jueves, 3 de febrero de 2022

01 febrero 2022 (2) Faro de Vigo (opinion)

01 febrero 2022 

 


Marlaska: "El Estado tiene una deuda eterna con las víctimas del terrorismo"

El ministro del Interior acude a Valencia a el primer acto de reconocimiento a las víctimas de la "sin razón terrorista"

"El Estado español y sus instituciones tiene una deuda eterna" con todos los que han sufrido la "crueldad de la violencia irracional" del terrorismo, a esas víctimas que se han erigido "en un referente ético para todos". Así resumió el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el sentido del acto que este lunes reconoció en Valencia a nueve de las 609 víctimas valencianas de actos terroristas, la mayoría, de la derrotada ETA,  pero también del yihadismo que sembró de dolor las Ramblas de Barcelona en el verano de 2017.

Grande-Marlaska presidió este lunes en València el primer acto de reconocimiento a las víctimas de la "sin razón terrorista" que se realiza en la C. Valenciana, desde que el Gobierno decidió "acercar" estos homenajes a los lugares donde se produjeron los crímenes o de donde procedían quienes los sufrieron.

Tras la pandemia, el Gobierno decidió llevar esos actos a los territorios de las víctimas –València es la tercera, tras Sevilla, en octubre pasado, y Burgos, en noviembre–. Recordó el ministro que la C. Valenciana es la tercera más golpeada, junto con La Rioja, y por detrás de Madrid y el País Vasco, y tuvo palabras de recuerdo para los 609 valencianos –"el sexto grupo más numeroso", rememoró– que, aquí o fuera, murieron o resultaron heridos, algunos con secuelas de por vida, por la acción de los terroristas entre 1979 y 2020.

El responsable de Interior inició su intervención con palabras de recuerdo para Manuel Broseta, asesinado a tiros en enero de 1992 por ETA en la avenida de Blasco Ibàñez cuando se dirigía a dar clase a la Facultad de Derecho –"educación frente a la barbarie, dos conceptos tan dispares", contrapuso–. En ese contexto, reconoció que ese asesinato "marcó un antes y un después en la sociedad valenciana" y supuso "un aldabonazo para plantar cara" a ETA con, entre otras cosas, la fundación que lleva el nombre del profesor, de la que, destacó, contribuye a "dignificar el nombre de las víctimas, de todas las víctimas".

"El único relato posible"

El ministro reivindicó que "honrar" el testimonio de las víctimas es la manera de "construir la memoria colectiva con vuestro relato, el único posible", remachó, y recordó que la "derrota sin paliativos" de la organización terrorista ETA es un éxito de la "fortaleza del Estado de derecho y de la fortaleza de todas las víctimas, que son y serán para siempre auténticos servidores públicos"; victoria que, incidió, tampoco habría sido posible sin el "consenso y la unidad de todos".

Fue precisamente su hijo, Pablo Broseta Dupré, quien, en representación de las víctimas, abrió el acto destacando que la concesión de las más altas distinciones del Estado no va a "mitigar el dolor, la pena y de la demanda de justicia", pero es un «justo reconocimiento" a la "dignidad, memoria y generosidad" que representan.

En el acto, fueron reconocidos con la Gran Cruz el guarda civil José María Lozano Sainz, asesinado por los Grapo en 1971, en Madrid; Joaquín Antolí Berenguer y Juan Francisco de Juan Martínez, fallecidos en el incendio del Hotel Corona de Aragón, en Zaragoza, en 1979; Eduardo Vinuesa Rafels, muerto en un atentado en 1985, en Castelló; y el guardia civil José María Gómez Trillo, asesinado por ETA en Ispaster (Vizcaya), en 1980.

Las ocho encomiendas, para quienes han sufrido heridas físicas o psíquicas por actos terroristas, le fueron entregadas al guardia civil Francisco Javier Montoya por un atentado de ETA en Pamplona, en 1988; a Carmen Pardo y a David Costa, por el atentado de ETA con explosivos en el Hotel Bahía de Alicante en 2003; al guardia civil Francisco José A., por las secuelas tras la atención a las víctimas del atentado yihadista en Barcelona, en agosto de 2017; a los guardias civiles Francisco Martínez, Miguel Ángel Alambiaga, Antonio Cabrera y Francisco Vicente Uceda, todos ellos heridos en el atentado en la casa cuartel de Llodio cometido por ETA en 1980.

Opinión:

Prometo que lo que voy a opinar a continuación lo hago desde el mayor de los respetos por aquellas personas que “trabajan” o dicen trabajar en la administración competente.

Una vez he advertido sobre la cuestión, solo me queda decir que es una enorme muestra de hipocresía decir que "el Estado tiene una deuda eterna con las víctimas del terrorismo" mientras todavía espero respuesta a lo sucedido en marzo de 2014 cuando me presenté en la Dirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo con un listado de mas de 200 personas afectadas por terrorismo en Catalunya para conocer su situación o si habian contactado con ellas y la respuesta que recibí fue: “quien quiera algo que venga a vernos”.

Sí, señor ministro, personal muy cualificado de aquella Oficina de “Apoyo” a Víctimas del Terrorismo me soltó esa frase que, en mas de 30 años de asistencia a víctimas, es una de las más desconsideradas y humillantes que he recibido en dependencias de la administración.

Y puedo asegurar que he recibido bastantes.

La única excusa que se me ocurre para que un ministro sea capaz de decir que "el Estado tiene una deuda eterna con las víctimas del terrorismo" es, simplemente, que desconozca que alguno de sus colaboradores son de esa calaña.

Y si es por desconocimiento, considero que es también una situación grave.

Y, aunque sea un tema secundario, todavía espero que me abonen los gastos por el desplazamiento desde Barcelona a Madrid (ida y vuelta).

Del trato que están recibiendo la inmensa mayoría de víctimas de los atentados de agosto de 2017 en Catalunya ya hablaremos en otra ocasión. Habrá tiempo y oportunidad.

 

 

 

 

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