24 marzo 2020
La deuda pendiente de ETA
El memorial de víctimas publica una investigación sobre la
desaparición de tres gallegos a manos de la organización y pide que se
esclarezca su paradero
Es una de las historias no resueltas que ha dejado el fin
de ETA, la de tres gallegos de cuya desaparición se cumple hoy el 47
aniversario después de ser confundidos por policías españoles por miembros de
la banda. En abril de 2018 ETA "despedía su historial criminal con un
último boletín en el que asumía un atentado múltiple que en su día no
reivindicó, la bomba en la madrileña cafetería Rolando en 1974", recordó
ayer el director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio
Domínguez. Agregó que, en cambio, la banda "no informó del paradero de
Humberto, Fernando y Jorge", en referencia a los tres amigos cuyos cuerpos
no se han recuperado jamás.
Domínguez aseguró por ello que sigue habiendo "una
deuda pendiente con sus familias", con motivo de la publicación por parte
del centro que dirige de una investigación realizada por el novelista Adolfo
García Ortega sobre la desaparición de José Humberto Fouz Escobero, Jorge Juan
García Carneiro y Fernando Quiroga Veiga. Dicha investigación tuvo como fin
documentar la obra literaria Una tumba en el aire, inspirada en
este caso, y a su juicio es la "más amplia y concienzuda" que se ha
realizado "en torno al secuestro, asesinato y desaparición de Humberto,
Fernando y Jorge".
Nacidos en Galicia y residentes en Irun, la tarde del 24 de
marzo de 1973 cruzaron la frontera para ir a Biarritz a ver la película El
último tango en París, entonces prohibida en el Estado español. Según informó
ayer el Memorial en una nota de prensa, esa misma noche acudieron a una
discoteca, donde fueron confundidos con policías españoles por un grupo de
activistas de ETA, que los secuestraron, torturaron y asesinaron, haciendo
desaparecer sus cuerpos. Cuando se cumplen 47 años de esos hechos, el director
del centro afirmó que son responsables no solo "quienes cometieron los
crímenes", sino también "otros de su entorno que tienen
información" o "que saben quién la tiene y no hacen nada para
desvelar lo que ocurrió".
La novela rescata la historia real de los tres jóvenes
asesinados, y su autor decidió escribirla "entendiendo que ni las víctimas
ni los asesinos merecían el olvido", añade la nota. De este modo, el
objetivo primordial del informe del Memorial, el octavo que publica, es la
recuperación de la memoria de las tres víctimas, "cuyo paradero esconde la
banda terrorista desde 1973". La familia de José Humberto Fouz ha
solicitado a la
Audiencia Nacional la reapertura del caso, lo que ha sido
rechazado en primera instancia.
Testimonios y cartas
Antes de realizar la obra, Adolfo García Ortega se desplazó
a Iparralde para comprobar in situ recorridos, trabajar
hipótesis y recabar información. Previamente, viajó varias veces a A Coruña
para entrevistarse con Coral Rodríguez Fouz, sobrina y ahijada de uno de los
jóvenes asesinados, así como con otros familiares. De esa investigación sobre
el terreno, el novelista fue escribiendo una serie de notas para su narración
definitiva, 41 de las cuales han sido aportadas para el informe en "una
especie de guion o making-of de cómo se empezó a escribir en agosto de
2017 Una tumba en el aire". Se reproducen asimismo cartas y
correos a personas que podían aportar información y se aportan fotografías de
los escenarios descritos en la obra.
El director del Memorial insistió en que ETA no ha
informado nunca del paradero de estos tres jóvenes y que su familias siguen
esperando a que un día aparezcan los restos de sus allegados "para
despedirse de ellos de forma digna y para cerrar un duelo que se ha prolongado
durante mucho tiempo". Reprochó por último que esta investigación "la
tenían que haber realizado las instituciones".
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