01 febrero 2022
«No borro la imagen de la sangre en Las Ramblas »
Un guardia civil valenciano, marcado por el horror yihadista
El Gobierno reconoce en Valencia con cinco cruces a título póstumo y ocho encomiendas a víctimas de atentados terroristas
Marcados por el azote de ETA, el Grapo o el yihadismo. Catorce víctimas del terror recibieron ayer el reconocimiento del Estado en un solemne acto celebrado en Valencia. Cinco fallecieron víctimas de la barbarie y fueron sus esposas o hijos quienes recogieron las cruces que los honran. Otras ocho, afectadas física o psicológicamente, recibieron encomiendas de la Real Orden del Reconocimiento Civil.
El acto, celebrado en el Complejo Cultural de la Petxina, estuvo presidido por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Pablo Broseta, hijo del profesor Manuel Broseta asesinado por ETA hace 30 años, habló en nombre de las víctimas: « Los sanguinarios nos convirtieron un día en víctimas. Todos tuvimos que aprender a vivir de nuevo » .
Son personas como los padres de David Costa, herido en el atentado de ETA en el Hotel Bahía de Alicante en 2003. « Trabajaba en el periódico Información y cubría un pleno municipal. Reventó la bomba y un ladrillo despedido le alcanzó en el costado », rememoraron sus padres. « Cuando sabes que tu hijo ha sido objeto de un atentado te pones muy nervioso, no sabes qué pasa... ».
La tensión e incertidumbre que jamás olvidan quienes lo han vivido. Nervios y emoción todavía quiebran el relato de Francisco José A. ( omitimos su apellido por expreso deseo de la víctima), guardia civil valenciano al que el atentado yihadista de Las Ramblas sorprendió de vacaciones en Barcelona. No dudó en volcarse con el apoyo a los que allí yacían entre la vida y la muerte. « Unos salvajes segaron la vida de personas. Yo me dejé llevar por el instinto de guardia e hice todo lo que pude por asistir a la gente en shock », recuerda. « La sangre llenaba las baldosas. No borro esa imagen. Cogí la mano a una mujer. Apretó. Creo que fue un estímulo y estaba fallecida » . Tanto dolor y tensión « me pasó factura » , confiesa. Siente que le podía haber tocado a él: « Me salvo la vida un compañero de Castellón. Me llamó por teléfono y me detuve cuando iba hacia Las Ramblas. Entonces sucedió todo. El chirriar de las ruedas, el golpe seco y la huida de gente despavorida con caras desencajadas...» .
Francisco José Gómez recogió la cruz de su padre, José María Gómez, guardia civil valenciano al que ETA arrebató la vida en el País Vasco en 1980. « Tenía dos años. Fui el primer huérfano de ETA aquí. La vida de mi madre se partió en dos. Que esto sriva para que no se nos olvide, que mi padre no sea un número más ».
Además del agente Gómez recibieron cruces José María Lozano, víctima del Grapo, Joaquín Antolí y Juan Francisco de Juan, fallecidos en el Hotel Corona de Aragón de Zaragoza y Eduardo Vinuesa, asesinado en Castellón en 1985, y José María Gómez, otra víctima de ETA.
Las encomiendas fueron para Francisco Javier Montoya, Carmen Pardo, David Costa, Francisco José A., Francisco Martínez, Miguel Ángel Alambiaga, Antonio Cabrera y Francisco Vicente Uceda.
Según destacó Grande- Marlaska, 609 personas han sido víctimas del terrorismo en la Comunitat entre 1979 y 2020, « y está es una deuda del Estado español con todos vosotros».
Opinión:
Vaya, vaya… prefiero no adelantar acontecimientos pero hay algo en la noticia que no me cuadra… habrá que preguntar en la Subdirección General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo del Ministerio de Interior…
Estoy deseando hacerlo.
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