve años pasó en prisión de
los 370 a
los que fue condenado en las distintas sentencias. El canalla de Lasarte se
acogió a la vía del supuesto arrepentimiento para salir antes de la cárcel pero
desde que goza de libertad no ha aportado un solo dato para el esclarecimiento
de los crímenes etarras que aún quedan por resolver. Ni uno. Así de
«arrepentidos» los quiere ETA.
Opinión:
Ciertamente, el titular de la
noticia es impactante. Y sí, es cierto, la víctima Gregorio Ordóñez está en el
cementerio mientras los canallas (o mejor dicho, los asesinos etarras) que
cometieron su atentado, están en la calle.
Pero hay que ser sinceros y llamar
a las cosas por su nombre. Del mismo modo que he llamado “asesinos etarras” a
los que cometieron el atentado, también hay que denunciar clara y rotundamente la DESinformación que
se adivina tras el titular.
El señor Alvaro Martínez olvida,
espero que no de modo voluntario, que el hecho de que los autores del atentado
puedan estar en libertad paseando por la calle se debe al Código penal
franquista de 1973.
Señor Martínez, si lo desea, espero
que sea tan amable de contestarme a estas sencillas preguntas:
1)
¿Por qué no se va al Valle de los Caídos y le pregunta al allí
enterrado por qué se aprobó un Código penal como aquel de 1973?
2)
¿Por qué hay quien se empecina en esconder que los atentados anteriores
al año 1995 se juzgaban bajo la legislación de aquel Código penal franquista?
3)
¿Por qué no se puede ni entrever en su artículo una mínima denuncia o
una mínima mención al Código Penal que se aprobó bajo el mandato del dictador?
4)
¿Por qué no se atreve ni siquiera a mencionarlo, en una muestra de
DESinformación que, ojalá que no, parece tan voluntaria?
5)
¿Cuántos terroristas y otros delincuentes están saliendo de prisión
gracias a un Código Penal franquista que es más benevolente que el modificado
en 1995 durante el Gobierno del PSOE?
Sí, ya se que eso podrían
contestarlo algunas víctimas o algunas asociaciones o colectivos de víctimas
pero, sinceramente, no les veo con el interés de explicar la puñetera verdad
que, nos guste o no, es la que es… estos
asesinos están en la calle GRACIAS AL CODIGO PENAL FRANQUISTA.
Señor Martinez ¿estuvo usted en
algunas de las mesas en 1995 en las que se recogían firmas “a favor del cumplimento
íntegro de las condenas impuestas a los terroristas”? Por mi parte, coordiné
las mesas en toda Catalunya hasta conseguir mas de 100.000 firmas solo en mi
tierra… ¿estaba usted entonces aportando su firma en alguna mesa de cualquier
rincón de España? ¿Dónde estaban muchas de esas víctimas y familiares que se
llenan la boca hablando de lo que no hicieron?
Lecciones las justas, pero de
Usted, ninguna.
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